Sandra Sánchez Beltrán, Analista Seguridad y Salud en el Trabajo y Miguel Herrera Molano, Jefe de Seguridad y Salud en el Trabajo del Politécnico Grancolombiano.
En la conmemoración del día mundial de la seguridad y salud en el trabajo, proclamado para el 28 de abril por la Asamblea de Naciones Unidas, es importante reconocer y exaltar los esfuerzos adelantados por los gobiernos y los empresarios en virtud de cuidar y proteger la vida y el bienestar de los trabajadores y sus familias; en los últimos años se ha avanzado significativamente en la consolidación de mejores prácticas laborales y la generación de una cultura de autocuidado en una apuesta que va más allá de las leyes y que transciende a la responsabilidad social.
La pandemia ocasionada por el covid-19 transforma a nivel mundial las dinámicas sociales y nuestro modo de afrontar una realidad que requiere de autogestión, la cual ahora no es opcional. Cada uno de nosotros es responsable de frenar el crecimiento del contagio al asumir la mayor cantidad de medidas de prevención, no solo por el bienestar individual sino por el entorno familiar y social.
Los retos de Seguridad y Salud en el Trabajo trascendieron a una sociedad que no estaba preparada para enfrentar los cambios que el covid-19 está provocando en el ámbito laboral, el cuidado de la salud y la prevención de enfermedades ya no son tarea solo de un equipo de trabajo de las empresas y las organizaciones, es ahora una responsabilidad compartida, donde la reinvención y el comprender que no se trata de individualismos nos hace pensar en un presente y un futuro más saludable para todos.
La soberbia de un gobernante o los intereses políticos o económicos de grupos poderosos pueden llevar en su deseo la presión para que se viabilice la apertura y puesta en marcha de ciertos sectores de la economía, demostrando que en ningún momento su genuino interés serán los trabajadores, pues los estarán llevando desbocada y apresuradamente a un punto crítico de riesgo que tal vez impacte mayormente a los más vulnerables, con alarmantes pérdidas humanas. Allí será en donde la economía realmente sienta el golpe más fuerte pues sin capital humano capacitado será poco lo que la industria podrá producir.
Para los empleadores no solo se trata de enviar a casa a su capital humano, se trata de velar por el cuidado de las condiciones del entorno de cada colaborador desde una mirada productiva, pero sobre todo desde la mirada humana, donde su bienestar físico y mental es fundamental para enfrentar la crisis y la incertidumbre derivada de los cambios constantes que acorralan a las naciones a la toma de decisiones inmediatas.
Por esta razón, hoy las acciones desarrolladas y emprendidas de manera permanente por los equipos de Seguridad y Salud en el Trabajo en las empresas, las cuales han involucrado de forma directa a cada trabajador, se ponen a prueba de manera indirecta, pues son estos los que asumen una gran responsabilidad de cuidarse y cuidar a los que más ama; es una invitación para asumir el reto de demostrar la capacidad de liderazgo de cada uno con sus familias, rompiendo el paradigma de ver en la Seguridad y Salud en el Trabajo una mala inversión o simplemente algo que se aplica para entorpecer y complicar los procesos, hoy el propósito ni siquiera es laboral, es una cuestión de responsabilidad familiar.
Aunque el futuro inmediato es incierto, esperamos vehementemente salir unidos y fortalecidos de la situación actual, con una mayor apertura hacia la resiliencia frente a nuevos conceptos de cuidado y protección, que muy seguramente tanto los gobiernos, como los empresarios y los trabajadores nos veremos inmersos a tomar acciones de manera permanente y por convicción propia de una cultura más humana, más responsable pero sobre todo con un compromiso enmarcado en el cuidado colectivo e individual sin que sea subyugado a la obligatoriedad.
Ahora bien, sí una vez todo vuelva a la normalidad no hemos cambiado la forma de pensar y la forma de actuar, esta crisis no nos habrá enseñado nada, este es el momento de reinventarnos, de dejar atrás la procrastinación, de retarnos y evolucionar, nuestra principal misión en la vida será, sin duda, convertirnos en una mejor sociedad.
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