Parte 3:  respuesta a Marta Lucía Ramírez

 

Marta Lucía Ramírez introduce su documento con cinco errores fundamentales.

  1. Que el acuerdo “respete” la Constitución, desconociendo que la paz es una excepción especial constitucional (artículo 22 de la Constitución). La asunción de Ramírez es como decir que si a las palabras agudas terminadas en vocal, n ó s se les marca tilde eso no respeta la puntuación ortográfica, porque la regla de puntuación ortográfica dice que a las palabras agudas no se les marca tilde. Lo que comúnmente es expuesto al revés: las palabras agudas llevan tilde, excepto cuando no terminen en vocal, n ó s.

    Todas las excepciones apuntan a las reglas y aunque sean opuestas a ellas son parte inherentes de ellas.
    Así, no se puede decir que las excepciones de puntuación no son parte esencial de las reglas de puntuación,
    Lo triste es que este contrasentido de Ramírez es solo falta del conocimiento histórico de la jurisdicción de la paz, y que en común todavía no lo entiendan los líderes del NO es lamentable y, peor, vergonzoso que lo hagan público.

    La amnistía es regla constitucional y la manda la Constitución en sus artículos 150, numeral 17, y 201, numeral 2
    .
  2. Que el acuerdo garantice “justicia”..“mediante el mecanismo de justicia transicional”, desconociendo que la paz nunca, jamás, puede regirse por la jurisdicción ordinaria, porque la paz es excepcional y no es una regla de la jurisdiccional ordinaria.Ramírez desconoce que la paz no está ni puede estar regulada por los códigos civil y criminal. Ramírez erróneamente parece imaginar que casos de paz llegan todos los días a los juzgados colombianos para que sean tratados por la justicia ordinaria. No, la paz no es ordinaria, absolutamente en ningún aspecto. La paz es excepcional y especial.Además, ¿de dónde saca Ramírez que la paz tenga algo que ver con la justicia ordinaria?El único carácter y el fin de todo proceso de paz es la reconciliación, sin la cual ¿cómo se puede acabar la guerra?La justicia ordinaria es acerca de penas y castigos. La paz es totalmente lo opuesto, la paz es acerca de perdón, amnistía, indulto y unidad, únicos medios para terminar la guerra.
  3. Que no se les otorgue “ventajas indebidas” a las FARC dizque porque no se puede olvidar el mal que han cometido, desconociendo que las FARC no son los únicos agentes del conflicto, es como si Ramírez nunca hubiera oído la Fe-en-la-Causa, el grito de guerra de las Fuerzas Armadas contra las FARC que incluyó el entrenamiento y armamento del paramilitarismo para que les ayudara en las acciones sucias de su objetivo de exterminar a las FARC. Las malas acciones de las fuerzas armadas del gobierno con la asistencia del paramilitarismo son responsabilidad del respectivo Comandante en Jefe del poder militar de Colombia. La paz nos obliga a perdonar todo lo malo que hayan hecho para reconciliarnos y unirnos como una sola nación construyendo su futuro que incluya el beneficio de todos sus habitantes. El perdón, el principio cristiano, está incluido en la Constitución bajo los artículos de amnistía e indulto.
  4. Que el Acuerdo no vaya al Bloque Constitucional, donde pertenece, y que el Congreso no lo apruebe, con el Acto Legislativo 01 del 7 de julio de 2016, como le corresponde, es una clara aberración jurídica y el peor absurdo que se haya oído en una propuesta de acuerdo de paz. La paz es un mandato constitucional, que pertenece a la Constitución, y cuya implementación es tarea obligatoria del Presidente de la República y del Congreso. Más claro no puede ser.
  5. Su queja de que las necesarias instituciones, organismos y comisiones, entre otras, que desarrollan y vigilan la consolidación de la paz “desnaturaliza el ejercicio de las facultades de autoridades públicas como los alcaldes y gobernadores” se puede calificar simplemente de grotesca. Fuera de que demuestra un total desinterés porque haya la máxima seriedad y atención institucional para que la paz se consolide y beneficie a toda Colombia. El ejercicio y función de alcaldes y gobernadores, por ejemplo, es asistir con todos los recursos a su disposición para que las instituciones, organismos, comisiones y demás herramientas institucionales de la paz puedan cumplir a cabalidad su cometido por la consolidación de la paz de Colombia.Con este punto Ramírez demuestra su total desinterés por la implementación de la paz y por el éxito de la paz para Colombia.

 

La primera sección de la propuesta de Marta Lucía Ramírez es titulada Reforma Rural Integral:

  1. El punto 1.1 desconoce que un acuerdo de paz es entre dos partes, y que no se pueden hacer demandas unilaterales, puesto que se trata de un acuerdo bilateral.Mientras los poderosos del campo, nacionales y extranjeros, aseguraron sus propiedades agropecuarias y hasta las ampliaron, aprovechando a los paramilitares y sus “ventas” de tierras robadas o abandonadas por desplazados, las familias campesinas solo podían desplazarse para salvar sus vidas y las tierras de más de cinco millones de personas desplazadas del campo es una restitución que cae más en las manos de paramilitares y poderosos agropecuarios nacionales y extranjeros que en las mismas de las FARC.Las familias campesinas pobres que no se desplazaron se refugiaron en tierras baldías y en las que ilegalmente recuperaban las FARC. Ramírez no puede dar un solo ejemplo de tierras robadas por los paramilitares que hayan sido destinadas a familias campesinas pobres.De ahí que la preocupación de Ramírez no debe ser solamente la tierra, como campantemente demuestra ser su único objetivo, sino que debe ser las familias campesinas y qué tierras van a tener para su sobrevivencia. Eso sería verdaderamente cristiano y justo.
  2. Con el punto 1.2 Ramírez busca defender el dominio o propiedad de tierras inexplotadas, de perjuicio social y ecológico, amenazando demandas civiles contra el estado.Esta defensa de tierras de engorde y guardadas avaramente para usufructo de intereses altamente rentables de poderosos negocios agropecuarios industrializados, extranjeros y nacionales, es incompatible con urgentes soluciones sociales y de protección ambiental que den sustento a necesitadas familias campesinas y que eviten situaciones de fracturamiento hidráulico («fracking“) que inutiliza el suelo cultivable y envenena la circulación subterránea de aguas.Semejante atrocidad contra la riqueza natural colombiana fue cometida con la concesión de 7.400 millones de hectáreas, que entre el 2.002 y el 2.010 otorgó el gobierno a grandes compañías de explotación minera –que usan fracturamiento hidráulico– la más alta y peor concesión de la historia colombiana, y que no debe repetirse. Esa es la forma más antipatriota de usar tierras improductivas.En este tema, la prioridad, no solo para el proceso de paz, debe ser siempre las familias campesinas pobres. No solo es una obra de misericordia, es una obligación social.
  3. Con los puntos 1.3 y 1.6 Ramírez busca quitarle autonomía a la producción agrícola cooperativa de las familias campesinas. Y trata de entrometerles empresarios industriales medianos y grandes para quitarle el carácter campesino y comunal que tienen las familias campesinas y que debe protegerse y preservar.Ramírez parece estar muy aislada de la información sobre los nuevos hábitos de alimentación saludable. Las tendencias mundiales, principalmente de Europa y Estados Unidos –importantes mercados de productos agrícolas colombianos– son por la comida orgánica en contra de la genéticamente modificada.En el campo pecuario, una gallina que pueda correr libremente y se alimente de gusanos, granos y hierbas es más saludable para el ser humano que la gallina encarcelada en una celda de su tamaño y embutida con Purina y hormonas para su anormal engorde y crecimiento rápidos. Sustancias asimiladas que pasan al cuerpo humano al consumir esta lamentable calidad de gallinas.Lo mismo sucede con el maíz producido con abonos naturales en contra del maíz cultivado con peligrosos fertilizantes químicos.La tradición orgánica de cultivo del campesinado colombiano está en alta demanda en los principales mercados agrícolas internacionales conectados a Colombia. Por eso su producción artesanal y comunal es de irremplazable valor para las familias campesinas, para la preservación de la tierra y para la economía nacional.

    ¿Conservar la producción orgánica no debería ser la bandera de batalla agropecuaria de los conservadores?

  4. El punto 1.4 es el mismo error de Pastrana, y aquí no hay nada sorprendente: Desconoce que la autonomía política es cómo funciona la democracia. Las comunidades eligen a sus representantes y dirigentes, quienes a su vez diseñan e implementan sus políticas a través de sus consejos y alcalde. La función del gobierno central es proteger y estimular los esfuerzos de estas comunidades por su propio desarrollo. Así funciona la economía libre dentro de una democracia.La pretensión de Ramírez de imponer un control centralizado a la economía de las comunidades campesinas es tomada del Partido Comunista Chino y no de la democracia económica que un país como Colombia debería impulsar y fomentar.
  5. El punto 1.5 bota a la basura la democracia. Las comunidades si tienen todo el derecho a rechazar planes nacionales que los afecte o no sean de su beneficio comunal. Todo plan de desarrollo tiene que comenzar por la consulta de las comunidades si se quiere que sea llevado a cabo y tenga éxito.Con este punto Ramírez muestra como que solo está acostumbrada a copiar modelos de otras partes, desde lo abstracto, cuya aplicación escasamente se cumple y generalmente fracasa.Ramírez y demás dirigentes que sufren de esta manía tienen ahora una oportunidad de oro para aprender de los excelentes resultados que se logran cuando se oye a las comunidades. Y cuando éstas no necesitan que el gobierno las esté arriando para que actúan, sino que ellas actúan productivamente con la valiosa energía de su motivación propia.
  6. El punto 1.7 en lugar de aterrorizar con costos, lo que Ramírez debe hacer es proponer la creación de un fondo ganadero y agrícola de la alta industria agropecuaria, si tiene influencia en ese gremio, para que el gobierno colombiano sin dificultad reúna los 13 billones o menos anuales que necesita para un pronto Desarrollo Rural y de la infraestructura del campo. Eso mejorará enormemente su imagen nacional y le permitiría entrar en la esfera de las soluciones y no seguir anclada en el círculo vicioso de su rechazo a colaborar y de su impotencia de contribuir con quienes necesitan ayuda.Esta es la oportunidad que tiene la empresa privada de ayudar a los campesinos para convertir el campo en otro poderoso brazo diversificado de la economía colombiana.
  7. El punto 2 sobre la participación política de las FARC pide que no se le dé “ventaja” para el “desarrollo” de su actividad política. Aquí Ramírez confunde varias cosas.Las FARC nunca han tenido un partido político que recoja sus ideas. La Unión Patriótica se llamó así en 1.985 porque era una coalición de sectores guerrilleros (ADO, ELN, FARC) que buscaban participación política legal como una transición hacia un acuerdo de paz, inspirado por Belisario Betancourt.Pero las FARC sin estructura de partido veía su participación como un frente legal de su lucha. Era posible que hubiese mejores resultados políticos como partido que como organización levantada en armas que hiciera madurar a sus militantes y ver lo obsoleto y el innecesario riego de sangre de la guerra, pero los godos de siempre y los paramilitares les demostraron que la guerra era el único camino que tenían, masacrando entre 3,500 y 5.00 miembros de la Unión Patriótica y acabando con cualquier esperanza de legalidad que las FARC hubieran podido tener.El Partido Comunista también se unió a la UP, pero su estructura política no influenció en nada a la UP como tampoco ha influenciado su estructura de partido dentro de las FARC. Las FARC tuvieron que crear su propio Partido Comunista Clandestino, pero más como su línea política de combate que como un real partido.Basados en la ausencia de historia de partido de las FARC se hacen obvias dos cosas: la necesidad de seguridad para un partido de las FARC que evite que se repita el asesinato de la democracia que fanáticos godos y paramilitares le infligieron a Colombia y a la UP, y la enorme falta de conocimiento del discurso de partido, que solo puede provenir de una estructura de partido, que las FARC han demostrado en entrevistas de sus miembros a los medios; lo que en conjunto lleva a la conclusión de que en política dentro de la democrática las FARC están en pañales.

    La situación de las FARC en política de partido es como si uno trajera a Tarzán a que desarrollara tecnología de teléfonos inteligentes.

    Ramírez es miope de la impopularidad política de las FARC que se puede medir con Un Millón de Voces Contra las FARC (2.008), que demostró que si llega a cero es un éxito, y de la nula preparación de partido, tanto en estructura como en discurso. Es clarividente que no existe ninguna ventaja para un dizque desarrollo político de las FARC. Las FARC están partiendo de cero, literalmente.

  8. En el fondo el punto 2.01 solo muestra lo insuficiente de los fondos para que las FARC puedan existir como partido.Con cuentas largas Ramírez alega que 5.257 millones es demasiado para crear y construir un partido que históricamente cambia la guerra por la política, pero el partido de Ramírez con más de 179 años de sólida infraestructura de partido –que no tiene las FARC-, cuotas de miembros del partido, abundantes donaciones particulares y privadas bien establecidas más los multimillonarios subsidio del gobierno no podría subsistir este año sin cerca de $7.585 millones de pesos.¿No debería Ramírez pedirle al gobierno que aumente aunque sea en $2.328 millones los auxilios a las FARC para que por lo menos pueda equiparar los demandantes gastos de un partido naciente a los gastos que aún con sólidos ingresos ya establecidos tiene un partido como el Conservador?Ramírez debería ahondar más en el cristianismo y aprender la lección de la parábola de los jornaleros contratados y así saber por qué los últimos son los primeros. Y dejar de repetir: “A estos que sólo han trabajado una hora, les pagas lo mismo que a nosotros, que hemos trabajado toda la jornada soportando el calor del día”…
  9. El punto 2.2 busca eliminar en el papel lo que es difícil que se de en la realidad. Los disturbios son expresiones colectivas de furia. Lo más civilizado es que quienes tienen autoridad en sus manos sean sensibles y tengan en cuenta las reacciones de la gente. A quién se le va a ocurrir asesinar a Jorge Eliécer Gaitán sin ser sensible ni tener en cuenta lo que sería la reacción de las gentes. Lo mismo sucede cuando la policía mata afroamericanos en Estados Unidos.Solamente una autoridad sensata, sensible y comunicativa puede evitar disturbios.Toda persona furiosa tiende a romper cosas, eso se multiplica en un disturbio. Psicológicamente es necesario para que la gente saque toda su inconformidad, siempre después de la tormenta viene la calma. Pero, ninguna de esas personas, por furiosas que estén y por las cosas que rompan son criminales. Hay que aprender a respetar la ira de los demás. Una respuesta violenta o innecesaria y los disturbios pueden escalar a algo peor.¿No sería natural entender que para una persona con ira los derechos de terceros al trabajo, la libre circulación y los bienes no tienen ninguna importancia?Ramírez debería trabajar con todos los conservadores para acabar la violencia en Colombia y dejar esa tradición sanguinaria de los Chulavitas y los Pájaros que ha marcado la violencia conservadora hasta nuestros días con su nueva versión homóloga, los paramilitares.

    Ramírez debería apoyar 100% a las FARC que están luchando por la  paz de un partido político y no la guerra.

    Ramírez debería luchar para que los niños no jueguen a las pistolas, los padres no les peguen a las madres, ni los padres le peguen a los hijos. Eso sería ver a Ramírez trabajar de verdad por la civilidad de los colombianos. Si Ramírez y todos los dirigentes hicieran eso no habría nadie para hacer disturbios en Colombia.

    El punto 2.2.2. del Acuerdo para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera debe quedar tal y como fue redactado.

  10. El punto 2.3 muestra el típico error de quienes no tienen ni idea de lo que es un acuerdo de paz o se las dan de incautos. Los delitos de lesa humanidad no son extraños a la guerra. Esos delitos son los que más producen resentimiento y venganza, los que alimentan la guerra, y al mismo tiempo son los que hay que perdonar para poder llegar a una reconciliación y una unidad de esfuerzo por un bien común. El perdón hace a una persona nueva. Y también la hace buena. Lo que toda sociedad hace es velar para que esa bondad crezca y se desarrolle y nunca se acabe.No hay nada más estimulante para la motivación del bien de la sociedad que mostrar cómo el que fue malo ayer hoy hace el bien, Eso hace ver que el bien puede más que el mal y que el bien siempre es recompensado y admirado. Que los malos se vuelvan buenos es la más grande educación que una nación puede darle a sus ciudadanos. Ayudar a que la gente sea buena es una obligación sin peros y un hábito que todos debemos practicar.Si un miembro del Secretariado de las FARC llegara a ser presidente no lo sería porque ha participado en algún crimen de lesa humanidad, lo sería porque dejó de participar en esos crímenes, porque abandonó el mal y abrazó el bien, porque sus ideas no son de matar sino de vivir, porque su ejemplo de cambio inspira a todos a ser mejores.Ramírez debería seguir profundizando en el cristianismo y estudiar la parábola del hijo pródigo y dejar de decir cosas como: “Hace ya muchos años que te sirvo sin desobedecer jamás tus órdenes, y nunca me diste ni un cabrito para celebrar una fiesta con mis amigos. Pero llega este hijo tuyo, que se ha gastado tu patrimonio con prostitutas, y tú le matas el ternero cebado.¨En mi respuesta a FEVCOL explico cuál es la situación de los crímenes de lesa humanidad en los acuerdos de paz y la posición de la Corte Penal Internacional al respecto.
  11. El punto 3.3 muestra la incomprensión de lo que significa democracia, pluralidad y gobierno. El error de Ramíez aquí consiste en la insistencia de ver a las FARC como grupo armado, que deja de existir con el acuerdo de paz, y no como lo que realmente son ahora: civiles que tienen derecho a participar del gobierno como cualquier otro ciudadano colombiano, sobre todo cuando su punto de vista ha estado ausente del gobierno y se hace necesaria su participación.Quizá una de las más grandes aportaciones de las FARC es en los terrenos militar y de seguridad, donde nadie puede competir con su medio siglo de experiencia y práctica en el campo mismo de las acciones.La riqueza de conocimientos que las FARC pueden aportar a la contrainsurgencia internacional son invaluables.Sin lugar a dudas, no existen personas más idóneas y experimentadas para participar de la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad que los miembros de las FARC.Todo informe discriminatorio y “prejuicial” contra cualquier miembro de dicha Comisión debe ser rechazado de plano.
  12. El punto 5.1 es una intransigencia más de recurrir a la justicia ordinaria para juicios que no le pertenecen. El castigo es una doctrina de la justicia ordinaria que no tiene ninguna cabida en los acuerdos de paz, que son del dominio del perdón, la amnistía y el indulto.El escarmiento del castigo en ningún momento está relacionado con la No Repetición. Es la verdad y la reparación lo que lleva a la No Repetición.
  13. El punto 5.2 es un absurdo judicial. La Justicia Transicional no es penal y lo que no se necesita son jueces con experiencia penal. La Corte Suprema de Justicia no tiene incumbencia directa en un proceso judicial excepcional, sobre el cual solo tiene que dar herramientas y concepto dentro de los intereses nacionales del bien común determinados por la Justicia Transicional.Lo más obvio es que los jueces que intervengan en asuntos de justicia transicional tengan conocimiento y experiencia de justicia transicional.
  14. El punto 6 que Ramírez llama de implementación cae en el error de tratar la paz como una simple ley de esas que no se cumplen, en lugar de darle la seguridad constitucional que merece un acontecimiento histórico de la más grande envergadura y que cambia a la nación en antes y después de las FARC, cubriendo más de medio siglo de la historia colombiana.El Acto legislativo 01 de 2.016, las facultades especiales y la vía rápida tuvieron que redactarse como excepciones pertinentes a la jurisdicción transicional, contemplada en la Constitución bajo los artículos 22, 150 numeral 17 y 201 numeral 2. Hay que entender que típico a la justicia transicional son: la paz la amnistía y el indulto, todos siendo parte de la Constitución de Colombia, lo que hace de la Justicia Transicional un bloque constitucional per se en sentido restricto y lato.

 

 

 

Parte 1: Respuestas al pentágono del NO contra el Acuerdo de Paz (1 de 5)

Introducción, Respuestas a FEVCOL y a Alejandro Ordóñez

Parte 2: Respuestas al pentágono del NO contra el Acuerdo de Paz (2 de 5)

Respuesta a las propuestas de Andrés Pastrana y su equipo asesor.

Parte 3:  Respuestas al pentágono del NO contra el Acuerdo de Paz” (3 de 5)

respuesta a Marta Lucía Ramírez

Parte 4:  Respuestas al pentágono del NO contra el Acuerdo de Paz (4 de 5)

respuesta al Centro Democrático

 

Los errores crasos del Centro Democrático contra la Paz de Colombia

http://blogs.eltiempo.com/paz-colombia-y-el-mundo/2016/10/29/los-errores-crasos-del-centro-democratico-contra-la-paz-de-colombia/

Parte 5:  Respuestas al pentágono del NO contra el Acuerdo de Paz (5 de 5)

Conclusiones, referencia.