Desde los días de Fritz Lang y Thea Von Harbou en Metrópolis, pasando por George Lucas en THX 1138 y hasta Matt Groening en Futurama la ciencia ficción nos ha sugerido mundos en los que la libre determinación de la carrera no existe, y sus habitantes, por una razón u otra se encuentran realizando trabajos y funciones en la sociedad determinadas por alguna suerte de poder superior. En el mundo real, lo más parecido que existe a tal fenómeno es el tracking, es decir, la ubicación de los estudiantes de un nivel educativo (la educación secundaria, o media en el caso colombiano) en ciertos grupos de acuerdo a sus perfiles y aptitudes (en este caso, estaríamos hablando de una ubicación en distintas modalidades de la media). El caso polaco nos provee con un ejemplo de las implicaciones de llevar a cabo o no este proceso, y plantea luces para identificar la utilidad de una iniciativa así en Colombia.
Este estudio, llevado a cabo por Jakubowski, Patrinos, Porta y Wisniewski, explora los efectos en el desempeño de los estudiantes de la educación secundaria en Polonia, después de la reforma educativa experimentada por el país europeo a finales de los años noventa, y que tuvo efectos tanto sobre las modalidades de la educación secundaria a la que podían acceder los jóvenes polacos, como sobre el momento en el que realizaban dicho acceso.
La reforma, implementada entre 1997 y 1999, implicó pasar de una educación primaria de 8 años, después de la cual los estudiantes podían pasar a una secundaria académica de 4 años, o a una vocacional de 5, o a una vocacional básica de solo 3 años, a una educación primaria de 6 años, seguida de una secundaria general de 3 años, después de la cual los estudiantes pueden acceder a una continuación de la secundaria general, una secundaria académica especializada (ambas de 3 años), a una secundaria vocacional de 2, o a una escuela básica vocacional, también de 2 años. En términos prácticos, esta reforma representó una reorganización de los niveles educativos de Polonia que no afectó la edad de graduación de los estudiantes (19 años). Así mismo, se presentó una mejora del desempeño de los jóvenes polacos en las pruebas PISA, obteniendo mejoras en sus promedios de 15 y 20 puntos en el periodo de tiempo comprendido entre 2000 y 2006, ubicándose por encima del promedio mundial en la distribución de puntajes. En este sentido, es importante aclarar que los autores encuentran diferencias en los desempeños, con los estudiantes de las modalidades académicas teniendo mejores resultados que sus contrapartes vocacionales.
Para Colombia, un país que busca lograr una mejora en su calidad educativa, el caso polaco plantea un modelo interesante, y que puede convertirse en un referente para la reestructuración de la educación media, por cuanto incorpora aspectos de modalidades y duración. Sin embargo, es necesario tener en cuenta otras variables dentro de la ecuación antes de tomar este modelo como una suerte de panacea. En este momento, la educación secundaria en Colombia (Lo que dentro del país conocemos como educación media) tiene un grave problema en lo que tiene que ver con las diferencias puntuales entre las modalidades académica y vocacional debido a currículos poco diferenciados y especializaciones pobremente definidas, los cuales han terminado teniendo un efecto sobre la permanencia de los jóvenes en el nivel educativo debido a la falta de interés que tienen en estudiar algo que ellos perciben como no útil.
Así mismo, también es necesario tomar en cuenta variables de carácter económico dentro de esta ecuación. El tracking es una buena medida para tener una fuerza de trabajo que pueda entrar al mercado laboral con rapidez. En el caso colombiano, ante la necesidad de dejar la explotación de combustibles fósiles (petróleo) como motor de desarrollo económico, y la posibilidad del desarrollo del agro producto de lo contemplado en los acuerdos de La Habana, una educación media rural que contemple un modelo de tracking puede ser una buena alternativa que resuelva los retos a nivel de política económica y mejore los indices de cobertura educativa en el campo desde la mejora a los niveles de permanencia y pertinencia.
Uno de los grandes errores en política educativa (o en política pública en general) es adoptar medidas de otros contextos sin mayor mediación o reflexión. El caso polaco le provee a Colombia con un referente parcial; sin embargo este referente no resuelve todas las necesidades del país con respecto a su educación secundaria, aunque es un buen inicio, y depende de, en un primer lugar, llevar a cabo una reconstrucción de dicho nivel educativo en el país.
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