Tres décadas cumple Audi de haber empezado a posicionarse en lo alto, entregando carros discretos, con excelentes cabinas, de inconfundible identidad y plenos de tecnología para todos los segmentos: desde el subcompacto A1 pasando por el sedan mediano A4, hasta un súper deportivo con motor central, el R8.
Audi no tiene una historia de prestigio tan extensa en el tiempo como la de BMW, menos como la de Mercedes Benz. En esos más de 100 años de vida no se ha destacado con la regularidad de sus rivales presentando destacadas innovaciones tecnológicas adoptadas después por las demás, ni con los excesos de motores y carrocerías gigantescas para ofrecerlos a acaudalados clientes.
El actual A8. Foto, Caranddriver.com
Incluso tuvo épocas oscuras al borde de la quiebra cuando a finales de los 60 la adquirió como marca Volkswagen y en los 70, a pesar de su diferenciación, no tenía globalmente el reconocimiento de BMW o Mercedes. Pero todo empezó a cambiar notablemente desde la segunda mitad de los 80, para llegar a ser lo que es actualmente: una de las 3 lujosas y eternas alemanas deseadas por todos (Porsche está un escalón arriba de las demás).
LO QUE CARACTERIZA A UNA MARCA PREMIUM
La imagen de prestigio se construye principalmente con diseño, avances tecnológicos exclusivos y altísimos niveles de potencia, aspectos en los que Audi se destaca ampliamente y logra transmitir en todas sus creaciones, lógicamente con unos precios proporcionales. ¿Qué más se necesita para estar a la altura de las mejores? Sensación de solidez y confort, cabinas exquisitas en los detalles y remates, refinamiento y rapidez en motores y cajas. ¿En qué áreas incorporan la exclusividad tecnológica las marcas lujosas?
El R8 con motor central, presencia de Audi en los super autos. Foto, Autoblog.com
En todas. Los avances se aplican en la seguridad activa con asistencias avanzadas para el conductor, y en la pasiva, protegiendo lo mejor posible al momento de un accidente, por ejemplo, con airbags por toda la cabina, inteligentes, mucho más eficientes. En la abundante tecnología de infoentretenimiento y comunicaciones siempre hay novedades, y construyen autos lo más aerodinámicos posibles, con gran estabilidad a altas velocidades.
Una marca Premium debe tener un sedán muy grande de representación, con todo lo anteriormente explicado, impulsado por motores de 8 o 12 cilindros, líneas de carrocería que reafirman su identidad con elegancia y tecnologías desconocidas que realcen el valor de marca.
El gigante y lujoso sedan A8 integra perfectamente lo anterior: está impulsado por motores de 8 cilindros y por varios años se ofertó también con el impresionante motor de 12 cilindros en W compartido con los exclusivos Bentley, firma que como Audi, pertenece al inmenso grupo Volkswagen. El destacado aspecto visual era evidente e incorporaba la tracción total Quattro.
También, cuando se es exitoso en el deporte del motor, la imagen se fortalece. Si bien Audi ha estado en las pistas de carreras un buen tiempo en diferentes campeonatos y carreras de duración, la consagración de su imagen deportiva empezó en el año 2000 al participar y ganar por primera vez la carrera de duración más famosa, las 24 Horas de Le Mans.
El primer A4 de 1995. Foto, Caranddriver.com
Desde entonces la ha ganado ¡13! veces Iniciando con motores gasolina, y terminando con los más avanzados diésel con 10 cilindros e hibridación. Otro aspecto en que se diferencia una marca de lujo es en la personalización. Audi ofrece amplias posibilidades para cualquiera de sus vehículos: para un sólo modelo ofrece un amplio abanico de tapicerías, pinturas, rines, paquetes deportivos estéticos, suspensiones especiales, materiales caros opcionales como fibra de carbono etc.
La cúspide de esa personalización es responsabilidad de su división Audi Sport GmbH, antes Quattro Sport. Identificando a los modelos con las siglas RS, entrega los Audi más rápidos, dinámicos y deportivos con profundos cambios estéticos que para nada los dejan pasar desapercibidos.
Sillas traseras del actual A8, como en la mejor aerolínea. Foto, Caranddriver.com
¿Debe haber diferenciación en el servicio posventa? Por supuesto. Más allá de amplias, funcionales, cómodas y lindas instalaciones con reconocible identidad, se ofrecen servicios inexistentes en las marcas comunes para redondear de forma muy positiva la experiencia, que al final es de lo que se trata cuando se es parte de un grupo de clientes que disfruta un vehículo premium.
¿CÓMO SE LLEGÓ A ESE NIVEL, EL MISMO DE MERCEDES Y BMW?
Las peculiaridades técnicas en los 70 ya posicionaban a la firma de los 4 aros por encima de las marcas normales. El famoso motor de 5 cilindros apareció en 1977 funcionando con gasolina y aportando más suavidad en el funcionamiento, pero sin el peso y el tamaño de uno de 6.
De esa máquina nació un diésel y un turbo gasolina (Audi 200) en 1978 y 1979. Al año siguiente la revolución en el deporte motor se dio con el innovador modelo Quattro impulsado también por el motor de 5 cilindros. Preparado por un equipo de alto nivel, en su primer año se convirtió en el terror y en una leyenda inmediata en el mundial de rallies por la tracción Quattro con la que aventajó a todos los que ya consideraban la tracción total, pero por la complejidad la pusieron tarde en escena.
RS6 de 2003, cuando Audi recordaba que estaba haciendo historia. Foto, Motortrend.com
Pesando poco más de 1000 kilos y con cerca de 600 caballos, el pequeño misil se alzó con 4 títulos entre constructores y pilotos en el tristemente recordado Grupo B de la FISA que con pocas restricciones hizo que todos los fabricantes alcanzaran cifras absurdas de caballaje, velocidades y aceleraciones que concluyeron en accidentes fatales, el peor en Portugal con el fallecimiento de 3 espectadores y muchos heridos; al año siguiente, la FISA prohibió los vehículos con esas características.
LOS 5 CILINDROS, EL TURBO Y LA TRACCIÓN QUATTRO, AÚN INSUFICIENTES
El particular motor 5 cilindros y la tracción Quattro que la marca empezaría a masificar en importantes modelos como el 100/5000 empezando los años 80, la separaban más de las marcas generalistas, pero no lo suficiente.
El 100/5000 de tamaño grande, con refinado y diferenciador estilo logró en 1982 ser uno de los autos más aerodinámicos con un CX de 0,30, algo que en parte se replicaba en su hermano el 80 de 3ª generación nacido en 1986 que militaba en el segmento medio.
El A6 para el segmento D, año 1997. Foto, Motortrend.com
Audi seguía recordando su intención de posicionarse en la cima, cuando en 1988 presentó un sedán grande con motor de 8 cilindros, el Audi V8. Aunque no tenía el majestuoso tamaño, ni el refinamiento de los sedanes representativos de sus rivales, el V8 ya ubicaba a Audi más cerca de éstas.
SIN EL NIETO DE PORSCHE, AUDI NO SERÍA LO QUE ES
Los años 90 serían el inicio de una sucesión de impactantes vehículos que plenamente evolucionados ubicarían a Audi prácticamente al nivel de las reconocidas BMW y Mercedes Benz con modelos que iban desde el compacto A3 pasando por los A4 y 6, hasta llegar al imponente A8.
Esos maravillosos carros representaron la finalización de un arduo trabajo de muchos años liderado por uno de los genios más reconocidos de la industria: Ferdinand Karl Piech. Nieto de Ferdinand Porsche, no acababa de graduarse como ingeniero mecánico cuando ya trabajando en Porsche estaba modificando el sistema de lubricación del reciente 911 de serie para que pudiera correr sin dañar el motor en una pista, apenas meses antes de su lanzamiento.
Al poco tiempo estuvo a cargo de uno de los carros de carreras más fascinantes de todos los tiempos, el 917/30, que en 1970 le entregó a Porsche su primera victoria en las 24 Horas de Le Mans. Piech salió de Porsche y pasó a Audi que llevaba menos de media década en poder de Volkswagen. Se encargó de difundir el sistema Quattro de tracción total con los motores de 5 cilindros que empezaban a forjar la identidad y seguía refinando y evolucionando los modelos con el paso del tiempo.
En 1993 Piech es nombrado presidente de Volkswagen y lo que seguiría después al lanzamiento del A8 y la Station Wagon RS2, una impresionante camioneta derivada del Audi 80, desarrollada y construída por Porsche, fue la presentación del exitoso A4 ganador en la exigente prueba de impacto frontal ante Mercedes Clase C y BMW Serie 3, ejecutada por Auto Motor Und Sport cuando Euroncap apenas nacía.
Interior del R8, un puesto de conducción increíble. Foto, Autoblog.com
También se desarrolló la plataforma/chasis PQ34 para autos de tracción delantera que estrenaría el Audi A3 en 1996 y que como idea de Piech se constituyó como base sobre la que serían construídos también autos de Volkswagen, Skoda y Seat que incluían sofisticadas soldaduras láser.
El nivel de ingeniería de la PQ34, además de reducir los costos, puso a los autos del grupo Volkswagen a liderar sus respectivos segmentos. El Audi A3 y el Volkswagen Golf IV, casi que únicamente recibían comentarios positivos de la prensa del motor.
Piech estaba determinado a llevar al Grupo Volkswagen a ser el más respetado y grande del mundo, y posicionar a Audi como marca élite. El Audi A8 de 1994, reemplazo del V8, se destacó en su categoría por ofrecer tanto la tracción Quattro, como estar totalmente construido en aluminio, binomio de ingeniería del que carecían sus respetados contrincantes.
AUDI GENERABA RESPETO, PERO QUERÍA MÁS…
Como si todo ese portafolio de vehículos no fuera suficiente y llamara la atención, Audi quería impactar muy duro en los sedanes grandes ultrarápidos: en 2003 presenta el RS6, un súper A6 por prestaciones, deportividad, presencia nada discreta e increíble conducción. Se midió sin complejos ante la leyenda de la deportividad en el segmento grande, el BMW M5, y lo superó en diferentes apartados evaluados por la prensa del motor más seria del mundo.
¿Cómo olvidar casi en la mitad de estos 30 años (2007), la aparición del R8 con motor central también construido en aluminio, por definición un súper auto para rivalizar con Porsche 911, y que se mide por arquitectura – con lo que representan sus muy prestigiosos nombres-, con algunos Ferrari y McLaren?
E Tron, lo máximo en eléctricos, comparte chasís con Porsche Taycan. Foto, Caranddriver.com
El R8 compartió en sus 2 generaciones (hasta hace unos meses se dejó de producir) los chasises, motores (incluso el increíble V10 de 5.2 litros) con los Lamborghinis Gallardo y Huracán respectivamente. ¿Por qué? En su obsesión por convertir el Grupo Volkswagen en un gigante, Piech bajo su mandato compró Lamborghini, Bentley y Bugatti en 1998.
Audi es una opción distinta para quienes no quieren figurar como clientes de BMW o Mercedes Benz pero sí disfrutar de una de las 3 propuestas alemanas. La visión integral de lujo para la marca implica desplegar mucha tecnología y ofrecer exclusivas particularidades técnicas; su imagen discreta -no en todos los modelos-, y elegante, no riñe con un diseño muy estudiado, ni la altísima atención a los detalles, también en sus excelentes cabinas.
Son una opción tentadora también para el que busca un usado. Más allá de un mantenimiento que puede resultar caro por el costo de algunos recambios y operaciones de taller que pueden facturar varias horas de trabajo, hay que tener cuidado con algunas series en diferentes modelos que pueden presentar fallas en componentes o sistemas mecánicos y la electrónica. Pero es algo que también incumbe a sus rivales y muchos clientes perdonan así tengan que invertir grandes cantidades de dinero, para disfrutar en general de increíbles vehículos.
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