La Operación Trueno no se debe suspender

La instalación de la mesa de diálogo entre las disidencias de las Farc y el Gobierno, el pasado 8 de octubre de 2023, no debe detener la Operación Trueno en el Cauca.

El afán de Iván Mordisco por el cese bilateral del fuego nace de esa operación, en la que participan más de 1.000 hombres del Ejército y la Armada y que ya ha recuperado importantes posiciones en el cañón de López de Micay, que estaban en manos de las disidencias.

Lograron, por ejemplo, copar 9 campamentos, unos de ellos en las partes altas, desde donde los guerrilleros tenían el control de la zona y podían ver y atacar a quienes intentaran enfrentarlos. Ahora están en manos de las Fuerzas Militares y allí ondea la bandera de Colombia, no la de las Farc.

En el comunicado posterior a la instalación de la mesa en Tibú (Norte de Santander, región del Catatumbo) el domingo, se estableció que «a partir de hoy las partes hemos definido suspender las acciones ofensivas como mecanismo para proteger a la población civil y disminuir los efectos de la confrontación».

En su primer punto dice, además: «A partir de hoy las partes hemos tomado la decisión de parar la guerra y continuar con el Proceso de Paz».

El lunes, el Alto Comisionado para la paz, Danilo Rueda, enfatizó que el Presidente Petro decidió la suspensión de operaciones ofensivas con el Estado Mayor de las Farc-EP desde la medianoche del domingo.

Se supondría que esto cobija al Cauca, a no ser que el Gobierno considere que quienes actúan en ese departamento no son del Estado Mayor de las Farc-EP y que esas disidencias en López de Micay no están con el proceso de paz.

El asunto es que desde hace varias semanas, las disidencias de las Farc están clamando que haya ese acuerdo y que se firme el cese del fuego. Amenazaron con no asistir a la mesa en Tibú y han exigido varias veces ese cese. ¿Por qué el afán? Por la Operación Trueno en el Cauca que las tienen a la defensiva y los puede sacar de allí.

A comienzos de agosto había combates entre esas disidencias y el ELN, que se estaban peleando una buena zona del Cauca, que se encontraba en manos de las Farc antes de la firma de los acuerdos de paz de 2016 y que estos dejaron, en cumplimiento de los acuerdos.

Como la zona es absolutamente estratégica para la salida del narcotráfico hacia el Pacífico, tiene la mayor cantidad de hoja de coca del departamento y es apetecida para la minería ilegal, los grupos que no firmaron el acuerdo de paz de 2016 trataron de aprovechar la situación y hacerse a ese terreno.

Las disidencias de las Farc lograron mantener el control de la zona, en la que, en algunos de sus sectores, ni siquiera los civiles pueden pasar si no tienen el permiso de los guerrilleros. Allí mandaban ellos. Era una zona vedada para el Estado.

El presidente Gustavo Petro ordenó entonces a las Fuerzas Militares recuperar el control de la zona y establecer allí la autoridad del Estado de manera definitiva. Es decir, sacar de allí a los violentos de una vez por todas.

Así las cosas, con la Operación Trueno se busca el control total de la zona, sacar de allí a las disidencias de las Farc y a quien quiera apoderarse de la región, y darles una alternativa de vida a los cultivadores de hoja de coca, que se calculan en el 90 % de los habitantes de Argelia, y que ya ni siquiera la pueden vender porque no hay quién se la compre.

Si se logra el objetivo de que el Estado tome el control total de esta región del occidente del Cauca, dure lo que dure, no solo militarmente sino con todas las instituciones, sería la fórmula a aplicar en otras zonas como el Catatumbo.

Colombia debe apoyar la Operación Trueno hasta el final, porque acciones como estas son las que llevarán a los violentos a las mesas de negociación para lograr una paz, ojalá, definitiva, así nos cueste muchos años.

X (antes Twitter): @VargasGalvis