La rueda de prensa que dio Juan Carlos Osorio tras el 2-2 contra Junior es una demostración más de que el técnico no está para dirigir la Selección Colombia.

Sígueme en Twitter: @avargasdeporte

 

 

Cuando José Pékerman dejó la Selección Colombia, tuve serias dudas de si Juan Carlos Osorio era el técnico correcto para reemplazarlo. Entre su extraño paso por Paraguay hasta el show que dio esta semana en la sala de prensa, esas dudas se convirtieron en certezas. Poco se puede dudar sobre el conocimiento de Osorio en táctica del fútbol, pero el colombiano está lejos de su mejor versión y le cuesta como nunca gestionar su proyecto.

Siempre creeré que las críticas que recibió Juan Carlos Osorio en México fueron desmedidas y partieron de un supuesto falso: que el país tenía nivel para ser Top 4 del Mundial. Las goleadas que sufrió contra Chile en 2016 (7-0) y contra Alemania (4-1) en 2017 durante dos semifinales de copas importantes no reflejan el buen proyecto que lideró Osorio en el norte latino. Tampoco es posible negar que gestionó a un enorme Atlético Nacional que dominó el fútbol colombiano en 2013. Si no fuera por todo esto, hablar de él como candidato a la Selección Colombia sería un despropósito.

Y es que Juan Carlos Osorio sabe mucho de fútbol. No solo creo que es el entrenador colombiano que más sabe del juego, sino que lo considero uno de los mejores a nivel continental. Basta con leer La estrategia de Osorio, libro que escribió él con ayuda del periodista Jorge Andrés Bermúdez y que recomiendo a cualquier amante del fútbol, para entender por qué Osorio es muy bueno en lo que hace. Si este deporte fuera solo cuestión de conocer las fichas y el rival, pediría a gritos su nombramiento en el banco colombiano.

Pero no es así. El fútbol contemporáneo exige mucho, muchísimo más que eso. Saben bien los técnicos como Marcelo Gallardo, Zinedine Zidane o Didier Deschamps (que merece más halagos de los que tiene) que el secreto está también en la estabilidad del proyecto y en la profesionalidad del ejercicio. Desde que dejó su puesto en México, e incluso antes, su actitud arrogante, su cercanía tóxica con la prensa (amores y odios) y su incapacidad para entender lo tiempos de la vida profesional le sacan completamente de foco. La rueda de prensa tras el empate 2-2 contra el Junior, en la que el técnico de Nacional interrumpió a los periodistas y les habló como si fueran sus aprendices es un ejemplo claro de lo perdido que está. Hasta Carlos Antonio Vélez, periodista cercano a Osorio, dijo que el entrenador “está desubicado”.

Él mismo siente que algo sabe diferente. Hizo bien en disculparse con la prensa, pero el que peca y reza no empata. A Carlos Queiroz hay temas que reprocharle porque el juego de la Selección Colombia puede mejorar, pero prefiero estar en esas que lidiar con esta versión de Juan Carlos Osorio. Ojalá el entrenador colombiano encuentre su rumbo y se enfoque en lo que sucede dentro de la cancha. Es ahí en donde saca lo mejor que tiene su mente. Desde el 7-0 contra Chile, Osorio se preocupa demasiado por el tema externo y las consecuencias se ven en la calidad de sus proyectos. Tiene tiempo para pensarlo, o eso espero, porque ahora es el turno de Queiroz en Colombia y ojalá dure bastante.