Quinta Batalla… Por el Honor (Millos 2 – Santafé 1)
Quiero iniciar este post con un reconocimiento inmenso a la gran hinchada albiazul, merecedora de todo el aplauso por el respaldo masivo y absolutamente desinteresado que siempre le da al equipo. Por encima de la situación de Millos en el torneo, de la hora, del frio, del evento rockero que se realizaba simultáneamente en el Parque Simón Bolívar y del rival que enfrentábamos, la gran marea albiazul se volcó religiosamente a las graderías del Nemesio y en su gran mayoría de principio a fin alentaron y vitorearon a nuestros jugadores.
En cuanto al juego, parecía que iba a ser un «deja vu» de los anteriores duelos frente al mismo rival.
Muy rápido los rojos aprovecharon el parpadeo de la zona defensiva de nuestro equipo para irse arriba en el marcador. De ahí en más ya conocíamos el desarrollo de la película, pues era la tercera vez que la presenciábamos:
Un equipo rojo replegado en su zona defensiva, armando un fuerte bloque a la espera de pescar un rebote o de robar un balón que le permitiera aprovecha en la contra los espacios que obviamente dejaría Millos en búsqueda del gol del empate. Con este planteamiento el rojo estuvo a punto de vulnerar el arco de Delgado por lo menos en dos ocasiones.
Durante el primer tiempo Millos no lució claro, pero aun así logró generar opciones claras de anotar. Nuevamente la falta de puntería, el excesivo apresuramiento y el arquero rival se hacían enormes ante los embates ofensivos del azul.
Para el segundo tiempo Hernán Torres movió sus fichas, arriesgó, se jugó al todo o al nada. El juego se desarrolló en una sola área, la de Santafé. Cuando todo parecía indicar que la historia de los anteriores clásicos se repetiría de forma inexorable, apareció desde el banco la llave para abrir el fuerte cerrojo.
Freddy Montero apareció con su casta de goleador, esa que estuvimos esperando a lo largo del torneo y que solo recibimos a cuentagotas. Dos golazos, uno de pelota quieta y el otro como culminación de una sucesión de toques iniciada por Yuber, complementada por Otálvaro y finalizada por el atlanticense con toda la categoría y la clase de artillero que le precedía.
Al final fue un triunfo que aunque no servía ya en el objetivo inicial de reeditar el título logrado en diciembre, ayudó como un bálsamo para aliviar la herida que dejó en los hinchas la tempranera eliminación-
Queda, no obstante, la amarga sensación de que el equipo tenía el fútbol, los jugadores y el empuje para haber peleado con mayor suficiencia el acceso a la final del FPC. La suerte, los errores en la definición, la irregularidad de fichas claves del equipo y, hay que decirlo, la perversa actuación arbitral del señor Buitrago nos privaron de ello.
Fue un triunfo por el honor, por demostrarle al país futbolero que el campeón tenía las charreteras suficientes como para haber luchado con suficiencia por el bicampeonato, por los hinchas que nuevamente dieron muestra de ser los más fieles a su equipo del alma, por el gran Pedro Franco que merecía despedirse de su casa con un triunfo sobre el rival clásico, por la tabla de reclasificación que al final del año puede resultar determinante en el balance de la campaña del equipo y que al día de hoy nos tiene a dos puntos del segundo lugar (aunque con un partido más).
Queda una última batalla ante el Once Caldas, equipo que si bien se encuentra colero en el cuadrangular, el sábado dio el golpe de la fecha eliminando al Deportivo Cali y dándole de paso al rojo de Bogotá su paso anticipado a la final.
Importante sería lograr un buen resultado en Manizales por lo que esto representaría en la tabla de reclasificación así como en la moral y el ánimo de los hinchas con miras a la segunda parte del campeonato.
Dado que tanto Millos como el Once se encuentran fuera de cualquier opción para este torneo, y con el fin de darles un mayor tiempo de descanso a los jugadores de cara al segundo torneo, los equipos acordaron adelantar este juego para el día jueves en la noche. Para mí la Liga Postobón acaba al finalizar ese encuentro, lo que pase de ahí en adelante no me produce ni frio ni calor.
Cordial y albiazul saludo
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