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La conocida película Money Ball, basada en la vida real y protagonizada por Brad Pitt, quien interpreta al gerente del equipo de baseball Okland A, es un ejemplo muy interesante para observar cómo la tecnología está desempeñando, desde lo más básico, un papel clave en el deporte. En el caso de esta historia, permite cambiar la estrategia del equipo y hacer más eficiente la contratación de jugadores, los resultados y el presupuesto.
La película destaca una frase de Mickey Mantle, antiguo bateador de los Okland, quien aseguraba que “Es increíble lo mucho que puedes desconocer sobre un deporte que has jugado toda la vida”; y es cierto. Pero ahora, la tecnología está generando grandes transformaciones en la mayoría de los deportes, en unos más que otros.
El ecosistema deportivo está siendo afectado positivamente por los avances tecnológicos que hoy dan un soporte a todas las disciplinas en diferentes frentes, desde el desempeño de las personas hasta la monetización de los espectáculos. De hecho, ya existen programas universitarios sobre tecnología deportiva.
Tal vez, en donde más me sorprende el protagonismo que ha tomado la tecnología es en la Fórmula 1 (F1) y el campeonato mundial de Moto GP, dada su complejidad. Allí, la importancia de los desarrollos es monumental y va desde la innovación en los motores, los diseños de los vehículos, las llantas y el trabajo en los pits, hasta la publicidad digital que se ve en los tableros y otras partes, por mencionar algunos. Hay que destacar también las soluciones que permiten tener el control y protección en todos los aspectos de las competencias.
Tanto la organización como con las escuderías en la F1 dependen de la tecnología. ¿Cómo se logra 3 segundos en pits, más de 15.000 revoluciones por minuto y llevar el show a cerca de 500 millones de personas con todo lo que esto implica? Organizar más de 20 grandes premios en los cinco continentes cada temporada requiere una agilidad de siguiente nivel y la capacidad de cumplir a escala global. Cuando los horarios están definidos y las sedes esperan a que llegue el gran evento, no hay margen de error.
Por otra parte, los desafíos de seguridad son enormes. Por ejemplo, son demasiados puntos ciegos, 25.000 componentes en los carros, muchas amenazas, demasiadas herramientas, 10 terabytes de datos por semana y la mayoría de componentes electrónicos son hackeables. Los vehículos modernos son computadoras sobre ruedas.
No podemos olvidar que hace algún tiempo, un video ampliamente difundido mostraba a dos individuos manipulando a distancia un carro que circulaba por una autopista y que fue comprometido sin el uso de ningún software o dispositivo conectado externamente, demostrando que los piratas informáticos fueron capaces de apagar el motor, desactivar los frenos e inmovilizarlo. Con el uso cada vez mayor de sistemas electrónicos en los automóviles, se ha vuelto más fácil controlarlos de forma remota.
Es un panorama en constante evolución de la tecnología y se necesitan soluciones muy flexibles que se adapten a las demandas del mundo moderno, en la que es necesario la integración perfecta de hardware, software y servicios para garantizar el rendimiento, la eficiencia y seguridad óptimas en todo momento.
En las competencias de MotoGP, se usan más de 50 pequeños procesadores integrados en las motocicletas para registrar desde la velocidad de una rueda en movimiento hasta la capacidad de aceleración del motor.
Durante una carrera, los datos son almacenados y diferentes computadores analizan la información de manera ágil para que el equipo modifique las especificaciones de la moto en una próxima válida. La evolución tecnológica del MotoGP está logrando mejorar la eficiencia de las competencias y proteger la seguridad de los pilotos, pues reduce la tasa de accidentes y de errores que puedan ocurrir.
Probablemente, si nos adentramos en el mundo del fútbol, el baloncesto, atletismo o cualquier otro deporte, también encontraremos aspectos en los que la tecnología pone su grano de arena, como en las prendas deportivas que miden diferentes variables del desempeño y salud del jugador, la realidad aumentada para mejorar el desempeño y la IA para analizar al rival y planear un juego.
Ya no podríamos pensar en la tecnología como un factor más en los deportes. No solo está logrando permitir una respuesta más rápida ante situaciones de riesgo o minimizar el impacto de posibles accidentes, sino que también aporta para brindar una mejor experiencia a los espectadores y anunciantes, además de un trabajo eficiente y productivo para cada uno de los competidores y sus equipos.