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De las tres derrotas consecutivas sufridas durante la última semana quizá la de anoche ante Corinthians era la más previsible y lógica.

El equipo azul saltó al gramado del Pacaembú con tanto o mayor temor escénico del que sufrieron el año pasado en el Santiago Bernabeu, y eso que no había público local.

En el primer tiempo los brasileños manejaron el balón y el terreno de juego a su antojo. Triangulando, con toques de primera y precisos que  hacían infructuosos los esfuerzos de nuestros jugadores por tratar de controlar el balón. Fueron frecuentes las jugadas en las que los jugadores azules no atinaban a llevarse ni al esférico, ni al rival. 

Pedro Franco parecía ser el único que entendió la forma en la que se debía marcar, anticipando al rival. Por eso en mi análisis, de ese primer tiempo tan solo aprueban el examen Pedrito, y probablemente el portero Delgado que logró impedir un par de jugadas que tenían casi seguro sello de gol.

El segundo tiempo inició como terminó el primero, con el dominio apabullante del «timao» que salió decidido a definir el partido lo más pronto posible. No habían transcurrido dos minutos de juego cuando de un rebote defensivo el balón quedó dividido entre Elkin Blanco y Jarold Martínez. Ninguno atinó a rechazar, el lateral corintiano se les avivó, tomó la bola envió un centro al corazón del área a un solitario Pato que cara a cara con Delgado, no tuvo mayores inconvenientes para decretar el lapidario 2 – 0.

Algo cambió en la actitud de Millos con las modificaciones ordenadas por Hernán Torres. Se tuvo mayor posesión del balón y sobre todo, mayor entusiasmo y decisión para luchar el partido con algo más de pundonor. Por fin Millos logró pisar el área rival, pero nuevamente careció de claridad y contundencia para general riesgo real sobre el arco local.

Varias reflexiones:

•    En esta Copa Libertadores, como dice el refrán, nos tocó bailar con la más fea. Aun no entiendo por qué en el sorteo de los grupos al Querido Vecino se le asignó la balota de Colombia #1 que lo aseguraba como cabeza de serie brindándole mayores posibilidades de evitar enfrentarse con los equipos grandes del continente. Queda la sensación de que para la DIMAYOR es más importante el campeón del primer semestre que el del segundo semestre. A manera de sugerencia, esa posición de Colombia #1 para futuros sorteos, debería ser unos de los premios a disputar en la Superliga que enfrenta a los campeones de cada semestre.

•    ¿Será que definitivamente en Millonarios no hay un solo jugador que pueda pelearle el puesto a «La Roca» por el lateral izquierdo? En el ámbito local no son tan notorias y evidentes sus deficiencias, pero para enfrentar un torneo de la importancia de la Copa Libertadores ante rivales como el de anoche, definitivamente no da la talla. No sabe salir por su costado, y para colmo de males, los rivales ya saben que ese es el punto vulnerable de la zona defensiva de nuestro equipo. Tal vez haya que volver a ensayar a Luis Mosquera, a Alex Díaz o, quizá al mismo Anderson Zapata

•    Aunque muchos criticamos la preferencia del DT Torres por Elkin Blanco sobre «Ganiza», siendo objetivos, anoche se vio más mal Robayo, que volvió a ser el errático volante que nos devolvieron de la MLS. ¿Será que Ortiz está más bajo de nivel que Blanco y Robayo? No sé si fue porque Corinthians soltó el acelerador luego del segundo gol, pero me quedó la impresión que Ganiza le dio mayor fortaleza al mediocampo azul.

•    Una de las fortalezas de nuestro equipo el semestre anterior radicaba en la generación de fútbol ofensivo. Cada partido Millos mantenía un volumen de ataque tal que aunque los atacantes desperdiciaran frecuentemente claras opciones de gol, con que metieran una o dos se ganaban los partidos. Hoy esa generación de fútbol ofensivo es casi nula. Tal vez sea este el momento hacerle un reconocimiento al buen Wilberto. Quienes han sido recurrentes lectores de este espacio dan fe que a Cosme siempre le valoré su habilidad para buscar los espacios libres en el ataque, marcando los pases y las diagonales, mostrándose a lo largo del partido para recibir el balón con espacio lo que le facilitaba a los volantes de creación la labor de enviar balones en profundidad. Sí, fallaba opciones increíbles pero con todo y eso se dio el lujo de constituirse en el goleador del equipo campeón. Aun así la tribuna no lo quería y hoy, en mi criterio, debo reconocer que WC7 era la ficha más importante del andamiaje de ataque del Millos campeón.

•    El bajo nivel no se le puede achacar únicamente a Martínez y Blanco. Es el momento de darle, por ejemplo, un fuerte llamado de atención a jugadores como Wason y Otálvaro que están bastante lejos del nivel alcanzado el semestre pasado y de las ejecutorias futbolísticas que, sabemos,  pueden entregar en beneficio del equipo.

•    El futuro en la Copa Libertadores ahora sí se puso cuesta arriba. Para pelear clasificación, obligatoriamente debemos ganar los tres partidos que se vienen. Dos son  contra el San José de Oruro lo cual, si bien no parece ser tan absurdo, sí resulta bastante difícil. Adicional a eso, como sea, hay que ganarle en el Campín a Corintians, para finalmente viajar a Tijuana a pellizcarle aunque sea un punto a los Xolos. Complicado, bastante complicado.

•    Considero que lo primordial ahora es levantar anímicamente al plantel, que se recupere la memoria futbolística y, sobre todo, la mística, entrega y pundonor que llevó a este equipo a coronarse campeón de Liga luego de 24 años de frustraciones. Si me lo preguntan, desde este mismo momento yo le daría prioridad al torneo local sobre el continental. Así como el semestre pasado, al quedar eliminados de la Suramericana los esfuerzos del grupo se unieron para lograr el título al final del año, este es el momento de decidirse a pelear de frente la consecución de la Estrella 15 para nuestro equipo.

•    El crédito, el reconocimiento y el agradecimiento hacía esta plantilla y este cuerpo técnico siguen vigentes. De mi parte no creo que sea el momento de encender las alarmas y de pensar en darle borrón y cuenta nueva al equipo. No se está jugando bien, eso hay que aceptarlo, pero no podemos olvidar que hace apenas un poco más de dos meses TODOS nos fundimos en un abrazo pletórico de felicidad gracias a casi todas estas personas a las que muchos hoy putean, insultan y exigen su salida del Club.

Cordial y albiazul saludo

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