Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Los primeros diez minutos son para estudiar el movimiento de la fila, en adelante para señalar a los cajeros, que se la pasan mamando gallo.

Cuando uno ve que la fila no se mueve, nota que detrás de las seis cajas, estresados, solamente hay dos cajeros. Le pregunté a un empresario de Coomeva el porqué de la diferencia entre cajas y cajeros y me confesó, rascándose la cabeza, que no pensaba pagar más de un cajero para atender a diez personas. Miré hacia atrás y entendí que además de criar piojos, y de ser grosero, el tipo no sabía contar.

Para los directivos de empresas dudosas la comodidad del cliente no es de gran importancia, y cuando alguien tiene alguna queja le muestran el buzón que está al lado del celador y le piden que redacte su molestia, aun cuando el candado del cajón está oxidado y por la rendija no es posible introducir ni la envoltura de un Tumix. Como lo del buzón no deja satisfecho a nadie, por lo general el usuario, que siempre tiene ganas de pegarle a alguien, las prende contra el cajero: que deje de tomar tinto y mueva esas manos, que se avispe, que considere; cuando los pobres son los más afectados.

Haciendo filas uno se entera de cosas muy tristes, uno juzga a los abuelos que tienen nietos que no sirven para nada, uno se compadece de los zapatos rojos de un hombre gordo o piensa que la vida de los celadores puede ser interesante. Para debilitar los efectos nocivos me di a la tarea de llevar siempre un libro, pero no es fácil concentrarse cuando el señor de adelante quiere que uno le preste un lapicero y la señora de atrás, que le cuide el puesto.

Los efectos negativos de hacer una fila varían dependiendo de la situación de la persona, pero creo que todos desembocan en accidentes. Yo, por ejemplo, tengo contado mi tiempo y cuando me sorprende una fila me pongo a pensar un montón de cosas; pienso que todos los que hacemos fila somos un gusano hediondo y ridículo, o que si no dejo de repetir en silencio el coro de esa canción voy a envejecer más rápido. A veces no controlo la continuidad de mis pensamientos y se produce un embotellamiento en mi cabeza.

 En Twitter: @Vuelodeverdad

Compartir post