Desde ayer empecé a seguir en Twitter a la ministra de Vivienda, Elsa Noguera. Además, puse una alerta en mi celular para no perderme ni uno solo de sus tuits. No piensen mal, no estoy haciendo curso de político. Lo que pasa es que quiero ser de los primeros en enterarme cuando ella le prometa la casa a Mariana Pajón por haber ganado la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río. Recordé a tiempo que el abanderado de las casas gratis es el vicepresidente, Germán Vargas Lleras, y también lo seguí y le puse su respectiva alerta. Espero que no tarden mucho en hacer el anuncio porque el momento de éxtasis va pasando y el impacto mediático podría ser menor. (Lea también: ¿Por qué desapareció el Diario Marca Colombia?).
Pero, ahora que lo pienso mejor, ¿será que se la dan? Mariana hizo méritos, igual o más que los otros medallistas. La diferencia, y ahí es donde radica el problema para que le den la mentada casa, es que la antioqueña no la necesita: darle una no sería noticia taquillera, ni ayudaría en las encuestas ni tampoco aseguraría votos.
Este país se acostumbró a conmoverse por la miseria de alguien más pobre, como si la mayoría no lo fuéramos. Y si acaso el que conmueve es un deportista el valor agregado es mucho mayor. Cuántos de ustedes no se atrincheraron durante estos días, con teclado en mano, pidiendo (exigiendo) que le regalaran una casa al boxeador Yuberjen Martínez. “Cómo es posible que un medallista olímpico no tenga una casa digna para vivir”, “¿Dónde está el Gobierno mientras un héroe como Yuberjen deja en alto el nombre de Colombia?” o “Con sus puños se ganó la casa. Que se la den ya”, leía en Twitter.
Todos tienen razón. Yuberjen se merece una casa, igual que el pesista Luis Javier Mosquera –a quien se la dieron el viernes en Yumbo- o que Óscar Figueroa o que Caterine Ibargüen o que Mariana o que el campesino que madruga a las 3:00 a.m. a ordeñar las vacas o que el guarda de seguridad que se levanta a hacer turnos de 14 o 24 horas o que el vendedor ambulante que se para todo el día –llueva o haga sol- en plena calle o que el camionero que conduce 16 o 18 horas para que a usted y a mí no nos falten productos a elegir en el supermercado.
Ser deportista no es más, ni menos, que ser campesino, guarda de seguridad, comerciante o conductor. Casas se merecen todos porque todos son colombianos y el Estado debería procurarles una digna, tal cual lo dice el artículo 51 de la Constitución Política de Colombia. La diferencia entre unos y otros es el beneficio mediático que ve el político de turno.
No se confundan, no estoy en contra de los deportistas. Al contrario, estoy a favor del deporte. Yo mismo hice parte de ese mundo en el que hay que madrugar, sacrificarse, entrenar, privarse de los placeres de juventud (sexo, alcohol, fiestas…), y hasta competir con hambre. Lo que no pueden hacer los deportistas colombianos es acostumbrarse a ir a los Olímpicos pensando en ganar una casa porque, seguramente, eso será lo único que ganen: una casa para colgar la medalla.
Ojalá alguien les diga que después del retiro, cuando el cuerpo no da más, también hay una vida, igual o más difícil que la de deportista. Que los animen a estudiar, a prepararse, a aprovechar las becas e incentivos que les dan ahora por hacer parte del ciclo olímpico. Que los aconsejen para que no se crean el cuento que se han creído los futbolistas de que son una especie superior y que pueden flotar ajenos al país en el que viven. En ese cuento todos tenemos algo de culpa, principalmente por alcahuetes, por hacerlos ídolos y darles permiso para que se lo crean.
“A mí me encanta esto. No lo hago por los resultados, lo hago porque me encanta, porque es mi pasión, porque me encanta ponerme la camiseta de Colombia y representarla”, dijo Mariana Pajón el sábado, delante de los medios de comunicación. Para dedicarse a hacer lo que le apasiona, ella ha contado con el respaldo de su familia, de patrocinadores y del Gobierno. Se lo ha ganado. A los demás medallistas tampoco les ha faltado más que lo que le falta a cualquier colombiano promedio que vive con el mínimo, en arriendo, con hijos por mantener y educar. Esa es la vida real acá, por si no lo sabían.
Está claro que no somos el Reino Unido, que no le da dinero a sus deportistas por las medallas (con todo y eso, quedaron de segundos en los Olímpicos), ni Suecia, que les reconoce los metales con tiernos osos de peluche. Lo que sí espero que pase, algún día, es que nuestra clase política deje de manosear a los deportistas con casas que no les cuesta a cambio de los votos que necesitan.
Sigo atento a los tuits del vicepresidente y la ministra, quien quita que le den la casa a Mariana.
Muy de acuerdo, eso es populismo político. Con lo que le dan por la medalla a Yuberjén puede comprar una casa o pagar la cuota inicial y, con la pensión vitalicia, pagar con comodidad las cuotas mensuales, como nos toca al resto de colombianos, que no alcanzamos para la vitrina de políticos.
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Muy trabajadas las medallas de Mariana, pero hay que ser honestos, ella viene de una vida muy distinta a la de la mayoria de los deportistas del país, pudo ser una deportista de BMX mas por tener una vida privilegiada que por cualquier otra cosa, tener la oportunidad de dedicarse a un deporte de elite y a nada mas no es un lujo que muchos se puedan dar, ademas a tenido numerosos contratos de publicidad que los otros deportistas no han tenido, darle una casa sea del valor que sea es un desproposito.
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Mariana una deportista que ha demostrado no estar muerta de hambre para ganar una medalla ni andar mostrando el cobre
siempre contestando a los periodistas con humildad y no entrando en el juego del resentimiento y el oportunismo mucho pero mucho para aprenderle a esta reina
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x si no lo sabian, la ley le da a los ganadores de medalla, pension de por vida y plata en efectivo, señor periodista instruyase antes de criticar
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Mariana compitió, Mariana ganó y es ahora la primera y única mujer en Colombia y Suramérica con dos medallas de oro y con potencial de ganar más. Ella también merece ser premiada, tal vez de otra manera.
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No se la van a ofrecer, les da pena darle una ratonera de estrato uno como se la dieron al pesista y se la van a dar al boxeador, ella es otro estrato, se cagaria de la risa con el ofrecimiento
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la ley es para todos,y si mariana gano medalla tiene todo el derecho de recibir lo mismo que les den a los otros; ella vera que hace con su premio que bien se lo merece.
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Mariana pajon no necesita que le den una casa, preocúpense más porque si les cumplan a los deportistas que si entrenan con hambre
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Tiene usted toda la razón
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GRATA COLUMNA…….100X100 ..nada que agregar
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Este señor tiene toda la razon. Desafortunadamente en colombia todo gira en torno a la clase politica corrupta, avivata, oportunista y descarada; estos energumenos aprovechan el dolor y el esfuerzo ajeno para llenarse los bolsillos.
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claro lo vetan no dije ni una sola palabra mala, solo por que le digo la verdad al periodista sean serios
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malo por que dan casas y malo por que no amigo periodista no le meta politica al deporte e investigue mejor mariana pajon tiene una mejor casa que la ministra, que usted y que mi persona, vive en casa campestre, la sola bicicleta vale mas que una casa de esas pequeñitas que da el gobierno, y si el gobierno le da casa a los deportistas no critique algunos viven en la miseria y si se la merecen, fuera de hablar chachara por no decir otra cosa que hace usted por el país y a cuantas personas a ayudado?.
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yo lo felicito por ponerle el ojo a esas promesas que hacen los gobernantes de turno izquierda y derecha nadie cumple nada y el pueblo le dan gracias a Dios por algo que se quedo en promesa
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Más o menos de acuerdo, Iván. Ser deportista de alto rendimiento requiere 6 días de entrenamiento por semana, 8 horas diarias. Nada de pensar en además estudiar. Y más que la casa, les prometieron pensión vitalicia. Que se vea, también para Mariana
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