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La práctica deliberada es un valor necesario para quien quiera destacarse en cualquier actividad. Les comparto una historia personal para explicar este punto:
Mi hija menor de 10 años se enganchó con el reality de TV “Master Chef”. Encandilada por la fama instantánea de los participantes y los platos que allí preparaban, me manifestó su intención de participar en la versión infantil del programa.
Práctica deliberada
Mi esposa y yo siempre hemos querido apoyar a nuestras hijas en las decisiones que las hagan más felices y mejores personas. Sin embargo, estábamos concientes que si bien nuestra pequeña tenía cierta sensibilidad con la cocina, sus conocimientos en la materia se limitaban a la preparación de no más de dos platos.
De tal manera que fuimos claros con ella: “no estás preparada para ese concurso. Si quieres aprender a cocinar, si realmente te gusta, te apoyaremos y te conseguiremos un buen curso, pero no entrarás a Master Chef”.
No solo la queríamos proteger de una prematura y dolorosa eliminación (si es que acaso pasaba el proceso de selección para el show), sino que queríamos insistir en el valor de los procesos basados en el aprendizaje constante y comprometido.
Al igual que la aparición o el triunfo en un reality de TV, la consecusión de un cliente es simplemente un evento, un resultado de un proceso de mucho tiempo donde la práctica deliberada es la base de ese resultado.
El talento y la suerte no son suficientes. Tome como ejemplo uno de los íconos de la cultura pop más notables de la historia: The Beatles. John, Paul, George y Ringo antes de hacerse famosos hicieron 626 conciertos. ¡626! prácticas en vivo y eso sin contar los ensayos privados.
La edición #18 de “Ingresarios Al Aire” habla de la práctica deliberada.
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