Este año, Colombia consagra 202
años de independencia que de una u otra manera sirvieron para reencontrarnos
con nuestras costumbres y, por supuesto, para soslayar nuestras dificultades, y
así, concordar diversos puntos de discusión o debate que involucraron a toda
una región que buscó por todos los medios posibles mejores proezas para lograr
libertad y orden.
Pero, ¿realmente somos independientes?,
y resulta bastante cuestionado expresar que nuestra independencia, lograda por
intermedio de las armas y basada en triunfalismos superficiales llevando como
bandera la libertad como signo de «desacato» que conlleva a no estar atado a recibir
ordenes del rey de España, sino antes bien, buscar que la Nueva Granada
encontrara por intermedio de sus mayores representantes, un gobierno estable y
duradero que tomara las riendas de este barco que había supuestamente
naufragado y que parecía resurgir de las cenizas, como la Europa posterior de
las guerras mundiales.
Pero en pleno siglo XXI, más que
hablar de independencia, debemos recurrir al término de globalización que
involucra tanto a potencias mundiales como a países en vía de desarrollo,
relación que para unos, supuestamente, es armónica y de colaboración, mientras
para otros es una relación de subordinación e intereses creados
geopolíticamente buscando competir a la altura de cualquier país logrando, ante
todo, buenos aliados, exquisitos recursos naturales y en la medida de la
posible, infundir miedo.
Han pasado 202 años y permanece
el mismo ideal esperanzador que busca renovados aires de libertad y orden y que
encuentra en sus principales lideres una puesta en el futuro de que aun estamos
en procura de construir una renovada, «independiente» y libre nación, porque
como todo país en vía de desarrollo, requiere de tiempo para lograr que algún
día la esperanza no turbe con la frustración y el fracaso y mas bien sea la
realidad y los hechos los que hablen por si solos y que esta vez no sea el
presidente o líder de turno el encargado de decirlo sino que sean mas de
46.000.000 millones de colombianos los que, se sientan orgullosos de vivirlo y
expresarlo con fervor y pasión, por nuestra bandera tricolor, nuestro
pintoresco escudo, sublime himno y hermosa embajadora de la flora en el mundo,
la orquídea, de que ha valido la pena luchar tanto tiempo y correr en algunos
casos contra la corriente y de que las dificultades verdaderamente nos pusieron
a prueba y aprendimos a superar todos aquellos obstáculos que intentaron que la
servidumbre y la dependencia primaran y que nuestra independencia se viera
frustrada.
Una vez más, en este día
conmemorativo para todos los colombianos, expresemos firmemente que
permaneceremos rumbo a independizarnos y que no descansaremos por gritar a viva
voz que valió la pena lo hecho aquel 20 de Julio de 1810 y todas sus
repercusiones, un camino largo y tortuoso en el que tu también cuentas¡
«un pueblo ignorante es instrumento ciego de
su propia destrucción» Simón Bolivar
«Nuestras discordias tienen su origen en las
dos más copiosas fuentes de calamidad pública: la ignorancia y la debilidad»
Simón Bolivar
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