Al final de mi primera semana acá en Bogotá y trabajar como practicante en El Tiempo, dos amigos ingleses y yo escapamos de la ciudad para el Desierto de la Tatacoa. Con este video, he intentado crear una experiencia sensacional de inmersión tanto del desierto como del viaje. Quería mostrar el impresionante paisaje del viaje, ya que a tan solo cinco horas de Bogotá atraviesas montañas, ríos y vegetación deslumbrante en todas partes. Poco a poco, los ricos colores verde y azul del paisaje son reemplazados por los amarillos y marrones de un paisaje más árido,
pero igual de hermoso.
Al llegar a la Tatacoa, en el camino lleno de baches y el ritmo rápido del viaje de repente se siente a un mundo de distancia, cómo te olvidas completamente de la ajetreada vida de la ciudad. Esto era algo que quería retratar en el video, con los contrastes entre los ruidos fuertes de las calles de Bogotá en hora de tráfico y el sonido vacío del viento, junto con los distantes chillidos de las águilas que recorrían el desierto.
Pasamos las dos noches durmiendo en hamacas, lo que significa que no necesitábamos una alarma para despertarnos, ya que el amable gallo lo hizo por nosotros a las 3 a.m. A pesar de no tener sueño, esto significó que pudimos experimentar la magia de un amanecer en el desierto. Su luz fue algo que también me llamó la atención. No solo la hermosa manera en que iluminó el paisaje tanto al amanecer y en la puesta del sol (como se puede ver en los planos de apertura y cierre), sino también a la completa falta de contaminación lumínica que hace posible ver la Vía Láctea por la noche, incluso para un astrónomo aficionado como yo. En un lugar donde la electricidad es escasa, utilicé los planos hacia el final de la película para presentar la belleza del desierto por la noche, la única luz que hay es de los autos que pasan. Esto proporciona un cambio muy necesario de las luces siempre brillantes de Bogotá en la noche. La luz, los colores y los sonidos del desierto se unen para crear un ambiente mágico. Para cualquiera que desee un poco de calor y un descanso del bullicio de Bogotá, recomiendo encarecidamente un viaje al Desierto de la Tatacoa.
Comentarios