Mi papá no opinaba, era la persona que traía la plata y nada más. Mi mamá no me acariciaba nunca. Ahora me dice: no vaya a acariciar al niño sino cuando esté dormido. (Lina, de Medellín)
Una madre que exige al padre responsabilidad legal y económica, así como compromiso en la crianza de los hijos, fueron los conflictos más frecuentes durante un estudio realizado en las audiencias de conciliación del ICBF para la asignación de custodia en las localidades de Suba y Usaquén, en Bogotá.
Cada día, decenas de parejas asisten a las audiencias de conciliación en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para definir la asignación de la custodia de sus hijos. Luego de hacer parte de los “talleres de padres”, que adelantan los trabajadores sociales del ICBF, los psicólogos o el defensor de familia, explican las leyes sobre la custodia, informan los derechos de los niños y de los padres, y por último, hacen un llamado para que la situación de los menores no sea un objeto de disputa. Sin embargo, esto no sucede en la mayoría de los casos.
Yolanda López, docente del Departamento de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Colombia (UN), identificó los diez conflictos más frecuentes entre los padres que reclaman la custodia. Para ello, se basó en la observación y participación durante las audiencias de conciliación, en dos centros zonales del ICBF, en las localidades de Suba y Usaquén.
La falta de responsabilidad del padre para proveer los gastos relativos a la manutención del hijo, los riesgos físicos y morales que representa para el niño la influencia del padre, abuelas que quieren encargarse del niño y madres que durante largos períodos delegan en sus familiares la responsabilidad del cuidado de los hijos y luego reclaman la custodia, son los casos objeto de consulta.
Para realizar el análisis de los casos, durante cuatro meses la investigadora estuvo presente en las audiencias. De esta manera observó la labor de los trabajadores sociales de la institución, registró las discusiones de los padres en las audiencias y entrevistó a los defensores de familia a cargo.
Así, constató que las denuncias de las madres porque el padre incumple su rol de proveedor aumentan cuando él tiene solvencia económica y no se hace cargo de los gastos de vivienda, educación, salud, vestido y recreación.
En este caso, algunas mujeres condicionan los encuentros entre el padre y el niño: por ejemplo, estos se darán solo si se cumplen los compromisos económicos. Asimismo, en algunos casos quien reclama el cumplimiento de las cuotas es el hombre.
“Él fue un accidente, una equivocación y una mala influencia”, son algunas de las declaraciones de la madre cuando tiene una imagen degradada de su ex cónyuge, luego de la separación; además de considerar que el niño estaría expuesto a lugares y compañías inapropiados si queda bajo el cuidado del padre.
No se supera la tradicional división de roles
Los padres y madres que apenas tienen la mayoría de edad, en algunos casos ni siquiera la alcanzan, también concurren en las audiencias de custodia; eso sí, muestran gran dificultad para asimilar las obligaciones que su hijo les demanda.
“En general es la joven madre quien, repitiendo la tradicional división de roles por género, renuncia a sus estudios u otros proyectos para dedicar tiempo y recursos a la crianza. Además, el padre es aún dependiente, no percibe ingresos porque está desempleado o es estudiante”, explica la docente.
Durante las audiencias, la investigadora también presenció situaciones en las que las abuelas se han encargado del cuidado del niño en los primeros meses o años, o por períodos más largos porque la madre del hijo ha cedido esta función.
En estos casos, algunas las abuelas también disputan la custodia y, por tanto, los conflictos aumentan y se convierten en uno de los casos más complicados. A saber, todo termina en batallas de acusaciones que solo aportan confusión y exigen una mayor atención, por ello el proceso se prolonga.
Asimismo, según señala el estudio, algunas madres no muestran preocupación por maternar, es decir, no se hacen cargo de la educación y la crianza de su hijo, y lo dejan en manos del progenitor o la abuela. Después de un tiempo regresan, solicitan la custodia y justifican su ausencia por problemas económicos.
Para la trabajadora social, estas mujeres son juzgadas severamente por las profesionales, pues les reprochan no seguir el mandato cultural de orientar el deseo femenino hacia la maternidad, porque en la sociedad se rechaza que una mujer no quiera maternar. Antes la madre estaba dispuesta a soportar todo por mantener una relación que le diera un padre permanente a su hijo, pero hoy no. Las mujeres actualmente defienden sus derechos, entre ellos el de la felicidad.
“En esos casos, aunque muchas veces es cierto que la madre afrontaba inestabilidad financiera, en otros, responde a que tiene una nueva pareja y la presencia del hijo en el hogar es una interferencia negativa para la relación”, amplía la experta.
Deficiencias en los procesos
Además de los conflictos en las audiencias, el estudio analizó todo el proceso que los padres atraviesan hasta la última instancia, para que el defensor de familia tome la decisión de asignar la custodia.
Los trabajadores sociales y psicólogos que reciben los casos identifican que las parejas no solicitan tratamiento psicosocial para superar el conflicto. Por el contrario, las demandas se convierten en una lucha por la custodia del hijo, que tiene como objetivo ejercer dominio sobre el otro.
Respecto a esto, Yolanda Puyana, docente del Departamento de Trabajo Social, explica: “uno de los mayores problemas es que las parejas no son conscientes que en sus conflictos no deben incluir a los niños. En las terapias familiares se evidencia que los padres se vengan en los hijos, los usan para derrotar a la ex pareja”. También, en ocasiones no es necesaria una separación legal, sino psicología psicosocial para que comprendan que los menores deben quedar por fuera de las discusiones.
En los “talleres de padres”, la investigadora López registró poca participación de los progenitores. En estos se explica cómo deben actuar y un ideal de pareja, pero no se realizan acciones teniendo en cuenta los casos particulares.
Frente a esto, la experta en Malestares Contemporáneos de la Sociedad y la Familia propone crear unos “lugares de palabra”, como espacios de participación de pequeños grupos, para que cada progenitor reconozca su responsabilidad en la situación, sea consciente del bienestar del niño y trabaje para alcanzar una conciliación.
Para la profesora López, la idea del niño es la unión de los padres, la de su vida juntos; “no hay para los niños pequeños diferencia entre madre y mujer y entre padre y hombre; solo hay papá y mamá, y a ambos los necesita”, concluye.
Nota:
Por considerarlo de sumo interés, y encontrar que la situación descrita sustenta y origina muchos problemas culturales y sociales del país, he reproducido íntegramente este artículo, escrito por Vanessa Cardona de Unimedios Bogotá, y publicado el 9 de abril de 2016 en el periódico de la Universidad Nacional.
Edición: UN Periódico Impreso No. 198
Para quienes les interesa el tema, los invito a leer el prefacio, la introducción y el capítulo dos del libro “Padres y madres en cinco ciudades colombianas. Cambios y permanencias, Yolanda Puyana, Compiladora. Universidad Autónoma de Bucaramanga, Universidad del Valle, Universidad de Cartagena, Universidad de Antioquia y Universidad Nacional de Colombia, Almudena editores, 2003, 292 Páginas”.
http://www.bdigital.unal.edu.co/1515/2/01PREL01.pdf
http://www.bdigital.unal.edu.co/1515/4/03CAPI02.pdf
cgalvarezg@gmail.com
www.carlosgustavoalvarez.com
No siempre es responsabilidad del padre, como vemos aquí muchas madres también abandonan a sus hijos, lo importante es que tanto padre y madre respondan por su hijo tanto emocional como económicamente.
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