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Producto del proceso de ingreso de Colombia a la OCDE, las pruebas PISA se han convertido en un elemento constante en la discusión sobre la política educativa en Colombia, especialmente tomando en cuenta el mal desempeño del país en dichas pruebas hace un par de años. Ahora que han salido los resultados de la versión más reciente de las pruebas, es necesario formular conclusiones sobre los mismos y lo que nos dicen sobre el rumbo llevado por la política educativa Colombiana en los últimos años.

Es importante tener en cuenta que, a la hora de discutir los resultados, lo más constructivo es ver el desempeño de Colombia con respecto a sí misma en pasadas pruebas, esto tomando en cuenta las enormes brechas que aún existen con los países de desempeños altos, y las prioridades establecidas a nivel gubernamental. En ese sentido, se puede hablar de avances que son, para el caso colombiano significativos. Los resultados compilados por la OCDE nos muestran que Colombia es el país con el segundo mayor salto en los desempeños de las áreas que mide el examen (lectura, matemáticas y ciencias), poniéndose a la par de países suramericanos como Perú, y por encima de Brasil en las áreas de Lectura y Matemáticas. Así mismo, ha habido un incremento en el porcentaje de estudiantes aptos para presentar el examen, lo que sugiere tanto un incremento en la cobertura escolar para la secundaria y la media.

Probablemente el hallazgo mas importante que sugieren los resultados de la prueba para Colombia tiene que ver con la disposición de los estudiantes hacia las ciencias. Aunque el país está un punto porcentual por debajo del promedio, el hecho que 7 de cada 10 estudiantes tengan una disposición positiva hacia el método científico nos habla de una población con disposición para carreras asociadas a las ciencias, conclusión reforzada por el hecho que la mayoría de estudiantes manifiestan interés por el aprendizaje de temas relacionados con ciencias y que a su vez reconocen que estos aprendizajes tienen un efecto positivo para su futura vida laboral. Estos hallazgos deben orientar la política pública no solo a las carreras profesionales relacionadas con ciencias, sino que también tienen aplicabilidad para el desarrollo de la modalidad técnica de la educación media y las carreras técnicas y tecnológicas. Así mismo, estos resultados también resultan siendo un testimonio de la efectividad de iniciativas como el programa Ondas de Colciencias o la iniciativa Pequeños Científicos en el fomento de la enseñanza de las ciencias en Colombia y el fomento del pensamiento científico.

Estos resultados también ponen de manifiesto diferencias de género que han sido exploradas anteriormente en este espacio. En muchos contextos se ha hablado de la manera en la que mientras los niños son orientados hacia carreras de ciencias duras (ingenierías, ciencias, matemáticas), las niñas son orientadas hacia carreras en salud o educación. También llama la atención el hecho que en el caso colombiano, las percepciones de autoeficacia en ambos sexos no tengan diferencias significativas, como sí ocurre en otros países. ¿Qué está haciendo la educación colombiana para que tanto niños como niñas consideren que son igualmente capaces de llevar a cabo trabajo científico?

A pesar de estos resultados que demuestran ciertos avances por parte de las políticas educativas de Colombia, hay puntos que siguen siendo altamente problemáticos. Colombia, después de Algeria, es el país de la muestra que tiene el mayor porcentaje de estudiantes que han repetido un grado. Así mismo, Colombia presenta las mismas brechas que presentan otros países de la región en sus desempeños con respecto al nivel socioeconómico de los estudiantes, siendo los estudiantes de menores recursos los que tienen peores resultados comparados con sus contrapartes de un nivel socioeconómico mas elevado. Así mismo, los niveles más bajos de autonomía escolar y administrativa de docentes y directivos en los colegios de Colombia con respecto a los demás países participantes plantean la pregunta sobre como aumentar dichos niveles de tal manera que tengan un efecto positivo sobre los desempeños de los estudiantes.

Independientemente que se cumpla o no la meta que Juan Manuel Santos propuso en 2014 de convertir a Colombia en la ‘Nación más educada’ de Suramérica, resulta claro que se han tomado pasos positivos en la mejora de la calidad educativa en Colombia. Esto implica una reflexión cuidadosa sobre los factores que han contribuido a esto y alejarse de explicaciones maniqueas como el efecto de Ser Pilo Paga. Programas de formación docente como Todos a Aprender y cambios en la evaluación docente, basándola en prácticas de aula y no en conocimientos, son factores con un efecto positivo sobre la calidad educativa y que deben ser mantenidos y fortalecidos. Ahora que se habla de una reforma en los programas de formación docente, es necesario identificar las fortalezas que tienen los docentes colombianos en este momento para potenciarlas, así como sus debilidades para minimizarlas. Es claro que se han logrado avances, pero el camino sigue siendo largo.

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