No sé a ciencia cierta qué piensa mi mamá de mis tatuajes. Sé que la mayoría no le gustan, incluyendo el que me hice por ella, y que el único que me ha aceptado que le parece bonito, es el que me hice por mi papá -su esposo-.
Yo tenía 18 años, estaba en segundo semestre de la universidad y tenía demasiadas ganas de tatuarme. Nunca había hablado del tema con mi mamá, una señora conservadora, criada por una mamá que hacia parte del Opus Dei y con unas hermanas mucho más conservadoras que ella. Pero tampoco debía preguntarle mucho para saber que no le gustaban los tatuajes. Finalmente llegó ese día, hace 8 años del cual no recuerdo mucho pero que sé que cambió las cosas.
Me acuerdo que hubo charla en la mesa del comedor con mis papás, un enojo entendible de mi mamá y una carta posterior mía pidiéndole que me entendiera. También me acuerdo que negociamos el tamaño del tatuaje y el lugar del cuerpo, quizás sin estar convencida pero dándome la libertad de hacerlo.
Sin embargo, nunca cambió conmigo y desde el primer día que llegué a casa con el tatuaje me ayudó a limpiarme, a echarme crema y a preguntarme cómo iba la cicatrización. Después llegó el segundo tatuaje, el tercero y así en adelante. Las cosas nunca cambiaron y siempre estuvo pendiente de la curación. También aceptó acompañarme a una sesión para conocer a mi tatuador (Orlando Bossiski) y ver que el estudio era un lugar que cumple con todas las condiciones.
Hoy aprovecho este espacio para darle gracias por limpiarme los tatuajes, por entender que no es su cuerpo sino el mío, por regañar a mis tías cuando critican mis tatuajes o cuando le dicen «dígale que no se dañe más el cuerpo«; pero sobre todo por ser mi madre.
También sé que mi mamá ha aprendido de esto. Ya no puede juzgar a las personas por los tatuajes, pues bien tiene dos hijos que día a día le recuerdan que eso no tiene nada negativo. Que las cosas han cambiado y que no todo se puede juzgar por apariencias.
Con anticipación, feliz día a mi madre, a la madre de todas las personas con tatuajes y en especial a todas las mamás que tienen tatuajes.
Por: @ricardoduranv
Alaguen a sus madres con buen comportamiento, respeto, reconocimiento a sus horas de desvelo, superacion intelectual, no con ese tipo de mar-icadas que no conducen si no a ponerlas tristes.
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Ojala pudiera decir lo mismo, tengo tres tatuajes y mi mamá me ha hecho la vida imposible por eso, que mal que todavía existan personas así…
Admiro a tu mamá, es una buena persona…
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