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Hace varios años trabajé con juzgados penales y conocí de cerca algunos casos en los que la delincuencia salía airosa frente al sistema que trata de controlarla.

¡Es que la policía no sirve para nada! Afirman algunas personas en los juzgados virtuales (Internet). Con la misma firmeza, otras no dudan en culpar a los jueces y un buen número se divide entre culpar al presidente o a algún expresidente, así como al alcalde de turno (no importa de qué población) y a la guerrilla o los “paras”.

En esa búsqueda de culpables hay quienes voltean a mirar al congreso, otros al sistema educativo y otros tantos incluso al sistema político: “la culpa es de la democracia” y a veces al sistema económico “el capitalismo es el motor de la delincuencia”.

CC0 Public Domain Pixabay

Así, mientras los ciudadanos seguimos ejerciendo en Internet el papel de jueces, legisladores y gobernantes, los delincuentes siguen afuera esperando para atacar.

La historia reciente del país está llena de hurtos, estafas, homicidios, tentativas, secuestros simples, lesiones personales, además de los delitos que mojan más prensa como los peculados, los secuestros largos, las extorsiones, el narcotráfico, el espionaje –o “chuzadas”-, el abuso de menores y la trata de personas; y de lo que medio logramos conocer los ciudadanos sacamos “argumentos” para lanzar las famosas comparaciones de peras con manzanas: “mientras a un señor lo mandan a la cárcel por robarse un cubo de caldo de gallina, a los terroristas les van a pagar un sueldo, o equis demonio está de congresista”. Por supuesto que tenemos todo el derecho a indignarnos pero mientras nosotros disparamos frases de cajón, los delincuentes siguen disparando balas verdaderas.

 

¿Entonces qué es lo que está fallando?

Creo que acertaron quienes pensaron que lo primero es la educación –para el caso creo que suena mejor la culturización-.

Aunque también hay una brecha grande para el aprendizaje de lo técnico entre colegios privados y públicos, incluso entre unos privados y otros, lo que más viene fallando en la casa y en la escuela es la formación ciudadana.

Por ejemplo hace un tiempo visité un colegio distrital en la localidad de Usaquén en Bogotá. Un docente me estaba guiando y encontró a un estudiante fuera del salón; le dijo que era horario de clase, que por favor entrara. El estudiante le respondió “venga y me entra sapo hijue***”. El silencio reinó y el profesor y yo seguimos el recorrido. Cuando hubo la oportunidad le pregunté al profesor por esta situación y su respuesta me dejó helado: “no hay nada que hacer, si me le enfrento me apuñala fuera del colegio o incluso aquí mismo y si sigo el conducto llevándolo a control disciplinario también me mata o en el mejor de los casos me hace abrir un disciplinario pero a mí”.

Pero el problema no deriva del tipo de colegio porque en colegios privados también he conocido casos de estudiantes que respaldados en el dinero o el poder de sus padres matonean a sus compañeros o hasta a sus profesores, por lo que la diferencia es que unos se forman para delincuentes de corbata y otros para delincuentes de calle.

 

El sistema

Es cierto que a veces pareciera que la policía no alcanza para controlar tanta delincuencia y por eso algunos ciudadanos se quejan de eso, pero el problema no es policivo, es decir que no se arregla simplemente con más presencia o mayor actuar de la policía porque hay casos en los que la policía detiene al delincuente pero por falta de pruebas, de denuncia o de contundencia en el delito, queda libre. ¡Ah, entonces el problema son los jueces que los dejan libres! Aunque no lo crean no tanto, porque el juez se basa en lo técnico para tomar su decisión y no puede ordenar retener a una persona (aunque en el fondo presienta que es delincuente) si no hay pruebas del delito que cometió o si no hay quién lo denuncie –y aunque esté denunciado, si no se aportan pruebas queda libre por el principio de inocencia- (1)

También es importante tener en cuenta que algunos delitos considerados “menores” son excarcelables; es decir que puede haber una condena por parte del juez pero el responsable no irá a una cárcel.

 

¿Entonces si el problema no está por completo ni en la policía ni en los jueces?

Nos queda pensar en el legislativo, el que hace y modifica las leyes. También he leído airadas manifestaciones sobre “cadena perpetua, pena de muerte y mandar a la cárcel a las ratas” y la verdad es que cuando uno es víctima o ve a las víctimas de algún delito todo eso suena tentador, pero por un lado, en un país en el que se compran falsos testigos como comprar pan de 200, podría salirse de las manos algo tan delicado como la pena de muerte o la cadena perpetua y mucha gente inocente podría terminar en una guillotina moderna; y por otro, encarcelar a los delincuentes “menores” representaría construir y administrar más cárceles porque los niveles de hacinamiento actuales ya son una bomba de tiempo (2)

Además, ¿de verdad hacer más cárceles haría la diferencia? ¿Por qué entonces en países como Holanda están cerrando y alquilando cárceles por falta de presos? (3)

Por otro lado muchas veces nosotros mismos, los ciudadanos que somos víctimas del delito, también somos victimarios sin saberlo o sabiéndolo un poco pero haciéndonos los locos. Por ejemplo cuando nos colamos a una fila, cuando irrespetamos las señales de tránsito, cuando en el carro hacemos doble o hasta triple fila en un giro semaforizado, cuando andando en moto invadimos la cebra peatonal para arrancar de primeros con el cambio de semáforo, cuando andando en cicla se la echamos encima al peatón, cuando como peatones pasamos la calle por cualquier lado, cuando no recogemos el excremento de nuestras mascotas, cuando estacionamos en parqueaderos azules sin tener alguna discapacidad, cuando no le cedemos la silla del bus a alguien que la necesite más y un largo etcétera. Ninguna de esas situaciones son en sí delitos, pero toda esa maraña sumada a diario crea el escenario perfecto para incubar el delito grande. Ojalá el nuevo Código de Policía sirva para ir mejorando en cultura ciudadana que es una de las bases para más seguridad.

También somos victimarios, cómplices (y eso sí es delito) cuando compramos repuestos para el carro o la moto sabiendo o sospechando que son robados.

En París por ejemplo los carros y motos pasan la noche estacionados en la calle porque cuando se diseñó la ciudad no se construyeron suficientes parqueaderos –excepto en zonas de construcción reciente- y nunca se oye que se hayan robado alguno o que le hayan robado una llanta o un espejo ¿Por qué? Sencillamente porque no hay mercado para lo robado; si alguien le quita un espejo a un carro no tiene dónde venderlo, nadie compra nada robado y ahí se le cierra la posibilidad a ese delito, no es “rentable” para el delincuente, punto.

Con este panorama pareciera que no hay salida porque este es un círculo vicioso, pero hay que romperlo en algún lado para que deje de ser vicioso.

Por eso lo primero, urgente e importante es que desde casa se formen personas capaces, diligentes, emprendedoras y creativas pero también soñadoras y respetuosas de su entorno; respetuosas de todos los seres vivos y conscientes de la existencia, las necesidades y los derechos de las demás personas sin desconocer o permitir que se pisoteen los propios. Todo esto debe ir reforzado en la escuela aunque haya que sacrificar un poco de lo técnico para retomar lo humano.

Una sociedad que forme ciudadanos altamente calificados en valores humanos a la par con la formación técnica o profesional, será una sociedad segura, tranquila y feliz ¿O de qué sirve aprender a barrer muy bien si voy a guardar la basura bajo la alfombra? ¿De qué sirve aprender a manejar muy bien si como taxista voy a cobrar de más o a agredir a mis pasajeros? ¿De qué sirve ser un gran ingeniero civil si voy a pavimentar con materiales defectuosos para quedarme con más plata? ¿De qué sirve ser un gran médico si no humanizo el trato a mis pacientes? ¿De qué sirve ser un buen pedagogo si solo enseñó conocimientos pero no comportamientos?

¿Sí ven porqué la sola técnica aunque esté bien aprendida no le sirve a la sociedad si no está acompañada de ética y comportamiento ciudadano?

 

“Sembrad en los niños buenas ideas, aunque hoy no las entiendan el futuro se encargará de hacerlas florecer”

-María Montessori-

 

(1) http://noticias.caracoltv.com/ojo-de-la-noche/robo-lo-soltaron-y-los-dos-dias-lo-volvieron-coger-con-las-manos-en-la-masa

(2) http://www.eltiempo.com/multimedia/especiales/hacinamiento-en-carceles-de-colombia/16549364/1/

(3) http://www.abc.es/internacional/abci-carceles-holanda-estan-vacias-mas-vigilantes-presos-201611141811_noticia.html

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