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Por motivo de compromisos sociales familiares no pude el sábado ni asistir al Nemesio ni ver el encuentro por televisión, así que la percepción que tengo del partido corresponde a lo que en la transmisión de «La Zeta» comentaban Javier Hernández Bonnet -fuerte crítico de Páez- así como Darío Ángel Rodríguez. Su percepción fue similar a la del DT azul: el empate fue mucho premio para el líder del torneo. De hecho, en el momento del gol anotado por Andrade, Darío Ángel hablaba de la gran decepción que se estaba llevando con la actuación del conjunto tolimense.

Al parecer, igual a lo visto en Barranquilla y a mitad de semana por Copa, la actitud del equipo ha mejorado ostensiblemente. El equipo lució más ordenado, con buen volumen de ataque y con mayor generación de oportunidades de gol.

Desafortunadamente se sigue fallando en definición, y mientras no se mejore en efectividad y atrás nos sigan cobrando en alto porcentaje las fallas defensivas, el camino a la clasificación se hace mucho más difícil.

Afortunadamente para nuestras aspiraciones, contamos en la nómina con el Milagroso Osorio Botello que partido a partido sigue sorprendiendo, no solo por su capacidad goleadora, sino porque muestra ser poseedor de un buen sentido de ubicación, buena técnica para manejar y darle trámite al balón, y buena actitud para colectivizar y asociarse con sus compañeros.

Aunque el punto obtenido resulta poco de cara a la necesidad de sumar, peor hubiera sido salir nuevamente derrotados en nuestro estadio. Osorio Botello con esa definición «surrealista», le volvió a dar algo de oxígeno a las aspiraciones de nuestro amado Millos.

Aun la chance de llegar a los cuadrangulares está viva, aunque un poco lejana. Con 15 puntos ya vemos el octavo lugar a dos de distancia. De los ocho que actualmente están clasificados, no se ve con claridad cuál podría aflojar. Huila viene de dos derrotas consecutivas, pero el ahorro obtenido en las primeras fechas lo mantiene con tranquilidad en el grupo de privilegio. Tolima no muestra gran fútbol, pero es un equipo complicado tanto de local como de visitante.

Nuestro querido vecino parece haber encontrado su óptima línea de rendimiento y va escalando posiciones fecha a fecha. Equidad, aunque perdió su tercer encuentro del campeonato, tiene un buen puntaje acumulado. Hasta ahí los que a mi parecer difícilmente se van a dejar sacar de los «ocho de Colombia».

De los otros cuatro veo firmes a Itagüí y al Deportivo Cali que viene con un nivel de rendimiento casi perfecto desde que lo tomó Comesaña, aunque futbolísticamente no me llena.

Pasto es un equipo que se hace fuerte de local, y complica mucho de visitante. Junior quizá es el que mayor irregularidad muestra, pero todos sabemos que este es un equipo con muy buenos jugadores y que difícilmente va a dejarse sacar.

Si a este panorama le sumamos que al parecer ya la maquinaria del patrocinador del torneo empezó a moverse para ayudar al equipo verde de Medellín, el camino a la clasificación evidentemente se ha puesto cuesta arriba.

No obstante, aún depende del equipo en un 90% y de la suerte que ha sido esquiva al momento de anotar, en un 10%. Es evidente que los jugadores vienen mostrando buena disposición y que Páez por fin tiene clara la nómina que debe utilizar en esta empresa de camino a la clasificación, así que lo único que como hinchas nos queda por hacer, es enviarle las mejores energías a los muchachos, bolear camándula, y hacer mucha fuerza para que se logre el primer objetivo de llegar a cuadrangulares.

El primer escollo que se nos presenta es el Cúcuta que viene de seis derrotas consecutivas y al que  por ningún motivo debemos dejar «resucitar» a costa nuestra. A mi modo de ver, es obligatorio traer los tres puntos de la frontera. Afortunadamente aún no hay noticias de una posible salida de Quintabani de la dirección técnica del «doblemente glorioso».

A pesar de lo dificultoso, aún con la fe puesta en nuestro equipo.

Cordial y albiazul saludo.

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