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Redacción: Javier Baquero – Jaba – Astauros

Manizales – Colombia. Una
muy buena y agradable tarde de toros vivimos hoy en la Plaza de Toros
de la capital del departamento de Caldas. Una corrida mixta con muchos
matices, un encierro de garantías y puerta grande para Sebastián Vargas
hacen parte del balance taurino.

Con una entrada cercana a los
tres cuartos del aforo, vivimos en una tarde soleada la corrida mixta
anunciada para hoy.  Se lidiaron reses de la ganadería de Dosgutiérrez,
de muy buen juego, desiguales y justos de presentación, algunos.

La
terna conformada por el cucuteño Sebastián Vargas, el caldense
Cristóbal Pardo y el rejoneador español Álvaro Montes, se encargaron de
brindar un buen espectáculo.

El más antiguo de la terna,
Sebastián Vargas, hoy dio una muestra de ser un torero de mucha
proyección y de importancia responsabilidad y vergüenza torera. En el
primero de la tarde ejecutó cuatro verónicas de factura importante. En
el tercio de banderillas tres pares de gran exposición. En medio de la
suerte, el cucuteño se resbaló y el toro pasó por encima de él y como
consecuencia de esto resultó con la parte superior izquierda de la
frente abierta y con un fuerte hematoma. El golpe fue muy duro y
prácticamente quedó privado el torero nacional.

 Con la muleta
Vargas brindó al público y entendió a un toro que iba con la cara
arriba vencido por el pitón derecho y frenándose en medio del muletazo.
Por el izquierdo no hubo nada que explotar, aunque se intento por parte
del cucuteño. Mató de estocada delantera. Pitos al toro y saludo desde
el tercio para el torero.

En el cuarto del festejo, la raza de
Vargas relució, dos largas cambiadas en el centro del ruedo y verónicas
de buena factura. Las banderillas conformaron un buen tercio y el
galleo que remató arranco fuertes palmas de la concurrencia. Con la
muleta también inició en el centro del redondel, de rodillas aguanto
tres pases frente a un toro muy encastado. La faena fue variada y muy
ajustada a las condiciones de un toro bueno, que tenía recorrido,
fiereza y nobleza. Los dos pitones fueron probado y aprovechados por
Sebastián. Mató de una excelente estocada, colocada con una muy
ejecución y mejor colocación. La sola espada valía una oreja. El
público pidió los trofeos y el palco concedió las dos orejas a cuenta
gotas y una vuelta al ruedo al toro, premio que tal vez fue un poco
largo frente al comportamiento de otros astados.

www.voyalostoros.com manizales corrida mixta 2010Cristóbal Pardo,
el torero de Victoria Caldas, era el segundo espada en antigüedad. A su
primer oponente, un toro abanto, lo lanceó por delantales y muy rápido
lo llevó al centro del ruedo. No banderilleó. No brindo debido a las
condiciones del toro. Finalmente, luego de intentar encontró en sitio
pese a que se vencía por ambos pitones. El acero no ayudo y todo quedo
en silencio.

El quinto con saludo de seis verónicas y revolera
prendió la emoción en los tendidos. Con este ejemplar Pardo considero
que si era prudente ejecutar el tercio de banderillas. Tres pares,
destacándose uno al violín solidificaron el acompañamiento del público.
Tomó la muleta uno de rodillas y un pase de tironcillo para llevarse el
toro al centro del ruedo, donde con suavidad y temple ejecutó una faena
buena y del regusto de la afición. Los dos pitones fueron probados y
aprobados. Mató recibiendo y le concedieron una oreja.

La terna
la completó el rejoneador Álvaro Montes, que debutaba en esta plaza. Su
atracción principal es la suerte con la garrocha y a su primer toro lo
paseo tres vueltas completas al ruedo, paro en el centro del ruedo y
reinició su labor con el palo. Con los rejones de castigo no lució
mucho. Con las banderillas las cosas mejoraron, lucieron, sobre todo
las colocadas al violín y tres cortas. Con el rejón de muerte pinchoy
colocó otro bastante caído. El palco concedió una oreja y una vuelta al
ruedo, ambos premios creo que largos.

En el que cerró el festejo
colocó dos rejones de castigos certeros y agrupados, las banderillas
fueron colocadas con presteza. Un rejón de muerte que no fue
suficiente, hecho pie a tierra y el verduguillo tampoco fue efectivo.
Finalmente, colocó otro rejón y este término el calvario.

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