Las cosas comienzan a cambiar. Atlético Nacional se acaba de coronar campeón de la Copa Libertadores, mostrándonos que el éxito y el triunfo se hace partido por partido, sin importar lo que los medios de comunicación digan, y dejando ver que se puede lograr cosas difíciles, pese a todas las dificultades. Colombia está en algo parecido: las cosas parecen complejas pero los hechos lentamente muestran que lograremos que las cosas mejoren, dejando atrás las malas noticias, las proyecciones pesimistas y sobretodo las voces de los críticos, que como siempre, les queda más fácil ser fatalistas.
El país necesitaba un triunfo emocional y el Atlético Nacional se lo entregó anoche, levantando la emotividad de los paisas y la identidad nacional; lo que se suma al tercer puesto de la Selección en la Copa América, la espectacular presentación de los “escarabajos” colombianos en el Tour de Francia, el subcampeonato de las futbolistas colombianas en Ultimate y la enorme esperanza que se viene con los Olímpicos de Río. Los deportistas están levantando el ánimo de los colombianos y esa puede ser la cuota inicial de la recuperación de la confianza de los colombianos en su país.
Hoy desconfiamos de lo que puede pasar, hoy vivimos en un ambiente de incertidumbre. Mucho del tema está afectado por el acuerdo del fin del conflicto que se ha negociado en La Habana, donde es claro que pocos colombianos están en contra de lograr la paz, pero sí hay una fuerte división en la forma de lograrla, y donde la oposición ha logrado causar una fuerte tendencia en la población, que causa que cerca de la mitad del país crea que el proceso no se debe dar de la manera que se ha dado, generando el espacio para poner en duda la capacidad del gobierno para gobernar y causando un ambiente negativo sobre el futuro del país. Situación que se suma a una inflación creciente, una devaluación amenazadora, menor gasto público, el alza de tasas del Banco de la República para frenar la demanda interna, y la duda sobre el contenido y el efecto de la reforma tributaria, situaciones que se expresan en que los hogares pueden comprar menos y no están haciendo compras inteligentes, generando una menor creación de empleo.
Los grandes problemas de la economía colombiana se ven en tres variables: inflación creciente, empleo frenado y gasto de los hogares contenido. La situación no se ve bien, porque parece ser incongruente, porque cuando los hogares dejan de comprar, es normal que el empleo se frene, porque el comercio y la industria dejan de crear puestos de trabajo, y esto desemboca en una caída en los precios de los productos en el mercado; pero esto no está pasando, porque la inflación crece por los precios de los productos agrícolas y por las erradas indexaciones con la inflación del año anterior que tenemos en muchos servicios, particularmente los arriendos y los servicios públicos, y las medidas monetarias del Banco, por el contrario, han subido aún más la inflación, porque aumentan los costos fijos del sector privado.
Ante esto, se da la advertencia de las calificadoras de riesgo al mercado colombiano, que le dicen a Colombia: cuidado, creemos en ustedes, pero deben hacer cosas o de lo contrario, les quitamos el apoyo. Lo que deja una gran pregunta, ¿realmente qué podemos hacer?
Afortunadamente, se vienen 5 tendencias claras y muy fuertes que van a cambiar los números económicos, pese a lo que digan los pesimistas y los críticos del gobierno: el efecto calendario, el freno de la inflación, la reforma tributaria, el gasto público regional y la ventaja matemática.
El PIB colombiano en el segundo trimestre crecerá cerca el 1%, mostrando una tendencia negativa. Cifra que se presentará hasta septiembre de este año, cuando las cosas ya se verán mejor. Todo comienza por el efecto calendario, porque hay más días hábiles en el segundo semestre de 2016 que en el de 2015, causando más días de producción, ingreso y gasto. Esta ventaja no tiene nada que ver con la política, ni la oposición, ni las tasas de interés, simplemente es una condición del mercado, que hinchará las velas del barco.
El paro camionero fue un golpe inesperado a la inflación, que pudo haber causado que el alza de precios en julio de 2016 pase el 9% anual y genere un dato acumulado de cerca del 6% en lo corrido del año. Este acto político, que buscó defender los derechos de los camioneros en Colombia, vulneró el derecho de todos los colombianos de mantener su poder adquisitivo, creciendo los precios de las cosas en cerca de dos puntos completos anuales, porque el aumento del precio de los alimentos, generado por la escases, también genera el aumento de otros costos en el mercado, como el alza de las tasas de interés. Así, la presión política por las vías de hecho, para defender los derechos de una minoría, afectó profundamente al país, no solo en los 6 billones de pesos que se perdieron de manera directa, sino en otros tantos que no se generaron.
Pasado el paro, los precios de los productos agrícolas comenzarán a ceder y eso hará que la inflación comience a bajar lentamente y cuando rompa el piso del 7%, los hogares colombianos comenzarán a sentir que su capacidad de compra retorna, en el momento en que las dinámicas de mercado serán positivas y las buenas noticias serán más frecuentes. Si la inflación logra llegar al 6%, en diciembre un colombiano promedio, podrá comprar más cosas que las que compró el mismo mes el año pasado; por eso es fundamental bajar la inflación entre agosto y diciembre, con el esfuerzo del comercio, la industria e incluso de los mismos compradores.
A esto se suma la buena noticia de la Reforma tributaria. Sí, la buena noticia, aunque parezca absurdo para muchos. La presentación de la reforma tributaria hará que las calificadoras mundiales vean como reales los esfuerzo del país para mejorar su situación fiscal, reduciendo la presión a la pérdida de la calificación de inversión, que le pegaría muy duro a la entra de dólares al país; pero la reforma tiene un efecto inesperado, que ha ocurrido en el pasado y que recuerda el anuncio de alza de tasas de interés del Banco Central del Japón, que lo que causa es cambiar las tendencias de gasto e inversión en el mercado. Cuando los hogares y los empresarios colombianos lean la reforma tributaria y comprendan que entra en vigor en 2017, acelerará muchas decisiones de compra e inversión, porque el próximo año las condiciones tributarias serán más duras, lo que hace que moverse en 2016 sea un gran negocio. Un buen ejemplo es la compra de carro nuevo; este sector está frenado por la sensación de precios altos y de créditos inalcanzables para los hogares, pero si la reforma les aumenta el IVA, causará que en la semana del automóvil en noviembre, las ventas de vehículos tengan un repunte importante. Eso deja ver el enorme error que cometió el gobierno en no presentar la reforma en el primer semestre y usarla como mecanismo de motivación de anticipación de compra e inversión, y dejando pocos meses para este fenómeno. Así, la reforma tributaria hará que los hogares compren y que los empresarios inviertan, aumentando la generación de empleo.
A todo esto se suma, el cambio en la tendencia del Gasto público, por la entrada en acción de los presupuestos municipales y departamentales, los cuales tienen en este momento los niveles de ejecución muy bajos, y como en el caso de Bogotá, no renovó 15.000 contratos a contratistas del distrito, causando un detrimento en la generación de empleo. En el segundo semestre, los gobiernos de las 5 grandes ciudades, aumentarán su inversión y creación de puestos de trabajo, inyectando recursos a la economía, dinamizando aún más el mercado. Infraestructura, mantenimiento y cultura ciudadana, harán que las economías regionales marquen el paso de la demanda de los hogares.
En el segundo semestre tenemos más días hábiles, menos inflación, anticipación de gasto e inversión de hogares y empresarios como efecto de la reforma tributaria, aumento del gasto público gracias a las ciudades y los departamentos, al mismo tiempo que se nos presenta una ventaja matemática. Casi todos los datos mencionados y muchos otros, tuvieron una importante desaceleración en el segundo semestre de 2015. Por eso cuando los datos de variación de las variables económicas del segundo semestre de 2016, se comparen con lo que paso hace 12 meses, los números serán mejores, causando un efecto positivo de comparación.
El país ha comenzado a retomar su senda, y el ánimo de los hogares comenzará a cambiar lentamente, y todo comienza con el enorme regalo que nos da el Atlético Nacional, recordándonos que podemos ser los reyes de América.
Por si le interesa, ayer escribí sobre por qué decimos que las colombianas no saben de moda, ¿o será que no es verdad?
A igual debe hacerse con el el voto por el sí: el optimismo que muestra el autor debe transmitirse y estimularse para el plebiscito y así al menos buscar un cambio para mejorar la calidad de vida de muchos y de la misma democracia …
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Buen artículo pero hay un error imperdonable del autor, la inflación es un fenómeno que se da por escasez de ciertos productos y por variables como una demanda alta,mientras la tasas de interés es una consecuencia de esas variables, entonces la tasa de interés es un control del banco de la República para controlar la inflación no una causa como lo indica el amigo Colombiador de resto buen análisis. Lástima el errorcito.
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me quede pasmado leyendo a este individuo que francamente o esta loco o se cree guru de economia,pero desde aca le digo si esto lo imprimen ni para envover una libra de cebolla,EL TIEMPO BOTA ESPACIO QUE ESTA TAN ESCASO
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La columna es buena. Sin embargo, lo de la reforma tributaria como buena noticia genera dudas: si genera un impulso positivo la demanda agregada ante las expectativas, ese efecto sólo es de corto plazo.
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Lo veo grave al decir que la reforma tributaria le servirá al país , para reactivar la economía .cuando el aumento de impuestos le sirve al ciudadano de a pie .
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ahora de las das de ARUSPICE….como la niña MENCHA….BLA BLA BLA.
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Y pensar q en el nacional hay 6 costeñosssss titulares un solo Paisa
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Muy acertado Camilo..Esperemos que las cosas salgan bien para todos los colombianos.
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Qué columna tan estúpida y mediocre . Este personaje debería leer al doctor Eduardo Sarmiento , un economista de verdad.
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