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A pesar que a Hernán Torres y a varios hinchas no les gustó mucho la actuación del equipo frente a los naranjas de Antioquia, los tres puntos obtenidos -que son los que al final cuentan- le permiten al equipo albiazul hacer parte del grupo de cinco equipos que después de las tres primeras fechas más puntos han logrado sumar.

El crecimiento del equipo se evidencia precisamente en eso: Hace algo más de 2 años, cuando los resultados eran habitualmente negativos, a la mayoría de los hinchas nos satisfacía ganar algunos partidos de vez en cuando, sin importar mucho el cómo se ganaban. Ahora, luego de saborear las mieles del triunfo con dos títulos de por medio y una sobresaliente actuación en la Copa Suramericana, los hinchas tienden a ser más exigentes. Ya no es solo el resultado lo que interesa sino el cómo se consigue.
En mi criterio, Millos no hizo un mal partido. Asumió el control desde el mismo pitazo inicial, se posicionó en el área de un Envigado que a todas luces vino a Bogotá con la única intención de entorpecer al máximo el juego del campeón, procurando desesperarlo para aprovechar algún yerro que se pudiera presentar en el funcionamiento de Millos. 
Es cierto que en esa primera fase Envigado tuvo dos aproximaciones a nuestro arco por la vía del contragolpe, pero dichas escaramuzas ni siquiera merecieron la intervención de Delgado, que a lo largo de los 45 minutos iniciales fue un espectador de lujo sobre el mismo terreno de juego.
Por su parte Millos propiciaba los espacios y las oportunidades, abriendo la cancha con Lewis y Leudo, tocando por el centro, con los volantes juntándose y buscando espacios para romper la férrea defensa que dispuso Pedro Sarmiento. El arma predilecta fue la de los lanzamientos de costado por parte de Lewis en busca de la cabeza de Wason o Montero. 
Así llegó el gol, luego de dos intentos previos fallidos por la misma vía. Se nota que el DT tenía bien estudiado al rival, y sabía que esos centros enviados desde tres cuartos de cancha al corazón del área, afectarían seriamente el planteamiento defensivo del Envigado.
De ahí en más fue un partido muy tranquilo para los nuestros, sin relajarse pero con la tranquilidad del resultado a favor, Millos continuó buscando más opciones para ampliar la diferencia. Montero muy lúcido trataba de generar espacios y oportunidades para un Wason que ayer estuvo errático y sin puntería, lo que afectó la intención del equipo de lograr más anotaciones.
Tan solo al final del partido, con los arrestos físicos de los azules ya al mínimo, el Envigado contó con las mejores opciones para empatar el encuentro.  En dos tiros de esquina, el arquero Delgado, el héroe de la final, volvió a ponerse el traje de salvador interponiéndose en tres oportunidades consecutivas entre el balón y la red de nuestro equipo, para demostrar a hinchas y cuerpo técnico que es el titular de la posición y que difícilmente podrán arrebatarle ese puesto.
En síntesis, Millos ganó justicieramente, jugando bien, conservando el estilo, con ambición, jugando sin cobardía, yendo siempre de frente, sin guardarse ni una gota de esfuerzo para continuar dándole a esta hinchada las satisfacciones que ya nos estamos acostumbrando a recibir.
Para destacar:
Luis Delgado quien a pesar de la inactividad durante casi los 90 minutos de juego, sacó a relucir su casta, su jerarquía y toda su capacidad cuando fue exigido sobre el final del partido.
La dupla Román – Franco ha constituido una verdadera muralla en la zona defensiva de Millonarios. Con anticipo, coraje, fuerza, guapeza y hasta claridad para empujar al equipo desde la línea del fondo como alternativa de ataque.
Lewis Ochoa se sigue constituyendo en una de las mejores alternativas de ataque del equipo, no solo desbordando con velocidad y suficiencia, sino también enviando centros precisos al área rival.
El doble cinco que conforman Blanco y Robayo no solo cumplen con la labor de destrucción de las intenciones del rival, sino que se constituyen en alternativas de desahogo para el equipo cuando la presión del rival hace desaparecer a nuestros volantes de creación.
Fredy Montero, partido a partido justifica el esfuerzo que los directivos hicieron para traerlo. No solo hace los goles, sino que con su fina técnica propicia paredes con sus compañeros generando claras oportunidades de gol que lamentablemente no siempre son bien aprovechadas por sus compañeros de ataque.
Esto apenas inicia, van tres fechas de la Liga pero todos sabemos qué importante resulta acumular puntos desde estas instancias del torneo. En otras épocas más aciagas, a estas alturas del torneo empezábamos a desempolvar las calculadoras y las camándulas para hacer cuentas y encomendar a todos los santos la suerte del equipo.
El próximo compromiso será el partido por Copa Libertadores ante Xolos de Tijuana del argentino Antonio Mohamed que viene de caer por el torneo mexicano con  Jaguares de Chiapas, y que en sus filas cuenta con el  delantero colombiano Duvier Riascos. 
Será un partido durísimo, que Millos tendrá que afrontar con toda la inteligencia y paciencia suficiente para tratar de definirlo a lo largo de los 90 minutos. En estas instancias, lo importante son los puntos sin importar el cómo y el por cuánto. El apoyo de la hinchada, como en la Copa Suramericana, será primordial para animar a los jugadores y no para llenarlos de presión y desespero.
El sábado próximo, por Liga, el rival de turno será el renovado Once Caldas que por lo que mostró ayer en el Murillo Toro, será un rival mucho más ambicioso y con mayor generación de ataque que los tres rivales que hasta el momento hemos enfrentado, por lo que la concentración, el orden y el buen trabajo defensivo hasta ahora mostrados, serán vitales en procura de traernos un buen resultado de la ciudad de Manizales.  Dado que el partido en Sao Paulo con Corintians será hasta el miércoles de la próxima semana, no creo que el DT deba recurrir aún a usar nómina alterna para este cotejo.
Con la fe y el optimismo cada día más fortalecidos
Cordial y albiazul saludo
PD: los invito a seguirme en twitter @azulhstalatumba

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