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Una soleada tarde los tres abordaron el bus turístico, emocionados tomaron asiento en la parte delantera —“Aquí está muy bien y tenemos mejor panorámica” —dijo convencido Carlos.  En el folleto se leía: “…Disfrute de una visita guiada por Manhattan con guía en español, conozca lugares fascinantes como Times Square, Central Park, World Trade Center y muchos más”. Cecilia y Carlos estaban de paseo y se sentaron juntos, Diego se hizo en los asientos del lado. Jim, el guía, era oriundo de New York, hablaba muy bien español, les presentó a Tony, el conductor.  A la hora señalada el autobús inició el recorrido.

Las calles y edificios

Observaron las grandes avenidas y los gigantescos edificios —¡Wow! Ahora entiendo porque les dicen rascacielos ¡miren, miren, llegan hasta las nubes! —decía Diego sorprendido. Iban por una amplia avenida hacia el sur, pasaron por la famosa tienda de Macy´s, entretanto, Jim relataba emocionado las historias de su ciudad. Cruzando por el monumental Empire State vieron una sugestiva pancarta que decían “Sex and the City”.

—Esa es una serie nueva, la presentan por TV Cable. ¡Aunque yo la veo por la “Perubólica”! —anotó Diego riéndose.

Imagen 1. Calles y rascacielos de New York.
Calles y rascacielos de New York. Imagen de Free-Photos en Pixabay

El vecindario 

Se detuvieron en el barrio residencial “Greenwhich Village”, tradicional por su arquitectura, cultura y bohemia; Jim los dirigió a una particular esquina y dijo alegremente:

—En ese edificio “viven” ¡Mónica, Rachel, Chandler y Joey! ¿De quién les hablo?

—¡De “Friends”!  Contestó inmediatamente un argentino y corrió con su pareja a tomarse una foto.

—Sí, así es, adelante —contestó Jim sonriendo. Los demás los siguieron. —Esa es otra comedia que veo por TV Cable—murmuró Diego.

El transfer 

En la parada 10 Jim les indica que pueden tomar un ferri para ver la estatua de La Libertad o continuar en el circuito. Se bajan por unos minutos y observan las descomunales Torres Gemelas. Los argentinos piden que les tomen un par de fotos.

—¡Esto es fabuloso!  —dice él —Esta visita la teníamos programada para dentro de dos años, la adelantamos por mi esposa.

—¿Está enferma?  —preguntó Cecilia.

—¡No! Este fin de año será caótico, el mundo prácticamente se acabará —dice la mujer en tono profético con su marcado acento —¡los computadores dejaran de funcionar! Entendé, la llegada del año 2000 enloquecerá todo, los bancos quebraran, los ascensores no funcionaran y menos las centrales eléctricas, los aviones caerán. ¡Qué quilombo se va a armar!   Siempre soñé estar aquí, ahora es el momento —terminó diciéndoles en tono sombrío mientras se disponía a subir al bus.  Ellos se quedaron de una pieza ante tan nefastos augurios.

—¡Frescos!  Eso no lo he visto en la “Perubólica”.  ¡Se los juró!   —dijo Diego en voz baja.

De dónde vienen 

En una de las últimas paradas, antes de descender, Jim preguntó —¿De qué país vienen? —un grupo grande que estaba al fondo dijo España, otro Chile y así todos los demás.  Ahora era el turno del grupo de Carlos, en voz alta contestaron orgullosos ¡Colombia!

—¡Oh! La tierra de la coca y Pablo Escobar —exclamó un español riendo.

— ¡Y de la marihuanaaa! —contestó otro burlonamente.

Ellos se quedaron petrificados sin saber qué decir.  Avergonzados, no miraban a los demás pasar, estaban abrumados, se sentían ultrajados en su amor propio, eran el hazmerreír, su frustración era inmensa.  Pasaron los españoles y uno de ellos a modo de chiste les dijo —¡Hostias tíos!  ¿Trajisteis porritos? Ja, ja, ja.   

Continuando el recorrido 

Antes de reanudar el viaje Jim tomó el micrófono, su sonrisa había desaparecido, habló con tono serio:

—¡Estoy molesto!  No debemos juzgar a los demás por el comportamiento de unos pocos.  ¿Saben?  Es un asunto muy doloroso para Colombia —luego miró a los colombianos —A ustedes les pido perdón por lo sucedido—hizo una pausa.

—¡Está muy mal hecho! ¡Muy mal hecho! —ahora observaba a los españoles, el silencio era sepulcral.  Un español alto y fornido lo miró, unió sus manos en posición de oración y bajó la cabeza en actitud de ofrecer disculpas —Excusas aceptados —dijo serena y firmemente Jim. 

—Ahora —indicó, mientras contemplaba a todos los pasajeros — ¡Escuchen! Escuchen una de tantas cosas buenas que tiene Colombia —su sonrisa volvió a aparecer —Adelante Tony ¡the music! —…mientras aplaudía y gritaba “¡Upaaa!  ¡Ay hombeee!” por los parlantes del bus se oía:

“…Me lleva él o me lo llevo yo
Pa’ que se acabe la vaina.
¡Ay! Morales a mí no me lleva
Porque no me da la gana…”

Última parada

Al terminar Jim les pidió que lo esperaran, descendieron y se pararon en la acera.

—¡Uy! Me dio una rabia con esos españoletes —dijo Diego — pero me contuve las ganas de revirarles apenas vi a ese mastodonte barbudo que estaba atrás; ese mancancan me pega un puño y ¡me estampilla contra el parabrisas! —los otros rieron.

—Hum, hasta razón tendrán.  Cómo será que los gringos nos tienden “descertificados”, a los yanquis les prohíben visitar Colombia por peligrosa, aprueban menos del 25% de las visas pedidas, en los aeropuertos nos revisan hasta la conciencia, a nuestro expresidente le quitaron la visa.  Mejor dicho, ¡estamos jodidos! —dijo moviendo la cabeza de lado a lado.

Jim se acercó y volvió a pedirles excusas, a modo de desagravio les obsequió tres tiquetes para el tour nocturno que era diferente al del día, además, terminaba en un cafecito al frente del río, incluía una copa de vino.  Ellos se miraron sorprendidos, le aceptaron, agradecieron su solidaridad y su generoso gesto.  Antes de despedirse le preguntaron por qué hablaba un español tan fluido y de dónde había sacado la canción de Carlos Vives.

—Ah, es una larga historia.  Pero les resumo, mi pareja es de Colombia y llevamos más de dos años viviendo juntos.  La música colombiana me encanta, mis favoritos son las cumbias, Vives y Shakira —dijo riendo, tratándolos con familiaridad —¡los espero en el tour!

Ellos se animaron, tomaron el tour nocturno, al fin y al cabo, no tenían afán.  —Saben, esto es estupendo, nos terminó de ir súper bien.  ¿Será casualidad o es el destino? —dijo Carlos sonriendo mientras observaba el puente de Brooklyn, las luces sobre el río, y al otro lado los majestuosos edificios de la gran manzana, entre tanto brindaban con un buen vino tinto de La RiojaEspaña.

Imagen 2. Brindando.
Brindando con vino tinto. Imagen de Rudy and Peter Skitterians en Pixabay

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Me gusta disfrutar en familia y con amigos. Me fascina escribir relatos y anécdotas de la vida cotidiana. Soy Ingeniero de Sistemas, crecí en Medellín, viví en Bogotá, Guayaquil y Cali. Gracias por sus lecturas y comentarios.

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