“Nadie está hablando sobre un cambio en el
estilo de vida, un propósito ineludible si
pretendemos luchar contra el cambio climático”
Rajendra Pachauri
Desde su origen, hace unos 4.500 millones de años (poco después de aparecer el Sol), el planeta ha estado en constantes cambios. Así lo evidencian estudios geológicos sobre las diferentes eras que demuestran profundas transformaciones del pasado de la Tierra. Antes del inicio de la Revolución Industrial, la presión humana sobre los recursos naturales y ecosistemas era prácticamente nula, sin embargo posterior a ella, ha demostrado un inmenso cambio.
Recuerdo con especial atención las palabras de Manuel Toharia (2008) donde indicaba en un reciente libro, lo siguiente: “estamos en una nueva época caracterizada por la presencia de un hombre que ha dejado de ser sabio para convertirse en un hombre tecnológico… Aunque existe numerosa literatura científica acerca de este periodo crucial durante el cual el Homo sapiens sapiens se ha ido convirtiendo en algo así como en un Homo tecnologicus, no hay suficiente información acerca de los efectos de este proceso sobre el medio ambiente en general”.
Sin embargo y con el paso del tiempo, hemos sido testigos de que la Revolución Industrial ha sido el inicio de innumerables cambios ecológicos y sociales, los cuales han ido transformando poco a poco a las naciones del mundo, haciendo que nuestra economía pasase de ser natural a una manufacturada y nuestro desarrollo se vuelva disfuncional.
Guardia de las Naciones Unidas protege la entrada a la sala de negociaciones climáticas durante la COP20 (2014)
Hasta los años 50, el problema ambiental se diluye entre ciertas tendencias. Nadie pensaba seriamente en la existencia de la crisis. Es la época de la prosperidad mundial y del crecimiento exponencial de la economía. Roosvelt en 1944, aun en plena guerra, aseguraba optimista, que la economía norteamericana podía expandirse indefinidamente. Frente a esto, solo algunos científicos fueron capaces de oponerse a la idea del crecimiento ilimitado. Aldo Leopold, Fairfield Osborn y William Vogh son posiblemente los primeros en señalar que el hombre se encontraba en una peligrosa situación de desbalance con su ambiente y que tal comportamiento desencadenaría serias dificultades, cuyas consecuencias serían sufridas por toda la humanidad.
Puede decirse que la humanidad ya salió de la época Holoceno para entrar en una nueva era, donde el hombre y sus acciones (negativas y positivas), son el principal centro. Muchos autores catalogan este tiempo como la Era del Clima o el Antropoceno.
Las problemáticas ecológicas de los últimos decenios han sido originadas por nuestra incompetencia como sociedad de no ver más allá de nuestra naturaleza humana, conducta que nos ha llevado a evolucionar de forma distante al ambiente. Extraída de la Declaración de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano (1972), les comparto esta reflexión que sugiere especial atención: “…En la larga y tortuosa evolución de la raza humana en este planeta se ha llegado a una etapa en que, gracias a la rápida aceleración de la ciencia y la tecnología, el hombre ha adquirido el poder de transformar, de innumerables maneras y en una escala sin precedentes, cuanto lo rodea…”.
Hoy día vemos como la actividad humana sigue imponiendo semejante tensión sobre las funciones naturales de la Tierra. La capacidad de los ecosistemas planetarios (para mantener a futuras generaciones o inclusive a la presente) ya no se puede dar por hecha, motivo por el cual, nos encontramos en una fase de transición hacia del punto del “no retorno” en una pérdida masiva de biomasa indispensable para el funcionamiento de la vida y en un detrimento de valores morales y éticos -individuales y colectivos-.
El ser humano, es entonces protagonista directo de innumerables desafíos socio-ambientales del presente y futuro del planeta, siendo el cambio climático uno de los retos más importantes a nivel planetario, que involucra factores económicos, políticos, sociales, culturales y ecológicos. Psicológicamente somos víctimas y causantes de los desequilibrios ambientales. La evidencia científica comprueba con un 95% de exactitud que el cambio climático actual, está producido por las actividades antropogénicas, es decir, que el hombre tiene en su mayoría, la responsabilidad de esta Era del Clima en la cual nos encontramos.
El cambio climático es un síntoma de que algo no va bien en la sociedad y con el paso del tiempo, todos tendremos que pagar el verdadero coste de la energía que se está usando, del aumento de temperaturas que se está generando, de la pérdida de biodiversidad que se está causando y de las petrodictaduras que estamos financiando. Evitemos quedar como la generación que tenía conocimiento y no hizo nada. Si no tomamos acciones concretas, inclusivas y eficaces, el cambio climático seguirá cobrando la vida de muchísimas personas alrededor del mundo. Recuerdo haber escuchado recientemente una conferencia de Al Gore (exvicepresidente de los Estados Unidos) diciendo: “no podemos negar los hechos, la verdad no puede ser negociada”.
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