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Recientemente la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual dio a conocer su nuevo ranking del índice de innovación global. Allí, Colombia se ubica en el puesto 66 entre 122 países evaluados. Si bien el país ha evidenciado avances en temas como la adopción de tecnologías y capacitación en las empresas, según la Ompi, aún presenta debilidades en investigación y capital humano.
Aunque Colombia ocupa los puestos promedio de América Latina y está prácticamente en la mitad del escalafón, son aún grandes los retos. Este índice se construye a través de la medición en cada país de diferentes indicadores relacionados con la innovación y la tecnología desde diferentes perspectivas, esto incluye el entorno institucional, la investigación y el capital humano, la infraestructura (tanto la TIC como la de energía y logística), el desarrollo del mercado y del negocio, y la generación de conocimiento en la línea tecnológica y creativa.
En el caso de Colombia, que ocupa quinto puesto en la región (Brasil es primero), hay indicadores que suben el puntaje y principalmente se refieren al desarrollo del negocio, en la medida que se encuentra una alta absorción de la tecnología, aunque esto realmente quiere decir que Colombia es un gran consumidor de tecnología, evidenciado en sus importaciones y pagos de regalías por propiedad intelectual.
Entre los factores que menor puntaje tiene el país, están los relacionados con educación, que se mide a través de los resultados de las pruebas PISA, la cantidad de profesores para educación primaria y secundaria y el presupuesto asignado en general a la educación. También está la falta de colaboración entre universidades e industria para generar productos de investigación, aunque existen iniciativas e instituciones que lo promueven, en otros países estas colaboraciones son mucho más fluidas, permanentes, y disponen de capitales altos de inversión.
Además, la cantidad de investigadores, y especialmente la de investigadores en industria, es muy baja, y eso se refleja en una igualmente baja producción de productos como patentes, artículos científicos, marcas altamente reconocidas, o exportaciones de productos tecnológicos y creativos.
Una de las diferencias significativas con Brasil, aparte de los elementos asociados al capital humano dedicado a innovación e investigación, son los mecanismos y magnitud de recursos dedicados a financiar emprendimientos y escalarlos globalmente, que contrasta con un factor de institucionalidad mejor valorado para Colombia, en la medida que se le reconoce un ambiente más favorable para el desarrollo de los negocios.
Una interpretación de estas cifras sería que a pesar de que en Colombia se promueve una cultura de emprendimiento y encontramos muchas iniciativas para desarrollar productos y marcas en diferentes líneas de negocio, se están quedando en el mercado local y son pocos los emprendedores que logran un escalamiento para hacer visibles sus productos a nivel global.
Por:
Giovanny Andrés Piedrahita
Docente de la Escuela de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones
Politécnico Grancolombiano
