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Foto: AFP

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¿Por qué es tan difícil para algunos jugadores, no solo de fútbol americano sino de todos los deportes, comportarse, ser profesionales y no generar escándalo?

Así es Antonio Brown, ahora jugador de los Patriots, quien opacó la primera jornada de la NFL: una fecha llena de sorpresas, grandes juegos, mucha emoción, que tuvo que ceder titulares para hablar del patético show que hizo este receptor: una verdadera vergüenza para el deporte en general. 

Brown no solo generó escándalo: irrespetó a una organización histórica y a sus fanáticos como los Raiders, que protagonizaron el training camp y la pretemporada, gracias a las pataletas, los caprichos y la falta de compromiso que mostró el señor, quien ya había tenido inconvenientes de disciplina en los Steelers.

El día que fue cortado por parte de Oakland precedió a una serie de eventos insólitos: la pelea con el Gerente Mike Mayock, a quien insultó y, según reportes, amenazó con golpear; la multa que publicó en sus redes sociales y la grabación con el head coach Jon Gruden, una conversación privada que publicó en un video y en el que su entrenador le pedía simplemente que, por favor, se dedicara a jugar. ¡Es lo mínimo!

El equipo no tuvo más remedio que cortarlo. ¡No hará falta, se acabó el drama! Los Raiders ya pueden trabajar tranquilos, sin pensar en el bochornoso espectáculo que se espera de un tipo tan poco valioso como Antonio Brown.

Podrá tener todo el talento del mundo, nadie lo niega. Los fans del equipo de Oakland esperaban con ansias verlo en el emparrillado recibir los pases de Carr. Pero su desequilibrio mental, su actitud de diva y su inmadurez se pueden ir bien lejos del Alameda. Repito: ¡no hará falta! Porque para comportarse de esa manera, hay que estar mal de la cabeza.

Brown recae en Nueva Inglaterra: lo contrataron a las horas de su despedida de los Raiders. Aquí no vamos a cuestionar las condiciones en las que se dio la vinculación, solo se espera que Belichick le ponga los pies sobre la tierra, porque de no ser así, no tendrá oportunidad de figurar en un equipo en el que no tolerarán incidentes de tan baja calaña.

Las decisiones y actitudes de un jugador tan mediático, talentoso, pero a la vez complicado, empañan el deporte y el honor que lleva consigo. Por eso, no iniciamos este texto hablando de lo que nos dejó el inicio de la temporada regular. Ojalá Brown se comporte y, a futuro, se concentre en lo verdaderamente importante: su talento. De no ser sí, el día de mañana no habrá un equipo dispuesto a aguantarlo.

Entrando de lleno en los juegos, y más allá de las sorpresas, hay que hablar de las decepciones: Los Bears de Chicago, los Denver Broncos, los Atlanta Falcons, los Steelers y, sobre todo, los Cleveland Browns. A estos últimos, los Titans les metieron una aterrizada brutal. ¿Se acabó la ilusión? Esto apenas comienza, pero es un golpe duro para estos equipos, que tendrán que reponerse y volver a figurar dentro de las apuestas.

¿El mejor partido? El juegazo de lunes por la noche entre los New Orleans Saints y los Houston Texans. Emoción de principio a fin en un juego que se definió con poderosas series ofensivas en los últimos 50 segundos del juego: hay que ver este tramo final y así entenderán por qué nos enamoramos de este juego. 

Y terminando con las sorpresas: agradable ver lo de los Bengals, pues nadie lo esperaba de ellos pero le hicieron batalla a los poderosos Seahawks. Los Raiders, después de todo lo que tuvieron que pasar, ganaron con solidez frente a unos flojos Denver Broncos. 

Además, se encienden las ilusiones en Dallas, gracias a la actuación de Dak Prescott y el equipo en general. Los Colts, también golpeados, no se vieron mal frente a los Chargers.

Y, por otro lado, se veía venir el dominio de los Pats, aunque no tan estremecedor: hicieron ver muy mal a los Steelers. ¿El resto de equipos? Un poco lo que se esperaba de ellos, con resultados  dentro de las predicciones.

Una lástima lo de Nick Foles (y mala suerte también). Esperamos verlo pronto, pues tenemos altas expectativas de su rendimiento con Jacksonville.

Esto apenas comienza: drama, emociones y muchas sorpresas, lo que nos espera de aquí en adelante. Esperamos dedicarnos a hablar del juego y no tener que perder tiempo con jugadores que dan más de que hablar por su indisciplina que por sus actuaciones en el campo. 

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