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La cirugía plástica, como acontecimiento, posterior al divorcio se ha convertido en una tendencia común entre aquellas pacientes que «intentan verse mejor y demostrarle a sus ex maridos la confianza que tienen en ellas mismas», como lo ha dicho el cirujano plástico Robert Tornambe en una entrada para The Huffington Post.

Muchas mujeres divorciadas acuden a los cirujanos plásticos porque están interesadas en someterse a procedimientos estéticos para eliminar sus arrugas o aquellas bolsas bajo los ojos, con el fin de remediar una mirada fatigada, tras el estrés y la infelicidad causados por el rompimiento de su relación.

Así mismo, algunas personas contemplan la trascendental opción de realizarse un cambio de imagen de cuerpo entero, quizás porque al verse renovadas esto les da la opción de enfrentarse solas a un nuevo mundo. 

Otra de las razones es porque quizá en algún momento de sus vidas, incluso aún estando casadas, quisieron operarse y tras la ruptura de su relación, tienen ahora la oportunidad perfecta para hacerlo y seguir adelante con ese deseo, sin necesidad de depender de la decisión o de la aprobación de su compañero sentimental.

La mamoplastia, el mommy makeover, la liposucción, la blefaroplastia y la abdominoplastia son los cinco procedimientos quirúrgicos más pedidos por aquellas mujeres, recién separadas, que acuden al consultorio del Dr. Tornambe, como él lo menciona en su artículo.

Cada vez aumenta el número de mujeres que desean someterse al bisturí, pensando en borrar ciertos rezagos físicos que quedaron después de algunos años de matrimonio. Según un estudio realizado porNational Women’s Health Resource Center, más del 40% de las mujeres de esta encuesta se sometió a algún tipo de procedimiento quirúrgico para mejorar su apariencia física, justo después de un divorcio o de un acontecimiento nuevo en su vida.

Sin embargo, la estabilidad emocional es un requisito imprescindible para ser un candidato apto para una cirugía plástica, por esta razón es cuestionable si alguien que acaba de separarse de su pareja está listo o no, debido a que es normal que las emociones y los sentimientos estén dispersos durante esta etapa, que en la mayoría de las personas tiende a ser traumática, fuerte e impactante en sus vidas.

Como lo afirma el Dr. Tornambe: «hay que aconsejar a los pacientes que consideren cuidadosamente todos los aspectos de la cirugía estética, que la planifiquen y que entienden que una operación no va a cambiar su vida drásticamente o mágicamente su infelicidad, una cirugía no va a hacer que los problemas desaparezcan».

En pocas palabras, después de una separación, es mejor tomarse un tiempo prudente para que las emociones se estabilicen adecuadamente.

Aunque surgen algunas inquietudes con respecto a las cirugías plásticas tras el divorcio, es muy importante preguntarse: 

¿Por qué algunas personas dejan de cuidar de sí mismas mientras están casadas? 

¿Por qué una vez divorciada, una persona tiene el deseo de verse mejor?

¿Por qué algunas personas establecen una rutina cuando se casan y luego le dan un vuelco definitivo a su vida tras una separación?

El divorcio es un momento adecuado para abrirle la puerta a la introspección y al crecimiento personal. Por esta razón, es necesario adaptarse a esta nueva vida, quizá condicionada por la soledad, tomando un tiempo prudente para cualquier decisión trascendental como lo puede ser una cirugía plástica.

Por eso, si sientes la necesidad de someterte a una cirugía plástica, tras haberte separado de tu pareja, espera el tiempo que sea necesario hasta que tus emociones y sentimientos empiecen a normalizarse. 

Asegúrate de que todo lo que estés haciendo sea por tí mism@ y no lo hagas por sorprender o agradar a alguien más. Recuerda siempre, acudir a un cirujano plástico certificado, quien será el profesional idóneo para orientarte con respecto al procedimiento quirúrgico al que planeas someterte.

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