Llegan las elecciones. Se oyen discursos bonitos, proyectos para ser un país feliz ¡Mentira, ya los somos! Cualquier programa presentado por la mayoría de candidatos sería envidiado por políticos suizos o noruegos. Todo suena lindo. En cuatro años nos desarrollamos. ¡Qué felicidad!
Se ven campañas geniales y super originales. Cosas que nunca en la vida hemos escuchado. ¡Es el momento del cambio! ¡Más empleo y seguridad! ¡Porque es el momento de la paz! ¡Erradiquemos la pobreza! ¡Cero corrupción! Frases que venimos escuchando desde hace más de 100 años.
Todos aseguran ser transparentes, independientes, sin cuotas políticas o burocráticas. Ante las investigaciones que tienen, afirman que son persecuciones en su contra de enemigos políticos. Que creen en la justicia colombiana y confían en que saldrán libres. Eso decían Piedad Zuccardi, Kiko Gómez y Samuel Moreno. Las excusas y evasiones de siempre.
La realidad es otra. Ve uno las mismas caras, la misma desconfianza, la misma corrupción. ¿Serpa, Uribe, Gerlein como imagen de renovación política? ¿En serio? Y ni hablar de los delfines.
Hay escepticismo. La gente ya no cree mucho, y esto podría ser una esperanza. Aunque a los partidos políticos y al gobierno les importa muy poco lo que creamos. Sólo quieren seguir con el control del país, de la economía, del país feliz, pero para ellos y su grupito. Los demás, que se jodan. O bueno, denles algo de pan y lechona por el voto que les dieron.
Tan despreocupados están los partidos sobre su imagen que no hacen caso de las investigaciones. Un informe alertó sobre un alto número de candidatos, más de 130, con serios cuestionamientos. Sospechosos, acusados e investigados de graves delitos: Masacres, desplazamiento, robo de tierras, asesinato, narcotráfico, clientelismo, lavado de activos, constreñimiento electoral y más. Eso sí, ninguno de ellos se ha robado un celular en Transmilenio o un cubo de caldo de gallina de una tienda. Porque estos últimos son delitos mucho más graves, que merecen la atención de los medios y el repudio de la sociedad en general.
Los directores de estos partidos políticos no dicen nada, se hacen los bobos. No rechazan a estos candidatos en público. Necesitan los votos. Son hipócritas. Cómplices de la corrupción. Miserables. Malditos, mil veces malditos.
Cobardes con miedo de perder todo el caudal político que han ganado a punta de sangre. Y nada pasa porque están apoyados en un sistema de justicia comprado, amañado, mañoso y podrido. Tú me haces Senador, yo te hago Magistrado. Tú no me investigas y yo te nombro Procurador. Corrupto con corrupto, corrupta con corrupta, en un sentido muy bello.
Aunque les reconozco algo. Su departamento de marketing y de relaciones públicas es asombroso. Tanto así que un alto porcentaje de colombianos continúa pensando que los más grandes problemas de este país son Las Farc, Las Bacrim, y la inseguridad. ¡Plomo para todos ellos y habrá paz, desarrollo y cohesión social!
Haga el ejercicio mental de poner a todos los actores ilegales en una bolsa (Farc, Eln, Bacrim, delincuencia común, etc) y tirarlos al mar o enviarlos a Marte. Seguramente habrá paz y tranquilidad por algunos años. Pero como sigue la misma clase dirigente, pronto aparecerán nuevamente los mismos problemas y peores. Ahora haga el mismo ejercicio mental, pero al revés. Meta a todos los políticos corruptos en una bolsa y tírelos al mar. Tomaría un tiempo recomponer el país, pero les aseguro que los demás problemas no aparecerían. O algunos de ellos sí, pero en un porcentaje mínimo.
Para rematar su nivel de oportunismo, hacen actividades que nunca en periodos anteriores realizaron. Candidatos manejando taxi, trabajando como vendedores ambulantes. Qué porquería. Son elegidos y vuelven a sus megas camionetas, su jauría de escoltas, su poder. Y jamás regresan a pisar el sitio donde los vieron una vez con los ciudadanos. Claro, hasta unos días antes de las próximas elecciones.
Sólo tómese un tiempo y vea un noticiero nacional. Las noticias son para sentarse a llorar. Lo peor es que en el tiempo de los comerciales, aparece la propaganda de todos los partidos. Anunciando “las maravillas que han hecho” y que quieren seguir haciendo. Como si desconociéramos que gran parte de los hechos que son noticia, provienen de las acciones corruptas de estos partidos políticos.
Cansados de tanta basura electoral, hay un grupo de indignados que promueve el voto en blanco. No soy amigo de esa opción, pero respeto a quienes lo promueven. Se cansaron de todo. Lamento que hayan meczlado en un costal a la basura con las pocas nuevas y refrescantes ideas. Perdieron la fe en toda la política, así como muchos pierden la fe en el amor, en la religión, en la vida. Respetable.
Sin embargo, en medio de tanta inmundicia política, de tanta mezquindad electoral, hay opciones. Pequeñas, pero trabajadoras. Yo me inclino por algunas personas del Partido Verde. Le daré mi voto a Claudia López para Senado y Angélica Lozano a la Cámara. Por la consulta del partido verde iré por John Sudarsky. Creo en sus proyecto, en su transparencia, y me siento ‘un poquito más cerca’ de esa Colombia justa, próspera, segura y con equidad para todos.
Ellas y otros grandes personajes entienden la función de servidor público y trabajarán para todos. Son un grupo pequeño pero hay que apoyarlo y mantenerlo.
De lo contrario, seguiremos en las mismas, en un ‘país feliz’, con los más altos índices de corrupción estatal y privada que se han mantenido desde hace siglos.
¡Qué lejos estamos!
Sobre el autor de este blog:
LuisÉ Quintero
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