Como todo buen amante del fútbol que no pudo ser profesional, pago al inicio de cada semestre un dinero para jugar un torneo aficionado con un grupo de amigos (Esto ocurría hasta que en uno de estos torneos me rompí el ligamento cruzado anterior y me alejé de las canchas; por ahora).

En uno de los últimos partidos de mi equipo hubo una situación que me puso a pensar y me trajo a la mente un video que vi hace mucho tiempo. Un compañero fue ‘bailado’; dos túneles seguidos en una esquina de la cancha. Vale la pena aclarar que él juega como volante de creación, muy bueno con el balón en los pies, pero, como dicen por ahí, ‘no le quita un dulce a un niño’.

Algunos jugadores del equipo, entre ellos yo, le pedimos una patada al contrario (ya sé, eso no debería ser, pero ustedes entenderán). “Hágase respetar…“, “Péguele…“, “Hágale algo…“, “Métale la mano…“, estas fueron algunas de las cosas que se escucharon después de los dos túneles.

Al finalizar el partido, como es tradición en los juegos aficionados, todos hablamos 500 veces de las situaciones del juego, entre las que se encontraban los dos túneles que recibió mi amigo. La mayoría coincidimos al decir que él debió haberle pegado (de forma grave, mediana o leve) al autor de los túneles para ‘hacerse respetar’.

La victima de nuestro rival y otro compañero, a pesar de ser solo dos, se mostraron en desacuerdo. Según ellos, lo importante en el fútbol es ganar, nada más. “Si me hacen dos túneles no me importa. – argumentaba mi amigo – No me interesa dañar a nadie” (probablemente lo decía porque él es un jugador que puede mandar dos túneles en un juego y exponerse a unas cuantas patadas).

Después de esa discusión se me vino a la cabeza un video de un jugador brasileño, Kerlon Souza. Así lo describió el periódico español EL PAIS en una nota publicada el 22 de agosto de 2005:

Este joven de 17 años, media punta, mofletudo y bajito como Maradona, del Cruzeiro, ex equipo de Ronaldo, promete escribir su nombre en los anales del fútbol como un gran inventor de driblings y sombreros. Su primer apunte para la enciclopedia del fútbol es ‘El regate de la foca’. La jugada, entrenada desde la infancia, fue presentada internacionalmente en el Torneo Suramericano Sub 17, en Venezuela, el pasado abril” (NOTA COMPLETA).

Como pudieron ver (un par de jugadas que hizo en el Torneo Suramericano Sub 17 de Venezuela en 2005, las cuales preferí mostrar sin audio en vez de un rap que nada tiene que ver), el joven era un fenómeno y la jugada que hacía, además de vistosa, es bastante útil para mantener el balón lejos de los contrarios. Lastimosamente, a pesar de que él declaró en una entrevista que ‘El regate de la foca‘ (nombre que se le dio a la jugada) “no quiere ser irrespetuoso con los adversarios”, Dyego Rocha Coelho no pensó lo mismo.

Vean el video y después les cuento.

Este golpe, que le trajo varios problemas al recio defensa, fue reseñado así por el mismo periódico español:

El lateral Coelho, del club brasileño Atlético Mineiro, ha sido sancionado hoy con 120 días de suspensión por agredir a un jugador que realizaba un acrobático regate que abrió un debate en Brasil entre el ‘fútbol-espectáculo’ y la violencia. El Superior Tribunal de Justicia Deportiva (STJD) ha considerado que Dyego Rocha Coelho realizó una ‘agresión física’, cuya sanción máxima son 540 días de suspensión” (NOTA COMPLETA).

Adicional a este caso, hay otro que se me vino a la cabeza cuando pensaba en este tema. A principios de 2011, cuando Giovanni Moreno jugaba para Racing de Avellaneda en Argentina, el volante colombiano sufrió rotura de ligamentos de rodilla. Esto ocurrió luego de ser victima de Hugo Barrientos, un jugador de All Boys que establó una cacería contra el colombiano.

Meses después, por cosas del destino, el colombiano volvió a las canchas contra All Boys. Una vez entró a la cancha, la hinchada local comenzó a corear: «Esta es la banda de Hugo Barrientos, la que te rompe los ligamentos». Según el presidente del equipo All Boys, «No le tienen que dar más transcendencia a esto, es folklore del fútbol y no creo que sea malintencionada… Son cosas que salen espontáneamente, todos se empezaron a reír y nadie le desea el mal a un jugador que vive de esto». Sin embargo, a mi parecer, esto dice mucho de lo que los seguidores del fútbol piensan acerca de las patadas en la cancha.

Después de estos videos y de analizar lo que decimos los que amamos este deporte, me quedó una duda. ¿Qué debe primar en una cancha de fútbol? ¿El juego bonito o el respeto propio?; ¿La fuerza o el talento?; ¿El regate o ridiculización?… Mejor dicho, volviendo al inicio de este texto, ‘Las patadas en el fútbol, ¿algunas veces son merecidas?

Juan Sebastián Quintero
Nos vemos en Twitter: @Juansq

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