¿La plantación de árboles es la solución para el cambio climático?
Desde que somos muy pequeños se nos ha dicho cuan tan importantes son los árboles para la vida y para todo lo que hacemos. Dicen que, si los abrazamos, podemos recargarnos de buena energía y descargar ondas electromagnéticas a las que estamos expuestos. Si vemos las grandes sabanas que, por ejemplo, en nuestro país están en la costa o en los llanos orientales, el ganado siempre busca la sombra bajo los árboles, y no vayamos más lejos, en las grandes urbes, los árboles se convierten en una especie de pulmón que nos ayuda a capturar el dióxido de carbono, uno de los gases efecto invernadero con más presencia en la atmosfera y aportante en potencia para el cambio climático.
Los árboles son fantásticos: capturan el dióxido de carbono y, como una especie de medida selectiva, lo pueden transformar en glucosa, que es de gran utilidad para sus células vegetales, almacenándola en sus raíces, troncos y al tiempo, emiten el oxígeno que respiramos. Es una depuradora en potencia, regula la temperatura, el agua y el clima. Y sin ser menos importante, también brindan alimento, refugio para la fauna y es un gran componente de la biodiversidad.
Además, los árboles dan firmeza por medio de sus raíces al suelo previniendo los deslizamientos, son los organismos vivos que más viven en el planeta y eso lo podemos ver en los anillos de sus troncos: cuantos más tienen, más edad poseen. En muchas ciudades del mundo, nos ayudan a controlar el ruido, mediante las barreras naturales, de las cuales hacen parte estos maravillosos organismos.
¿Cómo está el panorama?
La perspectiva a nivel mundial no es tan alentadora, pues la tala de árboles es inminente, ante el avance y los cambios de medios de producción, así como el consumo desaforado de dichos recursos, que han venido afectando el número de árboles a lo largo y ancho de nuestro planeta.
Ya en el territorio nacional, en el primer semestre del año 2021, de acuerdo a lo indicado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, se mostró un gran avance en la reducción de la tala de árboles, en aproximadamente un 34 %, con respecto al mismo periodo del año 2020. Sin embargo, sigue siendo agobiante la perdida de este recurso, motivo por el cual el gobierno ha venido adelantando acciones conducentes a proteger las áreas donde se encuentran y así evitar su desaparición.
¿Qué se está haciendo?
Hay dos vías que pueden ayudarnos a detener no solo la pérdida de árboles en nuestro territorio, sino también aportar a la minimización de los efectos del cambio climático: plantar árboles y reducir la deforestación.
Con la entrada de la Ley 2173 del 30 de diciembre de 2021, se pretende establecer que tanto las medianas y grandes empresas deban sembrar dos árboles por cada empleado, lo cual busca afianzar el compromiso social y ambiental del sector empresarial para aumentar la siembra de árboles y el mantenimiento de los bosques. Este es un buen inicio para involucrar no solo al empresariado sino a la sociedad civil en el proceso de conservación y promover el compromiso de cada uno de nosotros frente a la minimización de la deforestación.
¿Es bueno sembrar árboles para combatir el cambio climático?
Todos los esfuerzos para combatir el cambio climático son válidos, y si de siembra de árboles se trata, es un buen camino. En este caso, los árboles más maduros tienen una mayor capacidad para absorber dióxido de carbono que los árboles jóvenes. Un árbol puede demorar entre 8 a 10 años para llegar a su máximo de captura, de ahí radica la importancia de no talarlos. De ahí, y dependiendo de la especie, su productividad en cuanto a captación se refiere puede ir hasta casi los 200 años de edad.
Sin embargo, estas son medidas de mediano y largo plazo. Siempre será importante reducir emisiones desde lo que hacemos. Los árboles nos ayudaran siempre, pero debemos también poner nuestro grano de arena. Recordemos que una cosa es proteger los bosques y que la plantación de árboles no sustituye su conservación, pero eso sí, es necesario para el mantenimiento de la vida en el planeta.
Por:
Carolina Barreto Reyes
Docente Facultad Negocios, Gestión y Sostenibilidad del Politécnico Grancolombiano
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