Cerrar Menú Blogs
Las opiniones de los blogueros son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.
Profile image

Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Seguir este blog

@wwaycorrigan

[Listen to an audio version of this blog entry here.]

‘The hardest part was leaving the WhatsApp group.’ This is a common refrain you’ll hear from recently retired sports stars, those who are part of teams that is.

Wrong Way Corrigan is not a big fan of WhatsApp groups. Some people seem to like them, though.

The rather weird world of WhatsApp groups.

Groupthink
I find this rather perplexing. Do they really find the act of no longer virtually engaging with a group of people more difficult than actually not being part of the clique physically?

Maybe it’s just me, but I tend to prefer to meet (most) people face-to-face rather than communicate via social media or other such means (there are, of course, those who I have no desire to meet by any means — the feeling is no doubt mutual). For sure, the pandemic has made in-person meetings more difficult yet, on the same token, it has made me appreciate real-life interaction even more so.

I guess the “hard” part of leaving a WhatsApp group, particularly one that is a forum for something that has been a central part of one’s everyday life, is the fact that, normally, the person departing presses the leave button him/herself. ‘This is it, we’re parting ways and there’s no going back.’ Extinguishing oneself virtually, so to put it.

In defence of those sports stars who have found ‘WhatsApp group removal’ an emotional moment, many of them who I have read about were retiring earlier than planned for one reason or another.

For if you’ve reached a moment where you feel you’ve nothing more to give, then moving on shouldn’t be such a burden. In fact, I would have thought leaving behind the social media chitchat would be somewhat empowering. One chapter ends, on to the next. What’s more, one can still meet former teammates individually should one wish to do so.

Now I must state that I can’t speak for being part of WhatsApp groups linked to sports teams. WhatsApp wasn’t a thing the last time I was fully involved with a team.

Yet, I have been and am part of various social media groups across a range of interests. I can say with confidence that my leaving of any of them would not result in sleepless nights.

‘The ability to instantly interact with a bunch of people who I’ve either only fleetingly met or haven’t met at all is not something I see as desirable.’

Indeed, I’ve “unexpectedly” left a number of groups in recent times, one of which I actually founded. It wasn’t a big deal my side, although perhaps some other members raised eyebrows owing to the manner I abruptly left, I don’t know.

No friend of mine
To be honest, I find many social media groups rather tedious affairs. Of the ones in which I remain, it’s largely for self-publicity reasons when the need arises, as well as for getting rapid responses to the odd query or for receiving potentially useful information.

The ability to instantly interact with a bunch of people who I’ve either only fleetingly met or haven’t met at all is not something I see as desirable. The disadvantages outweigh the advantages as far as I’m concerned.

You see, I tend not to befriend people too quickly. It’s a process that appears to take even longer the older I get, and it’s certainly unlikely to happen over social media. It could be said I’m leaning towards the Scottish comedian Frankie Boyle’s school of thought, ‘A stranger is a cunt you haven’t met.’ Indeed.

The only real advantage I see with WhatsApp groups is that members generally don’t send voice messages. I’m not a fan of rambling monologues, although I have been guilty of same in the past in one-on-one WhatsApp engagements. ‘Do unto others’ and all that.

In mitigation, in certain circumstances, a voice message is more desirable than a written one. They should be used sparingly all the same. (Here’s a thought, WhatsApp. How about setting a daily limit on voice-message minutes per user? Like two minutes free and after that one has to pay a premium.)

On a broader scale, in terms of the various instant-messenger services available, WhatsApp certainly appears to have captivated the Western world. Where’s Viber these days?

Like most of these things, I have a kind of schizophrenic relationship with it. That is, ‘can’t live with it, can’t live without it’.

Or at least I’ve convinced myself of the latter. I can certainly live without WhatsApp groups. By extension, I’m sure I could live without WhatsApp. However, I feel I’m not quite ready to fully break up with it just yet.
_______________________________________________________________
Listen to Wrong Way’s Colombia Cast podcast here.

Facebook: Wrong Way Corrigan — The Blog & IQuiz “The Bogotá Pub Quiz”.

(Visited 130 times, 1 visits today)
PERFIL
Profile image

La vida en Colombia desde la perspectiva de un periodista y locutor irlandés, quien ha vivido en el país desde 2011. El blog explora temas sociales y culturales, interacción con los nativos, viajes, actualidades y mucho más. Escucha su podcast acá: https://anchor.fm/brendan-corrigan.

Más posts de este Blog

Ver más

Lo más leído en Blogs

1

Pura pasión, de Annie Ernaux, es un libro corto sobre un(...)

2

Un bosque de colores y brillo está cautivando al mundo. Unos ojos amarillos y unos destellos sobre una piel azul me cautivaron a mí.

Avatar, la nueva película del director de Titanic, James Cameron, es una obra maestra de 500 millones de dólares que en el poco tiempo que lleva en cartelera (se estrenó el 1ro de enero) ya se convirtió en la segunda película más taquillera de la historia, después de Titanic, y que, a mi modo de ver, ya puede ser catalogada como un clásico, como una historia inolvidable contada magistralmente  de una forma inolvidable.

Las imágenes de Avatar, logradas a través de tomas, diseños y colores, y, sobre todo, de una creatividad única e infinita, hacen que los espectadores creamos en ese mundo de los Na'vi y que luchemos internamente por sus personajes. La película es una obra de arte en términos cinematográficos, pero es a la vez una historia que nos deja un sabor amargo y una sensación de miedo y dolor.

Mientras nos deleitamos con un  mundo mágico de brillo, color y energía a través de imágenes en tercera dimensión, empezamos a entender que toda esa belleza, la historia de amor, el poder de la energía, lo hermoso de cada toma, son solo recursos creativos escogidos hábilmente por un director para enviar un mensaje poderoso a la humanidad: que está destruyendo a su madre naturaleza, a la tierra; que es posible que ya sea demasiado tarde; que el hombre puede ser el peor de los monstruos, "el alien", cuando se olvida de todo para acumular riquezas -casi siempre-; que así sufren las comunidades que son colonizadas cuando llegan los colonos a apoderarse de sus tierras, a expulsar, a exterminar, como si no existiera humanidad alguna en ellos.

Es difícil meterse en la mente de un director, y más de uno bueno, pero al ver la película solo pude preguntarme de dónde saldría una idea tan brillante y creativa, y a eso solo pude responder que lo brillante y creativo, como siempre, surgió de lo más simple: del mensaje que se quería enviar, un mensaje ya repetido hasta el cansancio de cómo el hombre se destruye a sí mismo y al mundo en el que vive, pero que esta vez un director quiso contar de otra forma porque sabía que haciéndolo como siempre su idea no funcionaría; hacer una película histórica sobre alguna guerra, sobre la colonización de alguna región, sobre seres humanos destruyendo el planeta sería lo mismo de siempre y sería recibido a ciegas, con indiferencia, como ya nos hemos acostumbrado a asumir las cifras de muertos, de ataques, de destrucción.

Pero unos seres azules, brillantes, con hermosos ojos almendra y habitantes de un bosque de colores, destellos y energía, de unión y poder, vistos en tercera dimensión y construidos alrededor de una historia de amor serían las figuras perfectas para que la sensibilidad de los seres humanos resurgiera de lo más profundo de su interior. Con estos seres Cameron creyó que lograría comunicar su idea y lo hizo.

Avatar está transmitiendo un mensaje muy poderoso a millones de personas en el mundo. Y eso no quiere decir que algo cambie debido a la película; no lo hará. Pero los Na'vi, sus ojos almendra, su desgracia, su amor por la naturaleza, su indestructible unión y su conexión energética se quedarán para siempre en la mente de muchos seres humanos que se sintieron de otro bando mientras se adentraban en esta historia. Por lo menos de mi mente no saldrán jamás.

Y, como una de esas coincidencias mágicas, en este caso muy dolorosa, que parecen salidas de ese bosque de energía de Pandora, mientras veía Avatar y a los Na'vi huir llorando y observabando impotentes cómo les destruían su mundo, pensaba con el corazón apretado en esos miles de haitianos que en ese mismo momento debían estar también llorando y corriendo después de que unas horas antes un terremoto hubiera prácticamente destruido Puerto Príncipe. De mi mente será imposible borrar esta comparación así como la sensación de dolor que nació en mi interior cuando unos personajes azules representaron frente a mí lo que en esos instantes ocurría realmente a seres humanos en otro lugar de mi planeta.

Es hora de despertar; con la naturaleza no puede nadie. Ella oye nuestros mensajes y nos responde, y, en este caso, el director de Avatar hizo un trabajo maravilloso en la transmisión de uno muy repetido de prevención, aunque quizás bastante tardío.

"Eywa", te pido que ayudes a que la naturaleza sepa conservar sus equilibrios, así dolorosamente a veces el hombre tenga que pagar por lo que ha hecho.

Ya alguna vez había mencionado que no soy amante de la ciencia ficción, pero Avatar es para mí su mejor exponente, al punto de que, además de ser absolutamente hermosa, a través de recursos del género logra crear una realidad y, lo que es más importante, logra enviar ese mensaje que de ninguna otra manera había conseguido llegar a tantos.

 

www.catalinafrancor.com/blog

 

3

Ya vamos para cinco años creando el podcast “Radiodistractor”, derivado del(...)

2 Comentarios
Ingresa aquí para que puedas comentar este post
Reglamento de comentarios

ETCE no se responsabiliza por el uso y tratamiento que los usuarios le den a la información publicada en este espacio de recomendaciones, pero aclara que busca ser la sombrilla de un espacio donde el equilibrio y la tolerancia sean el eje. En ese camino, disponemos de total libertad para eliminar los contenidos que:

  1. Promuevan mensajes tipo spam.
  2. El odio ante una persona o comunidad por su condición social, racial, sexual, religiosa o de situación de discapacidad.
  3. Muestren o impulsen comportamientos o lenguajes sexualmente explícitos, violentos o dañinos.
  4. Vulneren o atenten contra los derechos de los menores de edad.

Además, tenga en cuenta que:

  • - El usuario registrado solo podrá hacer un voto y veto por comentario.
Aceptar
¿Encontraste un error?

Para EL TIEMPO las observaciones sobre su contenido son importantes. Permítenos conocerlas para, si es el caso, tomar los correctivos necesarios, o darle trámite ante las instancias pertinentes dentro de EL TIEMPO Casa Editorial.


Debes escribir el comentario
¡Gracias! Tu comentario ha sido guardado
Tu calificación ha sido registrada
Tu participación ya fue registrada
Haz tu reporte
Cerrar
Debes escribir tu reporte
Tu reporte ha sido enviado con éxito
Debes ser usuario registrado para poder reportar este comentario. Cerrar