El 3 de octubre de 2014, la presidenta del Círculo de Empresarios de España, la primera mujer en ocupar ese cargo, una de las damas más influyentes del país, dijo todo lo que a una persona de su importancia, de su investidura, no se le permite decir en público. Los dos minutos y 51 segundos que Mónica de Oriol consumió para defender sus ideas durante la XXV Asamblea Plenaria del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL), a la que pertenece Colombia y 20 países más de la región, le alcanzaron para hacer una descripción cruel de la equidad de género en el trabajo. (Clic acá para ver el video con las declaraciones de Mónica de Oriol).
Oriol empezó por recordar que “para proteger a la mujer se han empezado a crear regulaciones llenas de buena voluntad y objetivos para incorporarlas a la carrera profesional”. Y citó un ejemplo: “Una mujer entra en una empresa en España, se queda embarazada, tiene derecho a unos meses de maternidad (…) vuelve al mundo del trabajo y durante 11 años está blindada, no se la puede despedir, lo haga bien, mal, regular”.
Entre una frase y otra, esta vasca, miembro de familia de marqueses, políticos e industriales, empezó a soltar la lengua sin amago de pena. “Acá somos empresarios todos (…) Esta protección a la mujer desvincula la permanencia en el puesto de trabajo a su alineamiento con los intereses de la empresa. El resultado: la productividad baja enormemente (…) Estamos generando tal cantidad de regulaciones en este país o en Europa para favorecer a la mujer que lo que la estamos es aislando de una carrera profesional”.
Y siguió: “Yo lo único que digo es que prefiero una mujer de más de 45 o de menos de 25 años, porque como se quede embarazada nos encontramos con el problema. Eso es malo para las mujeres porque no nos están dando igualdad de oportunidades sino que nos están condenando”.
Como se esperaba, los medios afilaron sus titulares contra Oriol. «La presidenta del Círculo de Empresarios ‘prefiere’ contratar a mujeres que no vayan a tener hijos», «Mónica Oriol: las embarazadas son un problema para las empresas, no se las puede echar y no se esfuerzan» y «Mónica Oriol prefiere contratar a mujeres que no puedan quedar embarazadas» fueron algunos de ellos.
La última parte, con la que la “Empresaria de Hierro” –apodo ganado a pulso gracias a su temperamento-, redondeó su intervención pasó desapercibida. Es como si nadie la hubiese escuchado. Las frases de los encabezados en los diarios ya estaban elegidas; las notas en directo para televisión, emitidas; los audios, cortados; y las redes sociales en lo suyo: incendiadas y condenando.
Oriol tuvo razón al advertir que la idea que estaba “soltando era políticamente incorrecta”. Y en su caso mucho más, no tanto por presidir el Círculo de Empresarios de España (en Colombia sería la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, Andi) ni representar a la clase más selecta de su país, sino por ser mujer y nada menos que madre de seis hijos.
En Colombia, ella también habría sido lapidada por la opinión pública, por los (y las) feministas de convicción y por los (y las) que posan para parecerlo. Acá tendría que hablar, además, de la inclusión de mujeres prepago en la nómina de Reficar y Ecopetrol para complacer a los directivos, de las bonitas que llegan a los medios de comunicación a hacer de periodistas gracias a la foto de cuerpo completo en la hoja de vida o de las secretarias privadas tipo VIP en las entidades públicas y privadas. La lista es larga. Seguro los dos minutos y 51 segundos no le alcanzarían…
Twitter: @ivagut
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