Las cifras sobre el consumo de combustible que arrojan los autos durante el uso habitual, siempre son mayores que las declaradas por los propios fabricantes.
La cantidad de combustible consumido por un vehículo en cifras concretas, según declaran todos los fabricantes en sus fichas técnicas, no corresponde nunca con lo que se obtiene de cada galón de gasolina o Diesel en el uso diario. La pregunta es, cómo hacen las marcas para obtener y publicar unas cifras siempre menores a las reales del uso normal?
Lo que sucede es que las cifras en los catálogos o brochures se obtienen en unas circunstancias bien diferentes a las que nos enfrentamos en el diario vivir. No solo sucede en Colombia con sus particularidades, sino en cualquier lugar del mundo. Muchos aspectos tienen que ver para que un vehículo consuma más, o menos gasolina o Diesel: obviamente teniendo en cuenta el tamaño del motor están el octanaje, la forma de conducir, la densidad del aire, la temperatura exterior, la presión de las llantas, la aerodinámica, el peso del carro…….
Cómo hacen los ingenieros para solucionar toda la problemática logrando cifras récord? La clave está en hacer las pruebas en un laboratorio cerrado y absolutamente aislado. Por ejemplo, en el caso de los automóviles, en un banco de rodillos con la calidad del aire y la temperatura controladas. Las pruebas se efectúan casi de la misma manera en que se homologan las de los gases de escape.
El carro se ubica en el laboratorio, con la temperatura ambiente pareja en un margen que va desde los 20 a los 30 grados centígrados, con la presión de las llantas monitoreada permanentemente. Adicionalmente se tanquea, pero no con los combustibles de las calidades que podemos comprar en las estaciones pues bien sabemos que varían levemente dependiendo, en el caso de Colombia, de los aditivos que cada marca agrega a la gasolina base que les suministra Ecopetrol, e incluso como se ha comprobado muchas veces gracias al kilometraje por galón obtenido, o al rendimiento del vehículo, la calidad puede ser diferente entre una estación y la otra.
En síntesis, se usa un combustible patrón que entregan las petroleras para ésta clase de pruebas, parecido al que podemos comprar, pero con la calidad siempre estable.Una vez que las partes del carro se han adaptado por dilataciones etc, a la comentada temperatura, se ubica sobre el banco de rodillos sin encender el motor para no ensuciar el aire en el laboratorio.
Después de asegurarlo y centrarlo con respecto a los rodillos, se montan los debidos sensores, y la tubería que lleva los gases desde el tubo de escape, hasta los sofisticados aparatos que hacen las mediciones de CO, óxidos de nitrógeno, material particulado, etc. Las mediciones efectuadas simulan el consumo en tráfico de ciudad, y carretera a ciertas velocidades, para llegar a las cifras de consumo medio (las velocidades en los test son diferentes para aprobar los consumos en USA o la Unión europea; no las recuerdo en éste momento), con una persona al volante.
Curiosamente, un tema tan importante como la aerodinámica no interviene en las pruebas, y es decisiva cuando se usa un vehículo con frecuencia en las vías que se puede, al circular por encima de los 100 kilómetros por hora. Con base en todo lo explicado, las automotrices lo que hacen es perfeccionar los vehículos en todos los aspectos que afectan para bien o para mal el consumo.
Algo es seguro: se pueden comparar con certeza los consumos declarados en las fichas técnicas por los fabricantes de 2 autos distintos siempre y cuando sean a la misma velocidad y en las mismas circunstancias -consumo en ciudad por ejemplo-, con la seguridad de que si por ejemplo uno declara un consumo medio de 8 litros en 100 kilómetros (47,32 kms por galón), será más económico que el que declara 9 litros en 100 (42,06 kms por galón). Todo para que al final en el uso diario, las coyunturas hagan que las cifras reales sean siempre mayores.
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