¿Ya sabes cuál es el propósito de tu vida?, pregunta difícil ¿verdad?, creo que para muchas personas, (incluyéndome a mí), esta pregunta genera confusión, un poco de conflicto y por qué no, crisis.
Pareciera que cuando alcanzamos cierta edad, estamos automáticamente habilitados para inscribirnos en la lista de participantes que se unen a la Misión Existencia-01 y así, entramos en el proceso de descubrir la razón por la cual vivimos, y de paso en ese cometido, se espera que identifiquemos cómo, a través de nuestra existencia, podemos contribuir al bien de otros.
Muchas veces sentí que esta misión era imposible y que muchos estábamos destinados a observar cómo sólo algunos participantes como Mahatma Gandhi, Malala Yousafzai, Nelson Mandela, entre otros, tenían acceso a completar esta misión con éxito. Parecía que a algunos se les revelaba su propósito sin mucho esfuerzo y de forma grandiosa, pero y entonces, ¿qué pasaba con nosotros, el resto de los participantes?
Pues bien, el tiempo me mostró que estaba equivocada, y que eso de descubrir el propósito no era un privilegio de pocos, ni una cuestión metafísica, sino que, por el contrario, todos en nuestras micro realidades mundanas, podíamos experimentar esa sensación de sentirnos útiles con lo que hacemos.
¡Ajá!, ¿entonces el propósito tiene que ver con sentirnos útiles con lo que hacemos? ¡Si!, en mi opinión, es justamente entender esto lo que te da el tiquete dorado para completar esa misión con éxito. ¡No todos venimos a cambiar la historia de la humanidad o a movilizar masas, pero podemos sentir que lo que hacemos merece la pena, ¡es importante!
Tal vez nos estamos haciendo la pregunta equivocada. Para mí, eso del propósito sonaba muy profundo, así que un día decidí preguntarme algo más mundano, ¿estoy invirtiendo mi tiempo en algo importante para mí?, ¿estoy ayudando a resolver algún problema con mis conocimientos, talento y experiencia? … ¿Qué responderías tú si te haces esas preguntas hoy?
Esto me llevó a entender que nuestro tiempo y energía son los recursos más importantes con los que contamos. Una vez decidimos invertirlos en algo o en alguien, ya no regresan más, por eso, ¡más nos vale utilizarlos bien, porque es ahí en donde nos conectamos con eso que llaman propósito, con la sensación de sentirnos útiles, saber que lo que hacemos es importante!
Sé que la breve historia a continuación te va a clarificar aún más esta idea:
Cuentan que, durante una visita a la NASA, el presidente Kennedy notó en uno de los corredores del lugar a un hombre con overol. Sin saber que era el encargado de la limpieza del lugar, se acercó a saludar y le preguntó: “¿Cuál es tu trabajo aquí?” A lo que el encargado de la limpieza respondió, ”Yo estoy ayudando a llevar a un hombre a la luna”.
Al final, descubrir tu propósito se trata de entender lo que es realmente importante para ti, ¿cómo se logra esto?, identificando cuáles son esos valores que trazan el camino por donde caminas, cómo inviertes el tiempo que se te ha dado. Esto solo se consigue dejando de mirar hacia afuera, no te compares con otros en este proceso, encuentra actividades que sean significativas para ti e invierte tu tiempo y energía en ello. Aprende a ser coherente contigo misma(o) y a vivir de acuerdo con tus prioridades.
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Bueno!, gracias por compartirlo
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Gracias a ti Hector por leer 🙂
Saludos!
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