Pasajera en trance

[Portadas de algunos de los libros de Cecilia Podestá]

Aunque uno quisiera ser ingenioso en todo momento, a veces no queda de otra sino fusilar. Así que con el perdón de don Charly la anotación esta tendrá que llamarse así. La verdad no podría llamarse de otra manera… Inicialmente he de confesar que el título se debía nada más que al trajín que resultó la entrevista con Cecilia. La iniciamos en la sala de embarque del Camilo Daza, el aeropuerto de Cúcuta, y la terminamos en El Dorado de Bogotá antes de que Lía continuara su viaje de retorno a Lima luego de haber participado en el Respira Poesía. Sin embargo, tras leerla detenidamente, mucho de constante viajera carga ella, un deseo permanente de no quedarse demasiado tiempo en el mismo lugar la habita, ellas es –el término se lo robo de su nota a “Las mujeres de la caja”- una mujer de fuera, una transgresora de los encierros.

“Fotografías escritas” ganó, en el 2002, el premio Dedo Crítico de Poesía y, aunque su autora expresa que preferiría guardarlo con absoluto pudor, ha sido reeditado en este 2007. “La primera anunciación” fue editado en el 2006 por “Ajos y Zafiros” y la Plaquett “Muro de carne”, también del 2007, debe su existencia a la serie “Insular” de “Tranvías Editores”. A estos poemarios hay que sumarles “Las mujeres de la caja”, una pieza dramática editada en el 2003 por el Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en su serie “Nueva Universidad / Teatro”. De esta última obra la escritora dice que es un “dialogo vanamente esquizofrénico, no reeditable”.

La obra de Cecilia, nutrida para su edad sin haber mencionado nada de sus trabajos inéditos, se caracteriza por ser intensa y fuerte. Cáustica. El encierro, y el querer escapar de él, es su motivo recurrente. En “Fotografías escritas” la fotografía es el encierro de la memoria, “Las mujeres de la caja” es el diálogo de dos mujeres encerradas en una caja que ansían escapar, “Primera anunciación” es la diatriba de un José en contra de un destino que no pidió y que le aísla de sus apetitos. En “Muro de carne” la casa es “el muro que los encierra a todos”. Se caracteriza además, como ella misma lo dice en la entrevista impresentable, por fusionar varios géneros, su poesía tiene una clara estructura dramática al tiempo que su obra teatral está cargada de parlamentos y reflexiones poéticas.

Más al respecto de Cecilia lo pueden encontrar en su bitácora personal: http://murodecarne.blogspot.com/, en la cual presenta no sólo apartes del material aquí mencionado sino que además sube algunas muestras de sus trabajos inéditos así como de sus futuros proyectos. Lía además es la directora del sello editorial “Tranvías Editores”, una editorial que “pretende hacer de sus publicaciones y autores, una gran e irreverente ceremonia”. A “Tranvías Editores”, y algunos de sus libros publicados, lo pueden encontrar aquí: http://tranviaseditores.blogspot.com/

“Pasajera en trance” es una nota corta, apenas dura 4 minutos con 42 segundos, y antes que la vean debo hacer una pequeña “fe de errata”, pues en la edición de este videillo se me fue un cuadro que pertenece a la nota que realicé con Emiliano y que presentaré la próxima semana. Así que cuando aparezca la pregunta ¿Cuál es la historia de El Poder de la Marca?, sumercedes me tendrán que hacer el favor de cambiarla mentalmente por esta otra: ¿Qué es La Primera Anunciación?

Puestos ya en antecedentes los dejo entonces con la nota:

 

 

La primera anunciación (fragmento)

(…)

Siente, María, niña esclava de Nazareth,

Cómo el amor de este hombre viejo toca tu cuerpo.

No temas a los latidos entre tus piernas,

O a tus pezones como piedra.

Tampoco a tu desordenada respiración

O a la humedad de tu sexo

Que recibe tembloroso

Mi mano izquierda

Mientras con la otra te toco y acaricio la cara

Despidiendo hasta la última facción de niña.

Tu boca que no sabe besar ha probado ya de la mía

Y te has recostado para recibirme

A mí, a tu marido: José.

Siente ahora entre tus piernas el abismo

Que no cae sino en tu boca,

Que no cae sino en el mismo vientre en el que llevas

Al Hijo del Señor

Agonizando ahora

Por la fuerza de mi amor

Que te hace mortal entre las mujeres.

Siente el dolor que causa un hombre, María,

Siente el amor de este anciano de noventa y ocho años

Que ahora se aferra a un hato de tus cabellos negros

Con la fuerza y la salud

Que le dio el señor

Para ser el padre de su hijo.

Recíbeme en la muerte de tu destino virgen

En este, tu nuevo bautismo

En el que recibes la vida,

El placer

Y matamos juntos al hijo,

Al Salvador.

(…)

**********

Para tener en cuenta…

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