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La vida de los colombianos se está transformando en cuestión de semanas debido al covid-19. De los planes para salir en semana santa, pasamos a la “infodemia”, una lluvia de información en redes sociales y WhatsApp sobre el número de casos registrados en el país. ¿Qué va a pasar con mi salud?, ¿Con el trabajo?, ¿Cómo voy a manejar el confinamiento?, ¿Cómo se afectará la economía?, etc, son algunas de las preguntas más frecuentes que acosan nuestra mente. Desde Ontario Canadá Sandra Riaño, psicóloga psicoterapéutica, se une a Victoria Pérez, médico psiquiatra en Colombia, para hablarnos sobre esta situación que vivimos, identificar las alertas y seguir algunas recomendaciones.

La doctora Victoria Pérez asegura que estamos enfrentando un momento en donde tenemos miedo a no ser autónomos, a no tener la capacidad de elegir y decidir, a la enfermedad, a la soledad, a las separaciones, al abandono, de manera tal que con la pandemia se pueden estar disparando temores, llegando a generar síntomas.

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Además agrega: “inicialmente los miedos son medidas necesarias para protegernos y alertarnos, despertando a nivel cerebral en la amígdala, toda las posibilidades de lucha, o de huida, que son las reacciones primarias a la sensación de peligro y de miedo. Cuando este miedo se queda permanentemente, es como si un timbre se quedara pegado, la alarma se adhiere, ya no cumple esa función de defensa, sino que nos empieza a generar malestar, sensación de parálisis y no nos permite continuar con nuestra vida cotidiana, ni ser funcionales, aquí es cuando ya se nos sale de las manos. Esto puede ser aún más complejo para las personas que sufrían de ansiedad o depresiones, pues ya venían de una situación vulnerable y esta nueva circunstancia puede empeorar sus síntomas. Además, ya no es tan fácil para las personas de su alrededor que se vuelvan fuente de apoyo, porque también están pasando por circunstancias difíciles”.

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Para la doctora Pérez las personas que, por ejemplo, viven con temor a tener enfermedades raras, o tienen esa sensación de que nadie va a encontrar o a entender el mal que padecen, (un síntoma muy frecuente dentro de las personas ansiosas), esta situación mundial les está generando aún más miedo: estar expuestos a un virus completamente nuevo desconocido y el temor a las consecuencias que pueda tener esta pandemia.

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Otras personas que han tenido el temor por la contaminación están disparadas en dos sentidos: por un lado, temor a exponerse al virus y por otro el miedo a no poder mantener sus rituales, en vista de la escasez de alcohol, jabones o geles antibacteriales. Igualmente, quienes viven con temor a estar solos, o a perder sus seres queridos y se les manifiesta más allá de lo normal, obviamente están teniendo una sensación de inestabilidad y de no sentir que están pisando firme en estos momentos de la vida.

Hay que ocuparnos, no preocuparnos

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Para Victoria es seguro que tanto quienes no tenían síntomas, como aquellos que ya los traen, pueden estar pasando por momentos muy difíciles, por eso afirma: “la incertidumbre que estamos afrontando de qué viene, cómo va a ser esto, si nuestros seres queridos podrían enfermarse o fallecer, qué va a pasar con los trabajos, con la economía todo esto genera una sensación de estar perdidos».

Caso similar ocurre a las personas que ya están en aislamiento voluntario o cuarentena. Estar en casa con la sensación de no tener la capacidad de elegir si pueden salir, la convivencia con los miedos de cada uno empieza a generar conflictos, irritabilidad, irascibilidad, igual para quienes están solos sin saber hasta cuándo será el confinamiento. Esto sin mencionar a quienes están confinados en compañía, el hecho de enfrentar unas rutinas que son absolutamente nuevas, tiene sus propias repercusiones.

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Dentro de las recomendaciones que propone la doctora Pérez están armarse una rutina, un plan de vida, donde haya las ocho horas de sueño, espacios para los temas de alimentarnos, actividades que nos generen un proceso cognitivo, que nos hagan sentir más útiles, que sean de aprendizaje, o de trabajo. Espacios lúdicos, de ejercicio, para compartir con quienes estamos y no adelantarnos catastróficamente para poder estar en el día de hoy resolviendo lo que es pertinente al día de hoy.

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Ocupándonos no preocupándonos de lo que corresponde a cada día, disfrutando lo que tenemos hoy, siendo muy cautos con los contenidos que recibimos y transmitimos, revisando las fuentes de información que compartimos.

Antes de darle la palabra a Sandra, Victoria nos invita a seguir en Instagram Somos reconecta, una cuenta que fue lanzada hace pocas semanas en Cali por un grupo de personas que está trabajando para apoyar a pacientes de salud mental, buscando que se pueda hablar sin que exista ningún estigma, que haya más posibilidades de conocimiento sobre la salud mental.

Mi salud mental en tiempo de aislamiento social

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Sandra Riaño arranca diciendo que en momentos de crisis se conoce al buen líder y es importante saber cómo cada uno de nosotros está liderando este proceso con sí mismo y con los que le rodean, pues nosotros somos líderes-jefes de nuestras propias emociones. Factores como el riesgo económico, el cambio de nuestras actividades rutinarias y el temor a un contagio, son razones suficientes para elevar los niveles de estrés e incrementar la preocupación constante que nos lleva de manera más directa a comportamientos depresivos.

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La psicóloga asegura que en situaciones donde el ser humano se ve expuesto al temor colectivo es normal que llegue rápidamente a lo que conocemos como “pánico” y explica que la condición de pánico bloquea la habilidad natural de racionalizar lo visto y/o escuchado y no permite validar la información. Con lo cual se van creando cortinas de humo sobre la premisa de validar solo lo negativo y captar la atención sobre las noticias más fatalistas.

Se hace entonces necesario hacer un paro en el camino y reconocernos a nosotros mismos, identificar cómo nos está afectando la noticia del momento, qué cambios ha generado en mí y de qué manera estoy manejando la prevención al contagio, mediante un autoanálisis esas condiciones pueden ser exploradas.

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El temor tiene dos características particulares: le invitan al enfrentamiento o a la huida de la situación- efecto conocido como Pelea/Huida-. El primero te lleva a confrontar la situación, a vivirla a pesar del gran miedo que sientes y es aquí donde averiguas, te proteges (porque racionalizas las consecuencias de no hacerlo) y actúas (sigues tu vida lo más normal posible).

En la segunda opción te congelas, no sabes qué o cómo hacer, evitas seguir tu vida regularmente, pero te informas de todo lo negativo de la situación creando un pánico absoluto. Donde lo importante no es la prevención sino la huida del riesgo, lo cual resulta imposible porque estamos hablando de una pandemia. Es decir, el número de casos y el nivel de contagio son realmente riesgosos.

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¿Cómo reconocer que estoy afectando mi salud mental?

Sandra Riaño nos recomienda un autoanálisis, que consiste en revisar y disminuir estas conductas, si perseveran debemos consultar a un profesional de salud mental. Los invito a tomar el test juntos:

 ¿Escucho noticias todo el día sobre el virus?
 ¿Capto la atención sobre videos, o mensajes que tengan que ver con el virus?
 ¿Llevo el conteo de noticias fatales no solo de mi ciudad, sino de varios lugares del mundo entero?
 ¿Busco información sobre síntomas, y casos que me permitan detectar cualquier reacción atípica de mi organismo y que se parezca a lo leído?
 ¿Hablo constantemente del tema con familiares y amigos, generando una obsesión?
 ¿Establezco rutinas exageradas de higiene y limpieza?
 ¿Empiezo a presentar ideas persecutorias, pues siento que me puedo contagiar en todo lado?

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Finalmente, Sandra, al igual que Victoria, nos aconseja crear una rutina de trabajo en casa. Sus recomendaciones son las siguientes:

 Agenda tus actividades teniendo en cuenta los descansos y almuerzo
 Levántate con la mentalidad de un día laboral, donde tu higiene personal y autocuidado deben ser lo más parecido a la realidad cuando vas a tu lugar de trabajo.
 Programa las actividades de casa y familia fuera de esta agenda ya establecida.
 Trata de buscar un lugar apartado para ubicar su computador como el sótano, el cuarto de huéspedes o garaje, por ejemplo, donde te obligues a estar atento y concentrado en tus tareas laborales.
 No extiendas ni atiendas a sus hijos o familiares dentro de tu horario laboral, a no ser de que sea inminentemente necesario. Ten en cuenta que si trabajas más productivamente es muy posible que termines antes para disfrutar más tiempo en familia.
 Organiza el tiempo de hijos y familiares que residen contigo, es importante que todos tengan actividades y/o proyectos a desarrollar en esta época
 Tómate al menos un descanso al aire libre, sal a caminar a los alrededores de tu casa (no parques públicos, tiendas o centros comerciales) o sal al jardín para recibir aire fresco.
 Evita comer snacks en tiempos que no sean de descanso o almuerzo.
 Dedica un tiempo de estar en casa para estar contigo mismo, ese tiempo resulta ser uno de los que más se extrañan y que generan sentimiento de cansancio y fatiga emocional.
 Haz un balance diario de lo que lograste y del resumen de tus actividades, esto hará posible darle el valor adecuado a tu trabajo desde casa.

Fotos: Pixabay

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