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Redacción: Javier Baquero – Crotaurinos

Se llevo a cabo en Bogotá la corrida de la prensa con más penas que glorias por culpa de los astados, nueve saltaron al ruedo, tan solo dos entregaron trofeos. José Tomás cumplió, Ramsés no se amilano y Finito decepciono

En tarde soleada luego de una mañana lluviosa se celebraron los 25 años de la Asociación Colombiana de Cronistas Taurinos – CROTAURINOS en la plaza de toros de Santamaría, con tres cuartos del aforo y un cartel conformado por José Tomás, el torero más costoso de la temporada taurina colombiana, Finito de Córdoba un torero que decepcionó en la capital y un importante Ramsés Ruíz defendiendo el tricolor nacional.

Se lidiaron cinco toros de la ganadería del Paraíso y uno de Achury Viejo, bonitos a más no poder los de Don Jerónimo Pimentel, el de Achury bastante anovillado. En cuanto al comportamiento la corrida mostró mansedumbre y toques de bondad, se dejó el segundo del festejo y el sexto permitió brillo en el colombiano. El negro de la familia Rocha también dejo ver complicaciones.

Finito de Córdoba, con el capote no vimos al torero español, ni el toro ni el diestro pusieron de sí. Con la muleta Finito lidio a un toro quedado, sin fuerza con poca trasmisión. Insistió en varios terrenos de la plaza el torero español, pero todo se quedó en silencio luego de un pinchazo y estocada. Pitos para el toro.

En su segundo, el cuarto de la tarde las broncas del público no se hicieron esperar frente a un toro que tal vez no fue la mejor materia, pero que si era suficiente para poder lucir, Finito no quiso saber nada del astado, pero si por el contrario trató de hacerlo ver más malo de lo que en realidad era. Entre el toro y el torero de Sabadel perfectamente cabía el encierro completo. Con la espada dejo un bajonazo que tuvo que retirar con habilidad, innumerables fueron los fallos con el verduguillo y los pitos no dejaron de sonar. Hay que decir que antes de que finalizara la faena un subalterno lanceo al astado y oles de cachondeo se escucharon al unísono, como señal de protesta a Finito de Córdoba, así mismo en el arrastre a parte de pitos para el toro se escucharon algunas palmas con mucha ironía. Hubo gritos de no más Finito, no más Finito.

José Tomas, muy bien con el capote en su primero, en la muleta construyó una faena vertical, mallestática poniéndose en los sitios donde solo él los sabe hacer, los muletazos fueron modelo para pintura, Tomas vino a Bogotá a demostrar la calidad y pureza de su toreo. El toro no fue boyante, no fue la mejor materia prima pero en las manos de José Tomas cualquier papel se vuelve lienzo. Mató de estocada y la petición no se hizo esperar, una oreja concedió el palco alto y el pupilo de Don Jerónimo paso al destazadero fuertemente pitado.

En el quinto de la tarde no se cumplió el viejo aforismo, saltó al ruedo un manso de solemnidad, el que fue cambiado luego de los pitos de fuera fuera fuera. El quinto bis un negro de Achury Viejo tampoco dejó justificar la venida del torero de Galapagar, manso y con complicación, rajadito a tablas. Tomás mató de pinchazo y una estocada recibió muy cariñosas palmas por parte del público mientras el astado de la familia Rocha fue pitado en el arrastre.

Ramsés Ruíz, su primero tuvo que ser cambiado por visibles molestias en su pata izquierda, en consecuencia saltó al ruedo el primer reserva de la tarde, un toro negro, al cual Ramsés lidió con muchísima presteza, lucio en el capote pero más aun en la muleta, para nada le pesó el compromiso en cierto momento recibió una fuerte voltereta, luego de lo cual se levanto encorajinado para rematar lo planteado al del Paraíso. Mató de pinchazo y estocada, saludo desde el tercio. El toro fue pitado en el arrastre.

Ramsés en el que cerró la tarde, demostró que está hecho para carteles importantes, lo del 2006 y 2007 en Bogotá no fue casualidad. El bogotano bordo el toreo con Rencoroso, un toro albahío que se prestó para que se le ejecutaran tandas de mucha importancia, el centro del ruedo en la mayor parte de la faena fue el entorno del quehacer de Ramsés, la música acompaso las buenas tandas del colombiano quien mató de una buena estocada que fue decisiva para que el público capitalino pidiera los trofeos, una oreja a las manos de Ramsés y palmas para el toro.

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