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Una vez más vuelve y me sucede lo mismo. Tomo un servicio de taxi, y al ingresar en éste sé casi con certeza  la escena que me tocará ver: el taxista saluda, me acomodo, y al dirigir mi mirada sobre el cinturón de seguridad de él y a la hebilla donde éste se conecta, no veo lo que debería ver.

 

El cinturón no va conectado pues medio lo introducen en la hebilla para que desde el exterior del vehículo parezca que lo lleva puesto, y así evitar que  las autoridades lo sancionen. Muchas veces ni siquiera lo introducen, quedando éste aún más holgado; para el caso, da igual. Entonces el cinturón pasa a ser un elemento inútil y de adorno, y el señor taxista no sabe que está jugándose la vida pues el llevarlo bien puesto o no en un accidente, puede ser la diferencia entre vivir o morir en el percance.

 

Entonces cuando pregunto cual es el motivo para no usarlo, sé la respuesta que me dará: ah! es que es muy incómodo utilizarlo, molesta, es muy  cansón. Al escucharlo, inmediatamente inicio mi mini labor pedagógica   -taxista por taxista cada vez que utilizo el servicio-,   por más que se moleste y le digo:

 

¿Sabía  usted señor que una persona de contextura promedio, digamos 70-75 kilos de peso, 1,70-75 metros de estatura que viaja en un automóvil sin cinturón de seguridad a “sólo” 30 kms/hora (velocidad de zona residencial, excusa de muchos padres para llevar niñitos sin cinturón o la silla para pequeños bien atada),  si de  repente choca contra algo, el auto se detiene instantáneamente, mientras que el cuerpo sigue con la velocidad que traía o sea la misma del carro? ¿Ya imagina que sucederá cierto? Por ejemplo, en uno de miles de estudios realizados se ha comprobado que un humano de ese tamaño y peso, a esos “ridículos” 30 por hora sale despedido hacia delante, y con su cabeza, rompe una pared de madera de 2 centímetros de espesor!!

 

Sí señor, a sólo 30 por hora. Y sobra decir que si sobrevive, quedará por lo menos descerebrado. Además  -le digo-,  éste peligro lo corren no sólo el conductor del taxi, sino los pasajeros, puesto que al 90% de los taxistas, sus compañeros, les da por poner el espaldar de la silla delantera derecha, todo hacia delante. Entonces si usted como pasajero no utiliza el cinturón, ya no tendrá la remota posibilidad de sobrevivir, puesto que ese espaldar abatido, es como sino existiera.

Nils Bohlin, ese gran ingeniero de Volvo fue el creador del cinturón de 3 puntos, el que todos conocemos. Ningún componente o sistema de seguridad ha salvado más vidas en la historia del automóvil. ¿Entonces por pereza comodidad o descuido dejará de usarlo para salvar su vida? ¿No lo creo, cierto? Después de escuchar con atención mi “sermón” la mayoría de las veces, afortunadamente, se limitan a decir si señor tiene toda la razón, e inmediatamente se ajustan su cinturón como corresponde, y ponen el espaldar de la silla derecha en su posición normal.

 

Me gusta tocar varios temas de autos con los señores taxistas, pero el que ilustra éste artículo es el principal. Poco a poco pongo mi granito de arena para que la conciencia y el voz a voz, ayuden a salvar algunas vidas. Serían muchas más, si todos ustedes hacen lo mismo cada vez que ven a un conductor de taxi  -o cualquier conductor o pasajero-  viajando así, de manera irresponsable.

 

El corto video adjunto a ésta nota, es bien ilustrativo sobre lo que le ocurre a las personas que viajan  atrás sin llevar puesto el cinturón de seguridad, por más espaldar de la silla delantera que aunque crean, no los detendrá  -desafortunadamente-  en el camino hacia la muerte.

 

 

 

 

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