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Daniela Sanchez ElejaldePor Daniela Sánchez Elejalde, estudiante de Comunicación Social – Periodismo y Profesional en medios audiovisuales del Politécnico Grancolombiano.  El periodismo, la investigación y la realización audiovisual son sus pasiones. Enfocada desde la cultura busca contar las historias de las personas que aportan al desarrollo y el crecimiento de la sociedad. Soy #Diferencer Poli

 

Bogotá es una ciudad cultural que recibe, diariamente, a cientos de turistas de diferentes partes del mundo que vienen a apreciar la riqueza que ofrece la capital de Colombia.

Caminando por las ferias y el centro de la capital, los artistas se encuentran en cada cuadra. Unos se dedican al arte como forma de sustento y muchos otros por pasión; por tal razón, en algunas estaciones podemos encontrar jóvenes y adultos mayores entonando con sus instrumentos musicales baladas que deleitan el oído de los transeúntes.

Así, en los alrededores de la Plaza de Bolívar, un lugar turístico por su arquitectura, y de la Catedral Primada, se notan los trazos de tiza sobre el asfalto que dibuja un grupo de personas que se distribuye a lo largo de la ciudad para mostrar su arte y así reunir plata para poder sobrevivir. Estas obras de arte plasmadas en el piso pueden tardar horas en construirse y, en definitiva, es un proceso digno de admirar.

Primero empiezan observando una foto con el retrato que desean dibujar y luego, con una tiza blanca, hacen un boceto guía que empiezan a rellenar de colores. Mientras hacen todo esto, los peatones se detienen a observar y a tomarle fotos a la majestuosa obra que, poco a poco, va tomando figura. Además, a manera de apoyo, depositan una que otra moneda en la bolsa del artista que, si se cuenta con suerte y no llueve, logra terminar su dibujo.

También las caricaturas invaden las calles, los transeúntes que recorren la Séptima observan intrigados los retratos con rasgos exagerados que causan gracia, y le piden al caricaturista que los dibuje para así llevarse no solo un recuerdo divertido de ellos mismos, sino uno de su paso por este lugar.

Los grafitis son una buena demostración de arte. Es por eso que en el centro de la capital, como en otras partes, podemos encontrarlos de pared a pared y se convierten en el escenario perfecto para las fotografías de propios y visitantes.

Los colores, los trazos y los detalles que cada uno de estos murales ofrecen, nos cuentan una historia que no puede pasar desapercibida. Aunque muchos piensen que esta expresión artística es un acto de vandalismo, en Bogotá los grafiteros -tanto nacionales como extranjeros- dejan su huella para embellecer la ciudad.

Al empezar el recorrido en el centro histórico, más exactamente en una casa con arquitectura colonial, el antiguo tranvía que transitaba por las calles bogotanas en 1948 recibe a los visitantes. Esta casa está a unos pocos pasos del parque de los Periodistas, lugar en el que se realizan muestras culturales, ferias artesanales y de libros, y en donde se puede llegar a conseguir ediciones de colección. En definitiva, un espacio que reúne todo lo representativo de cada rincón de Colombia.

Al pasar por la calle empedrada que conduce al Chorro de Quevedo por la entrada de la calle 12, los colores invaden la vista y lo primero que se nota es el retrato de una niña de tez morena, sonriente, que sobre su mano tiene un corazón. Junto a este, hay un gran mural que nos recuerda a nuestros antepasados indígenas, la naturaleza y los dioses. Las antiguas leyendas también están plasmadas allí donde predomina el color verde y las figuras en relieve.

La plazoleta del Chorro de Quevedo, en donde los cuenteros se reúnen para entretener a personas de diferentes edades y en donde también se celebra cada año el día del ajiaco, un plato típico de Bogotá, se aglutinan las antiguas culturas y las nuevas formas de expresión cultural; espacios para disfrutar de bebidas ancestrales y compartir con amigos, o para conocer nuevas personas, muchos extranjeros, pero otros tantos colombianos.

Esto es lo que usted se puede encontrar solo en un reducido sector del centro de la capital. Bogotá ofrece en sus diferentes localidades atractivos para todos los gustos, y esto sin hablar de los museos, bibliotecas y centros culturales que se pueden visitar a bajo costo.

Por eso es importante resaltar la belleza que la ciudad ofrece, sus muestras culturales que no solo son las de la capital, sino que reúnen a las diferentes regiones del país y desde su gastronomía, hasta la música, pasando por los acentos y diversidad de pensamientos. Aproveche entonces sus vacaciones y conozca a Bogotá.

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