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La señora, de más de 70 años, muy bien vestida y con toda humildad, se acercó lentamente a una ventanilla que siempre permanece cerrada, con los vidrios oscuros, de tal manera que no se pueda ver el interior.

Hay que golpear en ella para que alguien abra. Ese es el sitio al que las personas deben ir a ver si ya llegaron los medicamentos que no les entregaron en una fecha anterior, en el centro de atención de Audifarma en la avenida Boyacá con calle 49 de Bogotá.

Le dijeron que no habían llegado sus medicamentos.

Una hora después la volvieron a atender, en un cubículo, en donde solicitó otro medicamento que necesitaba. Tampoco lo había. Y el empleado de Audifarma le dijo que volviera otro día. No le informó que se lo podían enviar a la casa, como es el deber de los gestores farmacéuticos (los que entregan los medicamentos a los afiliados a EPS). Luego explicaron que se trataba de un medicamento de control y que por eso no podían enviarlo.

Le duele el alma a uno verla irse, sin lograr su objetivo, en silencio, resignada y sin siquiera hacer un reclamo.

 

Imagen de iStock.

Como ese, ustedes lo saben muy bien, hay muchísimos casos y aún más graves. Y las EPS no están haciendo su trabajo de exigirles a sus gestores farmacéuticos mayor eficiencia.

Otra señora se enfrentó a uno de quienes entregan los medicamentos porque también se los negaron. Pero lo hizo gritando, amenazando y hasta exigiendo que le devolvieran la fórmula en la mano y no puesta sobre el escritorio. Una reacción equivocada, pero que representa el malestar de los usuarios que viven un drama y se preguntan cuándo será que pueden estar tranquilos en lo que a su salud corresponde.

Basta una hora en ese centro de atención, para conocer los problemas que enfrentan los pacientes. Y uno se pone a pensar cómo será que se pueden solucionar.

Los gestores farmacéuticos deberían, por ejemplo, comprar una mayor cantidad de los medicamentos más solicitados. Determinar qué es lo que más les piden en cada sucursal y tener allí un buen respaldo.

Para eso se necesita que las EPS les paguen cumplidamente a sus gestores farmacéuticos y que estos también les paguen cumplidamente a los laboratorios, para que estos últimos despachen lo que es. No hay excusa, porque la Adres les está pagando a las EPS la Unidad por Capitación (UPC) mensualmente y de manera anticipada.

Los laboratorios y las EPS deberían reunirse, cara a cara, y conciliar los pagos, para que los dineros que pagan las EPS no vayan a intereses de la deuda que tienen, sino a capital, a partir de una fecha específica, y para negociar cómo se pagará la deuda anterior.

Las EPS deberían tener, adicionalmente, un sistema a través de WhatsApp o correo electrónico en el que los pacientes pudieran actualizar sus fórmulas cuando se les vencen, porque como los gestores se demoran tanto en entregar los medicamentos, cuando la persona va nuevamente le dicen que tiene que ir otra vez al médico para actualizar la fecha.

Esto descongestionaría, además, las citas de médicos generales, porque ya no tendrían que atender a un paciente solo para cambiarle la fecha de la fórmula.

También se debería permitir  a los usuarios solicitar los medicamentos de control y los que no son de control, en una misma sede, para evitar que tengan que trasladarse de un lugar a otro.

Las EPS y las IPS también deben informarles todo el tiempo a sus médicos cuáles medicamentos están descontinuados o no disponibles, para que estos formulen los que sí se pueden encontrar.

Adicionalmente, las EPS deben tener contratos con más laboratorios, para que en caso de que uno de ellos no le despache una droga, otro sí lo pueda hacer.

Los gestores farmacéuticos deben cumplir con el envío de los medicamentos a las casas de quienes los han solicitado y se les haya dicho que no hay.

Nosotros los pacientes también podemos ayudar, revisando detenidamente la fórmula antes de salir del consultorio del médico, para que llene todos los requisitos y esté debidamente formulada.

A un paciente, por ejemplo, no le entregaron un medicamento porque al médico se le olvidó multiplicar y en vez de decir que son 120 pastillas, cuatro diarias, puso como total a despachar el 4.

También se podría generalizar lo que tenía Audifarma en su sede Nova: los usuarios podían pedir su turno a través de una aplicación en su celular y llegar a reclamar sin tener que esperar las dos horas que en promedio deben ocupar en la sala de la dispensadora. Parece que aún lo pueden hacer, pero en otras sedes.

Cada EPS debería tener un teléfono, distinto al de quejas, en el que se atendieran únicamente pacientes con problemas en sus fórmulas, para guiarlos y ayudarlos. Si se hace esto, se hace más humana la atención y se evita la congestión.

Se debe garantizar, además, que en cada cubículo haya un dependiente, porque de nada sirve tener 20 cubículos y la mitad de personas atendiendo.

Pero lo principal es que haya medicamentos. Que no se tenga que hacer volver a un paciente. Que se le dé lo que le recetó el médico.

Si esto no ocurre, recuerde que puede poner una queja ante la EPS (ingrese a la página web de la suya) y si esta no le resuelve, puede acudir a la Superintendencia Nacional de Salud, a través de la página web de la Supersalud (www.supersalud.gov.co, dando clic en el cuadro que dice ‘Canales de Atención’. Si quiere, el link directo es www.supersalud.gob.gov https://www.supersalud.gov.co/es-co/atencion-ciudadano/contactenos

Y si aún con la intervención de la Supersalud no le entregaron el medicamento y usted tuvo que comprarlo, a un precio muy alto, puede presentar una demanda contra la EPS para que le devuelva el dinero. Lo puede hacer a través del mismo link de la Supersalud: https://www.supersalud.gov.co/es-co/atencion-ciudadano/contactenos

Nota: El autor trabaja con el sector salud

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