UN VIAJE “MUDO” Y LA TRIADA DE LA CONTROVERSIA Y EL CAOS.

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UN VIAJE “MUDO” Y LA TRIADA DE LA CONTROVERSIA Y EL CAOS.

Colombia, Ecuador y Venezuela, hicieron parte de lo que se conoció como la  “Gran Colombia” y tuvo su vida jurídica de 1821 a 1831-, junto con Panamá y unas pequeñas porciones de terreno pertenecientes a Costa Rica, Perú, Brasil, Guyana y Nicaragua. No obstante lo anterior, y el ser unos pueblos hermanos y compartir casi las mismas costumbres, hoy por hoy, atraviesa una de las peores crisis en sus relaciones diplomáticas que afectan de manera directa el intercambio comercial, lesionando enorme y gravemente su balanza en las importaciones y exportaciones con perjuicios recíprocos.

Como uno de los puntos de referencia para este escrito, me veo obligado a hacer alusión a una entrevista televisiva por cable ( sábado 1º de Agosto de 2009 – Cable Noticias ) con el General ( r ) Manuel José Bonett, ex – comandante de las Fuerzas Armadas y el Senador Jorge E. Robledo, siendo el tema el acuerdo de cooperación militar entre Estados Unidos y Colombia para el uso de tres Bases Militares colombianas   (Malambo, Apiay y Palanquero ) – hoy ya se habla de siete Bases – por parte del ejército norteamericano. Ambos plantearon argumentos de mucha valía, entre otros, el General sostenía que: ese convenio data de muchos años atrás, hoy es parte integral del programa Plan Colombia; el país se entera en la mayoría de los casos de los acontecimientos de trascendencia por los medios mediáticos y no por informes oficiales;  le parecía muy delicado la no asistencia del presidente Uribe a la próxima reunión de UNASUR en Quito, Consejo de Defensa y, en caso de asistir, debería de ser bajo las siguientes condiciones: que Venezuela dé las explicaciones sobre la tenencia de las armas incautadas a las FARC, además, cual es la razón para que Venezuela se arme de esa manera, porque el cuentito de que es para defenderse de los gringos, no se lo cree nadie, y que Ecuador explique la permanencia y la instalación de campamentos de la guerrilla en su territorio; el Senador Robledo, por su parte, expresaba que: los países vecinos tenían porque estar inconformes y preocupados por la instalación de las mencionadas Bases; esa actitud es una afrenta y una desestabilización política regional; el interés de los Estados Unidos es otro de mayor envergadura que la simple vigilancia del tráfico de droga y la subversión y calificó de grave que el Presidente no hiciera presencia en la reunión de Quito.

Existe un refrán antiquísimo referido a la consanguinidad que puede hacerse extensivo al asunto que se plantea: “Con los míos, con la razón o sin ella”, pero sin que esto sea óbice para que alguien exprese libremente su desacuerdo o falencias que rodean los hechos, de lo contrario sería perder autodeterminación e incurrir en imperdonable sumisión.
A raíz de los múltiples problemas que aquejan nuestras relaciones exteriores con algunos países del continente, y en especial, el suscitado por el convenio militar con los Estados Unidos que amenaza, según analistas internacionales, la integración suramericana, los presidentes de Brasil y Chile, países amigos del gobierno colombiano, solicitaron la presencia del presidente Uribe en una reunión de la UNASUR a celebrarse en la ciudad de Quito en los próximos días a fin de que diera explicación del alcance que tiene el mencionado acuerdo dentro de la región. El presidente Uribe, no obstante estar Colombia atravesando una crisis diplomática de gran magnitud, desatendió de manera poco protocolaria la invitación argumentando que este tema es inherente a la soberanía y que la Unión de Naciones Suramericanas no era el escenario para ventilar este asunto, como si los países invitantes desconocieran lo que abarca la soberanía. Sin embargo, haciendo gala de su querer y desestimando a la UNASUR tomó la decisión autónoma, menos protocolaria que la desatención a la invitación, de levantar vuelo con destino a Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Paraguay y Brasil para dar no sé que clase de explicación a los mismos países de la Unión, pero de manera individual; Claro, que aquí quedó el tal ‘Pachito’ quien nos contó con mucha reserva que el Presidente llevaba unas evidencias contundentes contra Chávez y Correa, así rompió de un plumazo con el viaje “mudo”. Casi se puede asegurar, ojala esté equivocado, que en el único país en que puede tener eco favorable el tema del convenio militar con los gringos es con el Perú, lo que convierte el viaje en “nugatorio”, siendo positivo sólo en el aumento de millas y horas de vuelo del avión presidencial.

No hay duda sobre la gravedad  y el peligro que se corre con la filtración mediática de algunas noticias que requieren cierto sigilo, hasta tanto se planteen y analicen en el escenario adecuado, evitando así que el gobierno del Estado comprometido se entere, en la mayoría de los casos, por los medios de comunicación y no por los canales oficiales lo que le ha acarreado a Colombia muchos traspiés y sobresaltos en sus relaciones diplomáticas con sus vecinos, que no son ninguna ‘perita en dulce’. La filtración de alguna información de cierta envergadura que contiene hechos noticiosos embarazosos para uno o más Estados requiere un manejo muy especial y sutil, procurando por todos los medios diplomáticos la búsqueda de aclaraciones veraces y sabias soluciones a las controversias que se presenten, velando, ante todo, por la conservación de la paz de la región y la no alteración de su libre intercambio comercial para el bienestar de sus pueblos. La filtración de esta información tan delicada sólo ha servido como detonante en las explosivas reacciones de unos mandatarios en forma reiterada, no siendo esta la causa central o principal del resquebrajamiento de las relaciones, pero que ha servido como medio eficaz y perfecto para mimetizar el proyecto político expansionista del siglo XXI con visos militares para la región, puesto en marcha en Latinoamérica y el Caribe, a partir de la conformación de la Alianza Bolivariana para las Américas (Alba) en diciembre de 2004 y en el cual Colombia no se encuentra vinculada, siendo esto un óbice superlativo para su tranquilo desarrollo regional dada la estratégica ubicación geográfica y su coyuntural problemática social de orden público. Esta es la razón de peso que tiene al comandante venezolano fuera de control al presentarse éste y otros obstáculos imprevistos como los pasos en falso que ha dado y que lo han puesto en evidencia ante la comunidad internacional en su muy segura relación con el grupo de las FARC, lo que ha generado una serie de contradicciones de su parte sin lograr una explicación satisfactoria y acorde a los hechos, lo que lo conduce a querer tapar el sol con una mano recurriendo a sus permanentes y groseros improperios, suspensión de sus relaciones diplomáticas y comerciales y, sobre todo, a la más humillante amenaza del uso de su poder bélico que desafortunadamente le produce dividendos al alza en su imagen dentro del lumpen venezolano.  A propósito de las amenazas de guerra, las fuerzas armadas venezolanas no son de campo de batalla, no tiene experiencia en estos ajetreos, son de un buen y calmado vivir, les encanta la canonjía a la que los acostumbró el gobierno Chávez y su desempeño se limita a sus negocios personales y a los simples controles de frontera, decomisando  galones de gasolina o un litro de aceite de cocina a cualquier humilde descamisado colombiano. Casi estoy seguro que llegado el día en el que el presidente Chávez dé la orden a sus tropas de una confrontación con el pueblo colombiano, ese día se desmorona el ‘coloso de Sabaneta’, estado de Barinas, Venezuela, porque la respuesta del ejército patriota es: ¡NO!. La relación del pueblo venezolano y colombiano va más allá del simple intercambio comercial, tiene arraigo no sólo en la amistad, sino en la consanguinidad.

La controversia colombo-ecuatoriana tiene otro matiz, todo se desencadenó con el bombardeo al campamento de ‘angostura’ en territorio ecuatoriano, y en donde murió el jefe guerrillero alias ‘Raúl Reyes’. El gobierno colombiano en un principio comunicó al del Ecuador que la operación había sido consecuencia de una ‘persecución en caliente’, versión que dos o tres días después fue desmentida y se armó la de “Troya”, lo que obligó al presidente Correa a la romper las relaciones e ingresar al Alba como un escudo y endurecimiento de su posición frente al gobierno Uribe; después, se divulgó un video de un comandante guerrillero en el que vincula al presidente Correa con ese grupo subversivo; en este contexto, las relaciones bilaterales ha ido pasando de la ruptura de relaciones diplomáticas a una disputa personal; posteriormente, a los estrados judiciales, de ahí a las sanciones económicas y a las amenazas bélicas.

Colombia, Ecuador y Venezuela han polarizado al máximo sus relaciones en todos sus ámbitos. El presidente Uribe ha subordinado su política exterior y de buen vecino a la relación con Estados Unidos, guardando silencio casi despectivo a las reclamaciones ecuatorianas y a las voces temerarias de Venezuela frente al uso de las Bases Militares colombianas por el ejercito norteamericano. El presidente Correa con su ingreso amenazante al Alba. El presidente Chávez avivando la hoguera en procura de imponer su proyecto político y militar, entrometiéndose en cuanto conflicto tenga a la vista, cuyo objetivo es uno solo: desestabilizar.
Cada día se alejan más los pueblos suramericanos lo que imposibilita la anhelada integración y autonomía. 
Lo cierto es que estos tres distinguidos mandatarios  deben muchas explicaciones  de su comportamiento a sus pueblos y a la comunidad internacional.
Apostilla: Este artículo lo terminé de escribir hoy miércoles 5 de Agosto de 2009, a las 16.00 .

Marco Aurelio Uribe García
Manizales- Agosto 6 de 2009