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En los Diálogos de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible que se realizaron la semana pasada en Bogotá, especialistas mundiales, académicos, representantes de gobiernos, líderes de la sociedad civil y ciudadanos, discutieron y evaluaron el cumplimiento de acuerdos e implementación de las políticas en materia de ciudades, transporte y turismo sostenible trazadas en la cumbre Río+20 organizada por la ONU y celebrada en 2012 en Río de Janeiro.
Este encuentro reafirmó que el desarrollo sostenible es una responsabilidad de todos, y un propósito de todos los sectores, de la ciudadanía y de los gobiernos y privados desde los ámbitos local, nacional e internacional.
Entonces, ¿qué estamos haciendo para construir una mejor ciudad? ¿qué estamos haciendo los 8 millones de personas que vivimos en Bogotá? Es la pregunta que debemos hacernos si somos verdaderos hinchas de esta ciudad.
Y que además como la afición de la Selección Colombia, debemos responder con acciones, participación, propuestas, pero sobre todo con un aporte diario al respeto por el otro y a una mejor convivencia en el estadio, que sería Bogotá.
“A futuro las ciudades nos llevarán al cielo o al infierno dependiendo del camino que elijamos en cuanto a la forma de consumo y de la capacidad de protección a los recursos naturales”, dijo Arab Hoballa director del área de Consumo y Producción Sostenible del Programa de Naciones para el Medio Ambiente.
Aquí vale la pena recordar que el Plan de Desarrollo de Bogotá Humana, aprobó una visión de ciudad que busca superar la segregación socio-espacial, ordenarse alrededor del agua, adaptarse al cambio climático y defender y valorar lo público.
El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro ha insistido sobre la visión de ciudad cuando expresa: “El sueño de Bogotá debe ser convertirse en ciudad verde y con biodiversidad incluyente.”
En el primer debate de los «Diálogos de Alto Nivel sobre Ciudades Sostenibles», el alcalde indicó que en la capital colombiana los esfuerzos se han enfocado «en disminuir los gases de efecto invernadero y adaptar el territorio de tal manera que el cambio climático no mate a los pobres».
Bogotá, en el purgatorio
ONU Hábitat ha resaltado en distintos espacios de discusión global que una ciudad sostenible reduce la pobreza, las desigualdades y la segregación, que coinciden con los objetivos del Plan de Desarrollo de la administración del Alcalde Gustavo Petro.
Elkin Velásquez director de ONU Hábitat para América Latina y Caribe, destacó en estos Diálogos de Alto Nivel, el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y señaló que «Bogotá se enfrenta al mayor reto: la implementación»
Pero ¿cómo implementar el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial cuando está suspendido y necesita de una buena gambeta jurídica?
Precisamente, Gustavo Petro enfrentó durísimas críticas por el Gobierno Nacional, los gremios y los organismos de control, y después de socializaciones ciudadanas modificó el POT y trazó una nueva ruta para el desarrollo de la ciudad pero que desde este año fue suspendido provisionalmente por el Consejo de Estado.
Y es que el Plan de Ordenamiento Territorial, es una papa caliente y objeto de disputa política, porque es la norma que define en sus elementos más esenciales cómo se organiza una ciudad, y de ahí, los intereses de gremios de la construcción, banqueros y mega contratistas, y políticos de turno.
Petro reiteró ante los participantes de los Diálogos de Río+20: “La visión de una ciudad segmentada es irracional, ambiental, económica y socialmente, y es la que ha tenido la ciudad de Bogotá en su último siglo”, y agregó:
“en los pocos meses que duró el POT, el precio de la tierra comenzó a bajar en el centro de la ciudad, lo cual llevaba una dinámica de construcción, que es lo que buscamos, que todos los sectores sociales puedan vivir en el centro (…) se abarate la ciudad y se vuelva más incluyente y democrática. Si usamos menos energía para movilizarnos, somos más sostenibles”.
Adicionalmente, explicó: «nada sacamos hablando de economía verde si los ingresos del país dependen de las exportaciones de petróleo y carbón» así como tampoco se entiende el perseguir el «desarrollo sostenible de las ciudades cuando la política de vivienda se basa en ir hacia terrenos alejados y de alto riesgo.»
Expertos en urbanismo, profesores de la Universidad de Harvard, y organismos internacionales como ONU Hábitat han destacado el modelo de ciudad que decretó Gustavo Petro para Bogotá: ciudad compacta, con una construcción de vivienda hacia arriba para que no se expanda en los bordes donde está el riego por deslizamientos; con ciudadanos que recorran distancias cortas entre el trabajo y la casa; más espacios públicos y parques. transporte sostenible, integrado y multimodal.
«La segregación en América Latina ha sido producto de la falta de planeación» explicó Velásquez, director de ONU Hábitat para América Latina y Caribe.
Así que la clave de estas tesis de planeación urbana está en definir competencias jurídicas del POT para avanzar en la implementación si y solo sí, el Plan tiene una visión ajustada a la visión de un Desarrollo Sostenible de Bogotá, es decir tiene un “fair play” así como el fútbol.
“Diseñar e implementar políticas integrales e integradas del agua que tengan en cuenta el ciclo del agua y la adaptación al cambio climático, incluida aspectos como el acceso y saneamiento, la gestión de la demanda de agua, el consumo eficiente de los recursos, orientada al riesgo y el uso y la gestión del agua de lluvia, la conservación y restauración de los recursos hídricos, uso de la tierra y planificación urbana en torno a los espacios del agua.”
Así lo registra la Declaración definitiva de “DIÁLOGO DE ALTO NIVEL” Aplicación de las Decisiones de Río + 20, Promoción de Ciudades, Transporte y Turismo Sostenible. Realizado en Bogotá.
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