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UNA OSTENTACIÓN DEGRADANTE Y LOS QUEJIDOS DESGARRADORES DE LA HAMBRUNA.
Una de las características del capitalismo como modelo económico es de que los precios son determinados en la mayoría de los casos por el libre mercado, y el dominio de la propiedad privada juega un papel preponderante, facilitándole a la sociedad particular el empleo, uso y control de los recursos que utilicen en la labor productiva como mejor les parezca, siendo libres de escoger el negocio que deseen desarrollar y el momento para entrar o salir de el, la intervención estatal es mínima solo vela por el ordenamiento jurídico que garantice la propiedad privada, el control de la seguridad interna y externa y algunas políticas para el libre funcionamiento de los mercados. Como se dijo, y según los economistas ( advierto que me estoy metiendo en camisa de once varas, soy un lego en estas materias y no es el tema central), el mercado por medio de las leyes de la oferta y la demanda regula los precios y permite el intercambio de la mercancía, la asignación de recursos y la distribución de la riqueza entre los individuos. Y es aquí, precisamente, en estos postulados o principios en donde no tengo muy en claro la finalidad económica que busca la transacción que acaba de realizar un ostentoso Club de Fútbol Español “El Real Madrid”, en la adquisición de tres’ pases’ de unos estupendos jugadores, pero que, debido a la astronómica suma que se canceló, se distorsionó su valor real en el mercado de “bolsa” de jugadores del fútbol; además, desde cualquier óptica y lógica en que se analice una negociación de esta naturaleza y características, sólo la justifica un presunto “lavado de activos”. ¿O será que si es posible una tasa de retorno y a qué plazo?.
Entrando un poco y de manera somera en mi “microscópica” economía, si es que cabe este término, he tenido una tendencia casi inequívoca hacía el capitalismo, siendo una persona pobre, pero, de un “buen pasar”, y respetando a todos los que militan en el comunismo o en el socialismo por no compartir su filosofía ya que eso ‘de lo mismo con las mismas’ no me encuadra por ningún lado, como lo sostiene alguna encíclica: “no pueden ser iguales los altos y los bajos”, teniendo este aserto su razón en aquello de que a nadie le gusta vivir incómodo, ni maluco, o sea, vivir en la inopia; en este orden de ideas están mis preferencias, entre ellas, la del fútbol no siendo hincha de equipo alguno, pero gustándome sobremanera este deporte máxime cuando se hace gala de mostrar la destreza del cuerpo y algo de malicia (intelecto) en el manejo de la pelota y se complementa con la armonía total del equipo, y ahí es donde apreciamos la plenitud del verdadero espectáculo que entretiene a por lo menos 2/4 de los habitantes del planeta. Todo esto muy loable y meritorio por sus dones de habilidad que les prodigó la naturaleza para ese protagonismo, pero de ahí a considerarlos como a unos seres superiores y diferentes al resto de la especie humana- algunos los llaman galácticos -, conduce a la persona indefectiblemente a una ignorancia supina en la cual pierde toda la noción de las proporciones respecto del valor de las cosas, quedando sumido en un estado de prepotencia e indolencia que lo lleva a imponer la voluntad por cuenta del poder que le dispensa su solvencia económica, despojándolo por completo de la sensibilidad y la solidaridad social con sus congéneres y ubicándolo en una competencia desleal frente a los demás, con un innegable e inocultable poder dominante.
La casi totalidad de los países desarrollados del orbe tienen como modelo económico el capitalismo lo que los mantiene obnubilados en aumentar la producción en todos sus niveles y, por ende, el aumento de su poder económico olvidando hacer frente a la generación del empleo y a la distribución de riqueza entre los individuos lo que genera estados paupérrimos y, lo más grave de todo, sin importar los medios utilizados en el aparato productivo, así sean nocivos en alto grado para el impacto ambiental y se cause grave daño al ecosistema, cuyos resultados catastróficos se pronostican en relativo corto plazo por parte de las autoridades ambientales del planeta, si no se utilizan a tiempo los correctivos del caso para evitar el calentamiento global. Esta apatía y egoísmo de los países desarrollados, y en particular de las personas ricas del mundo, están llevando de manera apresurada al exterminio de la humanidad, ya empezaron a sentirse los “gritos desgarradores de la hambruna” por cuenta de la pobreza, y se pronostica para más temprano que tarde la falta de agua, y sin este líquido la vida se extingue a mayor velocidad que por hambruna. Esta situación aparte de ser macabra produce cierto pavor por lo que no se conoce las reacciones que pueden sobrevenir ante una deshidratación por la falta de este liquido vital y estamos hablando de todos los habitantes de la tierra, en una guerra de todos contra todos como vampiros procurando succionar el plasma de los demás para calmar la mortal y enloquecedora sed, y éste si sería un final apocalíptico.
La FAO, organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, acaba de publicar en boletín de prensa que contiene una serie de información bastante preocupante tales como: Una sexta parte de la humanidad sufre de desnutrición. El hambre en el mundo alcanzaría un récord histórico en el 2009, con 1.020 millones de personas que pasan hambre a diario, no siendo consecuencia de las malas cosechas, sino causado por la crisis económica mundial que ha provocado una disminución de los ingresos y un incremento del desempleo, que menguan sustancialmente el acceso de los pobres a los alimentos, y agrega la oficina: “Esta crisis silenciosa del hambre – que afecta a uno de cada seis seres humanos – supone un serio riesgo para la paz y la seguridad mundiales” y clama de los países ricos para que doten de herramientas y políticas necesarias para impulsar la producción agrícola y la productividad de los países pobres. El número de hambrientos se incrementó (1995-2006 ) en todas las regiones del mundo, excepto en Latinoamérica y el Caribe, pero en esta región los progresos en la reducción del hambre se han visto anulados como consecuencia del alza de los precios alimentarios y la actual crisis económica. Casi toda la población desnutrida del planeta vive en países en desarrollo. En Asia y el Pacífico se calcula que unos 642 millones de personas sufren hambre crónica, 265 millones en África subsahariana, 53 millones en Latinoamérica y el Caribe, 42 millones en África del norte y Oriente medio y 15 millones en los países desarrollados. Los pobres urbanos serán probablemente los que tengan más dificultades para hacer frente a la recesión mundial, ya que el descenso de la demanda de exportaciones y la reducción de la inversión extranjera directa causarán un aumento del desempleo urbano. Algunos países en desarrollo se enfrentan al hecho de que las remesas que los emigrantes envían a sus hogares han descendido en forma notable, con la consiguiente disminución de la entrada de divisas y de ingresos para las familias.
Como se puede de3ducir de este contexto sin mucho esfuerzo mental, es que la situación es sumamente delicada y merece toda la atención de los países, desarrollados y en desarrollo, ya que se vislumbra una época de hambruna y de sed a la “lontananza”, estando comprometidos solidariamente todos los habitantes de la Tierra.
Con este futuro tan aciago que nos vaticinan y nosotros aquí en Colombia, América del Sur, desentendidos como “nefelibatas” y enredados en el embeleco del referendo reeleccionista.¡Que tal esto!.
Marco Aurelio Uribe García
Manizales, Julio 24 de 2009.
