Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Manizales – Colombia. Con un retardo de cerca de una hora comenzó la
corrida Mixta anunciada para hoy en Manizales. Corrida que fue solo para
toreros de a pie por cuanto el rejoneador desistió de actuar porque
según él, el piso no estaba en condiciones. Una sola oreja se cortó,
pero pudieron ser más. Luego de 10 días de verano en la capital del departamento de Caldas, un aguacero visitó el cielo manizalita desde la noche anterior, incrementándose después del medio día, lo que retrasó el inicio del festejó, hasta cuando los actuantes verificaron el estado del piso y dieron su vista bueno para dar inicio a la corrida. El rejoneador Andy Cartagena declinó su comparecencia en la tarde de hoy, argumentado que el piso no estaba en condiciones. Al público se le informó inicialmente que se revisaría el estado del ruedo en el cuarto toro y se determinaría si actuaba Cartagena o no, lo que no podía ser pues una vez se hizo el paseíllo caballos y caballero en plaza tomaron camino a la finca donde están instalados.

Mal Detalle.

Si me preguntan, me parece un detalle de mal gusto por parte del rejoneador. Dentro de mi ignorancia taurina, que confieso es muy grande, creo que el piso de Manizales, es en Colombia el más acto para poder actuar con caballos después de un aguacero, pues la arena utilizada en este coso es en arena de rio, que absorbe rápidamente y eso sumado al buen drenaje que tiene la plaza, da cierta suavidad al piso, no genera barro, de ese que hace que se resbalen los caballos y de todas maneras se pueden utilizar los tradicionales tacos para las herraduras. Ahora bien, si sumamos el «detalle» de abandonar la plaza al de poner problema porque los toros no están «suficientemente despuntados», creo que no hay buena disposición para con el público manizalita, público que paga boletas caras para ver un buen espectáculo.                    

Bueno, se realizo la corrida y eso es lo importante. Se lidiaron toros de la ganadería de Dosgutierrez, desiguales de presentación y de juego. Tres de los seis que saltaron al ruedo brindaron garantías para los actuantes, balance positivo para Don Jorge Gutiérrez.

La terna de actuantes la conformaron el cucuteño Sebastián Vargas, el torero de Ubate Manuel Libardo y el capitalino Juan Solanilla. Los tres con mucha disposición, aunque con suerte variada a la hora del balance.

Sebastián Vargas, que lucio un terno azabache y oro, nos dejó disfrutar de buenos lances con la capa, banderillas de mucha exposición y muletazos de buena factura en ambos astados y sobre todo una voluntad mayúscula brotaron del sentimiento de este buen torero nacional. El primero de la tarde fue distraído, bajo de casta y sin querer encelarse en los engaños, en el cuarto, que salió con alegría pensamos que las cosas cambiarían, pero desafortunadamente el toro que prometía, se apago rápidamente. Por el pitón derecho Vargas lo aprovecho y por el izquierdo no hubo posibilidades. Derrocho valor, incluso recibió al toro con una larga cambiada en todo el centro del ruedo de forma muy temeraria, por lo cerca que paso el toro. En esté hubo petición del público y saludo desde el tercio.

Manuel Libardo, que vistió un traje caña y oro con cabos blancos, dejo muy buena impresión ante el público que asistió. El capote se convirtió en extensión de los brazos de torero lanceando con suavidad y mando a sus dos oponentes. Con la muleta ejecutó buenas tandas, sobre todo en el quinto del festejo, al que aprovechó al máximo. Libardo dibujó las mejores tandas con la pañosa de toda la tarde, con suavidad, profundidad y mucho temple. El toro fue de menos a más. El mejor pitón fue el izquierdo y los naturales parecieron estar posando para la realización de un cuadro. La estocada cuando ya estaba cortado el trofeo jugó una mala pasada cayendo contraria y dejando todo en palmas para el torero y silencio para el torero, tras aviso.

La terna la completo Juan Solanilla, que también vistió terno caña, oro y cabos blancos. El toreo que cumple un año de haber tomado la alternativa en esta misma plaza, demostró mucho oficio, quizás muchas del que pudiéramos esperar en un torero con tan poco tiempo de alternativa. Pareciera que Solanilla contará con un rodaje de muchas tardes. Capote y muleta fueron empleados con solvencia. Hubo variedad con ambos y mezcla de emoción con arte y plasticidad. Con el que abrió su lote, la voluntad hizo pareja con las buenas embestidas del toro, para finalizar se volcó sobre el morrillo y sepulto una estocada hasta los gavilanes, lo que le valió para recibir una oreja y dar una vuelta al ruedo al ejemplar, tal vez un poco generosa, pero nada reprochable. El último toro fue un ejemplar que gazapeó a más no poder y nunca dejo estar al buen torero bogotano. Mató de habilidad y decisión.

Compartir post