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Marchas como la de hoy ya se han dado varias, lo cánticos han sido prácticamente similares y los marchantes casi que fueron los mismos y nada que se consiguieron los resultados y por el contrario los directivos siguieron y se fortalecieron hasta el punto que volvieron a llevar al equipo a la B y en nuestra ciudad, como siempre ocurre,  nada cambió.
 

Pero la marcha de este 1 de febrero de 2013 tiene una particularidad y una connotación muy especial y es el hecho de que fue legitimada por una autoridad gubernamental, JUAN CARLOS GOSSAIN, el gobernador del departamento de Bolívar se dignó a escuchar a los jóvenes barristas y de cierta manera con su gesto reconoció que la protesta es más que justa y es además necesaria.
 

El equipo de fútbol de la ciudad no merece la suerte que ha tenido en los últimos 6 años y en buena hora lo han entendido no sólo las autoridades sino un sector de la radio que durante todos estos años acolitó y patrocinó la forma como se rigieron los destinos del club Real Cartagena y con su silencio cómplice ayudaron a sepultar las esperanzas de una hinchada sufrida que se desvive por la divisa cartagenera.

Esta nueva marcha debe ser el comienzo de una nueva etapa de reflexión sobre la forma como se ha venido manejando este equipo y debería también ser el comienzo de una era de cambios para la institución. No puede ser posible que los dirigentes del equipo estén por encima de los intereses de una afición y de toda una ciudad.

Yo no escribía desde diciembre y no me pronuncié sobre la «junta directiva» que se anunció con bombos y platillos, porque en mi concepto esa junta no era tan «independiente» como se pregonaba e incluso dije en su momento que «A los señores que toman la administración del equipo toca desearles de corazón que los Mayas se equivoquen para que si en realidad son autónomos y no autómatas y si en verdad van a estar al frente del barco y no en calidad de figuras decorativas puedan tener por lo menos el año 2013 para demostrar que son capaces de retornar el equipo a la máxima categoría del rentado nacional» , pues bien, resultó que duró más un merengué en la puerta de un colegio que la tan cacareada junta.

Y en su oportunidad manifesté que : «Dentro de la nueva junta hay algún personaje un tanto locuaz que despotricaba bastante de los que escribían en los blogs y en las redes sociales e incluso se atrevía a llamar «loquitos» a todos a aquellos que esbozaban sus conceptos por estos medios, bueno toca ver si administrar un equipo de fútbol es tan fácil como hablar y hablar y hablar y hablar y tratar de teorizar sobre un deporte del que al final se sabe muy poco a juzgar por las muchas veces que ponderó las pésimas contrataciones y sacó a relucir las hojas de vidas de unos jugadores que a las claras se veían que eran unos verdaderos paquetes».

No me alegro de la suerte que corrió este personaje quien por lo menos mostró carácter y dignidad contrario al comportamiento de su compañero de «infortunios» que al parecer le pudo más el «compadrazgo» que las ganas de sacar a flote el equipo y terminó claudicando con un risible memorial en donde plantea unos motivos bastante cuestionables para dar marcha atrás en sus aspiraciones y dejó bastante en entredicho su carácter y su personalidad.
 

Hoy nada ha cambiado y mañana 2 de febrero se reunirá la junta directiva para ratificar que el Presidente seguirá siendo el mismo inepto que llevó al equipo a convertirse en el hazmerreir del fútbol colombiano, porque se necesita ser un incapaz para descender un equipo dos veces y ese record lo ostenta con lujo de detalles la persona que una vez más pretende mantenerse a la cabeza del Real Cartagena.

Pero de lo malo algo bueno queda y creo que lo positivo de este sainete es la protesta de los hinchas, el acompañamiento de algunas autoridades y las divertidas peleas que se han dado en los espacios radiales del dial cartagenero entre el Presidente del Real y sus antiguos áulicos. Confieso que hace rato no me reía tanto escuchando unos sketch humorísticos como los que me ha tocado oír en estos últimos días.

 

Me queda también la satisfacción de haber estado en lo correcto durante todos estos años y de haber demostrado que el «veto» que se me impuso fue totalmente injusto y motivado por decirle a las cosas por sus nombre. Prepárense que a partir de ahora empezaran a vetar a más de un sobachaqueta de aquellos que ponderaron al directivo del que hoy reniegan.

Por último debo decir que no estoy de acuerdo con la llegada de otro equipo a la ciudad porque eso demostraría que en Cartagena no existen dirigentes de valía y que las acciones que el Distrito tiene en el equipo sólo han servido para llenarle los bolsillos a unos pocos.
 
Sería bueno que este tira y afloja que ahora hay por sentarse en el sillón de la Alcaldía de Cartagena sirva por lo menos para que aquel que se pueda apoltronar en tan apetecido «trono» se ponga los pantalones y empiece a hacer auditoría de todos los dineros que se han invertido en el Real Cartagena de la plata de todos los cartageneros…. Amanecerá y Veremos le dijo Stevie Wonder a su carnal José Feliciano.

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