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@JPCyberLaw

Julián Assange nunca fue una persona apegada al cumplimiento de la ley. Por el contrario, desde sus inicios como programador estuvo involucrado en actividades de hacking y, así mismo, fue uno de los impulsores de los movimientos de ciberactivismo, entre éstos los denominados CyberPunk que impulsaban a Internet como un contrapoder contra los Estados.

Hoy, con el hecho que Assange esté recluido en una celda, se ha iniciado el fin de la era de Wikileaks. A continuación un breve resumen de lo que significó:

 

Foto: AFP/ NIKLAS HALLE'N (FILES)

Foto: AFP/ NIKLAS HALLE’N (FILES)

El inicio de WikiLeaks

WikiLeaks, proviene de la palabra en ingles leaks, que significa fuga, goteo o filtración, adicionado al inicio con la palabra wiki, que en su conjunto hace referencia a un tipo de contenidos ingresados en forma colaborativa en Portales de contenido en Internet.

Es una organización sin ánimo de lucro enfocada en temas de la comunicación, creada en el año 2007 por Julián Assange y en la que se ofrece, de acuerdo con su portal, “llevar noticias e información al público. Ofrecemos una forma innovadora, segura y anónima para las fuentes de fugas de información a nuestros periodistas. Una de las actividades más importantes es publicar material original junto a nuestras historias de noticias para que los lectores e historiadores, por igual, puedan ver la evidencia de la verdad. Somos una organización joven que ha crecido muy rápidamente, basándose en una red de voluntarios de todo el mundo”[1].

WikiLeaks funcionaba como un receptor de información confidencial, secreta o filtrada, la cual utiliza para sus publicaciones públicas, dando a conocer el contenido de los mismos de manera abierta, siempre fundamentados en la libertad de expresión y aluden que realizan esa acción para fomentar la transparencia en el mundo.

Esta organización comenzó a ser una verdadera piedra en el zapato para algunos Estados y organizaciones en el mundo, especialmente los Estados Unidos de América y algunas Organizaciones Financieras, debido a la publicación y filtración e informes privados, que dieron a conocer diversos asuntos ajenos en la esfera pública.

Assange menciona que “la misión de WikiLeaks consiste en recibir información de informantes anónimos y periodistas censurados, publicar tal información y luego defenderse de los inevitables ataques legales y políticos. De forma rutinaria, los estados y las organizaciones poderosas intentan suprimir las publicaciones de WikiLeaks, y en tanto que editor de último recurso, WikiLeaks fue diseñada para soportar este tipo de dificultades”[2].

En 2010 WikiLeaks saltó a la fama mundial al publicar documentos que evidenciaron el abuso del “secretismo oficial en el ejército y el gobierno de Estados Unidos”. En otras palabras, se filtró información de seguridad o de características estratégicas que ocasionaron que la política gubernamental y exterior de los Estados Unidos de América, estuviere comprometida. Estas publicaciones se conocen como Daño Colateral, los Diarios de la Guerra, y el CableGate. A partir de dicho acto, el FBI inició investigación criminal contra WikiLeaks por cargos de conspiración según la Ley de Espionaje de 1917. El personal de la Organización fue sometido a supervisión encubierta, primero en Alemania, Islandia, Reino Unido.

A partir de la persecución judicial, WikiLeaks tuvo problemas para operar, por ejemplo, el 1 de diciembre de 2010, Amazon eliminó a WikiLeaks de su lista de servidores de almacenamiento, y el 2 de ese mismo mes, el servicio DNS de wikileaks.org se vio interrumpido, mencionó Assange[3].

En diciembre del 2010, VISA, Mastercard, PayPal y Bank of America, comenzaron a denegar servicios financieros a WikiLeaks, y bloqueando la posibilidad de recibir financiación mediante donaciones. Esto ocasionó una reacción masiva del grupo Anonymus, tal y como líneas atrás se explicó.

WikiLeaks muestra su poder contra los Estados

Las filtraciones de información publicadas en WikiLeaks significaron un gran impacto para las relaciones internacionales entre los Estados, debido a que se expuso de manera pública situaciones de asuntos internos de carácter reservado, reflejando actuaciones no diplomáticas como presuntos espionajes al interior de los países usando canales diplomáticos. Todo esto ocasionó un impacto a la confianza de las relaciones internacionales mundiales. Esta situación también generó cambios frente al manejo de información clasificada, diplomática y de inteligencia, entre otros campos.

En 2015, a raíz de las filtraciones de WikiLeaks y de Edward Snowden, y ante el conocimiento público que el Gobierno de los Estados Unidos realizaba espionaje cibernético a través de su Agencia de Seguridad Nacional, se promovió una iniciativa para que el Departamento de Comercio cediera definitivamente la administración del Internet. Al respecto el Banco Mundial reconocía:

 “la falta de confianza entre los Estados después del episodio de Edward Snowden, la vigilancia que realizan los organismos estatales y los conflictos crecientes entre las políticas y las regulaciones nacionales, por un lado, y las normas internacionales, por otro, han dado pie a diversos interrogantes acerca de la gestión de Internet”.

Incidencia política y activismo cibernético

Julián Assange, en su libro Cuando Google encontró a WikiLeaks, menciona el caso de un grupo de personas de unas islas del caribe que se unieron para difundir hechos que consideraban como corrupción en su territorio, así lo relata Assange: “En una ocasión supimos de un caso en las Islas Turcas y Caicos, donde existía un grupo, pequeño pero fantástico, llamado TCI Journal (Turks and Caicos Islands Journal) […] que intentaba detener la corrupción en su país, enfrentándose a los promotores de enormes recursos[5].

Los promotores encontraron rápidamente la forma de expulsar los servidores de las Islas, con el propósito de impedir el conocimiento de las publicaciones del referido grupo. Ante la presión les tocó trasladarse a la India, donde también tuvieron problemas de persecución; luego se trasladaron a Malasia, donde sucedió lo mismo; y por último a California en los Estados Unidos, donde igualmente les impusieron una demanda, pero la legislación de California fue mucho más flexible para la situación en la que estuvieron involucrados. Este caso muestra un verdadero caso de ciberactivismo con incidencia política.

WikiLeaks contra la censura en China

El Fundador de WikiLeaks, Julian Assange, refiriéndose a China menciona que se suele “decir que la censura es motivo de celebración: [por el contrario] siempre es una oportunidad porque revela miedo a la reforma; significa que el poder tiene una posición tan débil que tiene que cuidarse de lo que piensa la gente”[6].

¿Fin de la era WikiLeaks?

En mi opinión es muy improbable que Wikileaks muera y, por el contrario, la detención de Assange significará una chispa que reavivará los colectivos de hacktivismo y ciberactivismo buscando continuar la labor de dicha organización.

Tal y como Assange le mencionó al anterior Presidente de Google Eric SchimIdt, en un encuentro que sostuvieron en la sede de Ecuador en Londres “Somos disciplinados por las fuerzas del mercado”, y muestra la capacidad de multiplicar esfuerzos creando Wikileaks “espejo” en diferentes lugares del mundo a partir de la transferencia de los datos, creando simultáneamente diferentes sitios web con el propósito que Wikileaks nunca se apague.

Wikileaks entra en receso, pero creo que no logrará apagarse.

 

Por Juan Pablo Salazar,

Abogado experto en derecho cibernético y ciberseguridad

Email: juan.salazar@cyberlaw.digital

@JPCyberLaw

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Bibliografía

Assange, Julian, Cuando Google Encontró a Wikileaks (Madrid: Clave Intelectual, 2014)

WikiLeaks, ‘WikiLeaks’ <http://wikileaks.org.> [accessed 13 September 2012]

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