La felicidad, para mí, es en gran parte cuestión de digestión«. La importancia de vivir, de Lin Yutang (Aporte del lector William Mejía).
Todavía recuerdo la cantaleta de mi mamá cada vez que nos sentábamos a la mesa, después de pasar por el obligatorio e ineludible lavado de manos.
En la sabiduría de su vida sencilla había espacio para radicarnos modales y manejo de elementos como los cubiertos y la servilleta, que contribuyen con su elegancia a hacer grata la compañía de un comensal.
Pero en lo que sí era contundente e intransigente era en enseñarnos a comer despacio y a masticar. Decía ella que en esa disciplina radicaban gran parte de la salud y la más nutritiva felicidad del alma.
Como la mayoría de las cosas buenas y también equivocadas que recibí antes de los 7 años, ese hábito me quedó grabado. Y si de las segundas todavía sigo lavándome el cerebro y desaprendiendo, hacia la enseñanza de las primeras solo tengo gratitud.
He comido despacio aún en los frentes de guerra periodísticos, y siempre he optado por merendar poco pero bien, más que por atragantarme un banquete a las carreras. No cuento el número de veces que mastico las mesuradas cantidades de comida que ingreso por mi boca, pero sí es muy frecuente que sea el último en levantarme de la mesa.
Y el principio es simple, registrado en un artículo publicado en El Tiempo y titulado “A buena digestión, buenas emociones”. Porque claro, el alimento que envío a mi estómago está compuesto en cantidades magras por frutas y verduras con mucho aceite de oliva, esporádicas carnes sobre todo blancas, y combinaciones y aderezos que hoy, después de tantos años, ya tengo identificadas como benéficas y no habilitadas bombas potenciales para mi intestino y esa porción impredecible que se llama Colon.
La buena digestión es como la piedra filosofal del cuerpo humano, el secreto de su placidez o de su desgracia. El auge salvador de la fibra lo resume en estas palabras el artículo mencionado: “Una dieta rica en fibra puede favorecer la digestión y prevenir el estreñimiento”.
En una entrevista que Gabriel García Márquez le concedió a María Elvira Samper, a propósito del lanzamiento de “El General en su laberinto”, el Premio Nobel le precisó: “Tú no encontrarás en ningún biógrafo de Bolívar el estreñimiento. Yo lo encontré en Reverend, el médico, pero muy de pasada. Dice que le dieron una cucharada de no sé qué cosas y unas píldoras para su estreñimiento crónico. Cuando dice estreñimiento crónico, ya tú sabes cómo es el carácter del tipo. Porque yo he dicho que el mundo está dividido entre los que cagan bien y los que cagan mal”.
Ese doloroso monstruo llamado el estreñimiento estraga el organismo, perturba los caracteres y genera padecimientos de inquisición en largos viajes al trono blanco.
No faltaba más pensar que una buena y bendita digestión es únicamente el producto de lo referido. Tiene que ver con el ejercicio, el buen sueño, el sexo grato, tener una mente sana y controlada y un apacible corazón que se lleve bien con los demás pero que privilegie el amor propio como el amor a Dios. Alejados todos ellos, eso sí, de tanta fístula nacional, como la envidia y la rampante mentira.
Carlos Gustavo Álvarez G. es periodista y escritor. Ha dirigido y editado diferentes medios de comunicación --Revista Elenco, Edición Dominical EL TIEMPO, Revistas Credencial y Cromos-- y publicado 14 libros sobre diversos temas. En 2017 cumple 35 años como columnista de prensa, labor que ejerce actualmente en Portafolio y en el blog Motor de Búsqueda de EL TIEMPO. www.carlosgustavoalvarez.com
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Buenísimo. El cerebro está en el estómago. Piensas y actúas como comes. Locombia y los colombiches comen pésimo, consumen basura, confían a los negocios de comida su salud mental y física. Ñeros al fin y al cabo.
Esimposible que nos comamos este cuento de Paz cundo solo persigue, para la exportacion, silenciar temporalmente las balas y bombas de unos narcoasesinos terrroristas que quieren comerse el Estado con la ayuda de un posible Nobel temporal, a cambio de opresión y miseria del pueblo.
La rampante Mentira y tanta truculencia con el acuerdo de la habana nos produce gran indignación. Siempre nos toca pensar que lo que dicen y repiten es exactamente lo contrario, lo que va a pasar. Todos amamos la Paz, no este acuerdo incensato.
Estas en lo cierto.Lo mas importante que hay que rescatar de su articulo es comer todos juntos y en familia .No discutir mientras se come , no hacerlo viendo televisión y guardar un poco de reposo . Todo esto muy difícil en el mundo actual donde todo es a las carreras.
hace poco descubrí que la mejor manera de hacer del cuerpo es como lo hacen los hindues con las nalgas casi pegadas a los talones, es la forma natural, sentados hay que hacer mucha fuerza con el estomago, les recomiendo poner un ladrillo para levantar lo mas que puedan las rodillas y así se facilita mucho la deposición.
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Hasta hoy, el bloguero más serio, escritor en serio que leo en este pasquincito. Bien. Repito, Bien.
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Buenísimo. El cerebro está en el estómago. Piensas y actúas como comes. Locombia y los colombiches comen pésimo, consumen basura, confían a los negocios de comida su salud mental y física. Ñeros al fin y al cabo.
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Ameno artículo para tan serio e interesante tema. En fin : `Somos víscera` .
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Carlos, me encantó tu artículo. Excelente. Lo he compartido.
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Gracias, Mariangela. Saludos.
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Esimposible que nos comamos este cuento de Paz cundo solo persigue, para la exportacion, silenciar temporalmente las balas y bombas de unos narcoasesinos terrroristas que quieren comerse el Estado con la ayuda de un posible Nobel temporal, a cambio de opresión y miseria del pueblo.
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La rampante Mentira y tanta truculencia con el acuerdo de la habana nos produce gran indignación. Siempre nos toca pensar que lo que dicen y repiten es exactamente lo contrario, lo que va a pasar. Todos amamos la Paz, no este acuerdo incensato.
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MUY BUENO CARLOS
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Muchas gracias, Fernando.
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Estas en lo cierto.Lo mas importante que hay que rescatar de su articulo es comer todos juntos y en familia .No discutir mientras se come , no hacerlo viendo televisión y guardar un poco de reposo . Todo esto muy difícil en el mundo actual donde todo es a las carreras.
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Totalmente de acuerdo. Muchas gracias por su comentario.
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hace poco descubrí que la mejor manera de hacer del cuerpo es como lo hacen los hindues con las nalgas casi pegadas a los talones, es la forma natural, sentados hay que hacer mucha fuerza con el estomago, les recomiendo poner un ladrillo para levantar lo mas que puedan las rodillas y así se facilita mucho la deposición.
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