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@NataliaGnecco

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“Siempre es mejor evacuar”, así lo asegura Jorge, uno de los brigadistas de los edificios del Centro Internacional de Bogotá (CIB) luego del movimiento telúrico de 6,6 en la escala Ritcher que sacudió a Colombia , el pasado martes. Si bien con este tipo de sismos salen a relucir los protocolos de evacuación, a la hora de la verdad por mucho simulacro que se haya hecho, la mayoría de las personas no están preparadas para reaccionar correctamente.

Prueba de ello es lo que ocurrió en el piso séptimo de mi edificio en el CIB: las mamás gritaban “mis hijos”; varias personas se quedaron en shock, otras rezaban mientras veían desfilar gente por las escaleras, incluyendo jóvenes con severos zapatos de plataforma y cartera en mano como si fueran de shooping; algunos se escudaron en los escritorios, sus compañeros llamaban por celular o decían chistes flojos para controlar los nervios, hasta dar con aquel personaje que se quedó esperando un memorando de recursos humanos para recibir la orden de evacuar el edificio.

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Pero ¿qué hace que la gente se quedé paralizada durante un sismo sin saber qué hacer, o cómo reaccionar? Enrique García, ingeniero industrial e ingeniero geográfico de la Universidad Nacional, me asegura que el 98 % de las personas no reaccionan ni se espabilan durante el instante que sucede un sismo o movimiento telúrico, ni siquiera pueden tomar una decisión lógica, se quedan en trance, a causa de la energía magnética del interior de la tierra provocada por el movimiento sin igual de las masas ígneas profundas que emanan potencia tectónica, haciendo que la mente y el corazón de la mayoría de las personas se mareen o sufran descompresión. “Como se puede bajar del ritmo cardíaco se produce mareo, somnolencia, vértigo del nervio central cerebral, afectando la capacidad real de reacción de la mayoría de personas en un instante de emergencia”, explica el ingeniero.

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Enrique, quien a los seis años de edad fue testigo de un fuerte temblor en Sao Paulo, Brasil complementa: “cuando ocurren temblores la fuerza es tan fuerte que esa energía es peor que un imán y la absorbemos los seres humanos, los segundos se hacen eternos no podemos pensar y si alguien corre, está en peligro, porque pueden haber objetos, cables, arboles obstruyendo el camino. La energía es tan poderosa que minutos antes de un temblor siempre salen las cucarachas, las hormigas, porque los animales que son más sensibles que nosotros, por eso suelen aullar o inquietarse”.

Según el ingeniero García un sismo puede afectar tanto, que hasta daña el corazón de los seres humanos, es por eso que a veces escuchamos que la gente no muere a causa del sismo, sino del paro cardíaco, o les puede dar hasta una trombosis y agrega: “lamentablemente no todas las empresas, hoteles o conjuntos residenciales prevén qué hacer en casos de incendios, terremotos o tsunamis, de ahí la importancia de las áreas de seguridad industrial, las cuales deben poner en práctica todo esto. Las oficinas deben estar provistas de extintores, linternas, hachas, pitos para utilizar bajo las ruinas como sucedió en el terremoto Haití”.

Evacuar implica riesgos

Por su parte Mauricio Rodríguez experto en seguros y reaseguros desde hace 35 años, no es tan partidario de evacuar como sea el edificio, de hecho durante el sismo del martes, analizó rápidamente magnitud del movimiento, se calmó y se quedó en la oficina en un lugar seguro, con acceso a wifi, desde donde se comunicó con su familia, pues en la calle las redes colapsaron.

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Con la tranquilidad que le brinda la experiencia Mauricio manifiesta: “las escaleras tienen riesgo de derrumbamiento, lo ideal es determinar cuál es la zona más segura del edificio o de la casa y quedarse en las estructuras sólidas, vigas, columnas hasta que el sismo haya terminado.

Desde el año 1984 existe el NSR o las Normas de Sismo Resistencia que regulan la construcción de los edificios en Colombia, que exigen construcciones que puedan resistir sismos más fuertes que el registrado esta semana de 6.6 en la escala Ritcher. «

Mauricio recomienda hacer revisar las casas y establecer así los sitios más seguros, pues después de todo es muy normal que en Colombia tiemble y bueno, aquella vieja creencia de ubicarse debajo de la mesa o los muebles durante los temblores hoy está revaluada porque antes los muebles sí eran macizos , hoy no.

Para Rodríguez hay que buscar zonas seguras en una edificación, lejos de los ventanales y si estamos en un edificio de cierta altura lo mejor es quedarse donde se está, a menos que sea una casa de dos pisos, porque a veces salir implica sortear la caída de muros, cables eléctricos, vidrios, arboles, etc, mejor dicho, hay que tener mucha precaución al salir.

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La pregunta siguiente entonces es cuál es el kit ideal, para estar preparados en caso de un temblor, a lo cual Mauricio responde: “ Lo deseable es tener una linterna, pero con pilas, por si es de noche, tener un pito y agua de reserva en el momento de evacuación”.

Mauricio insiste que los movimientos sísmicos no son nuevos en Colombia él recuerda que durante los años 97 y 98 se sufrieron se sintieron fuertes temblores en Bogotá y se espera un sismo mucho más fuerte, es la preocupación de los expertos, la recurrencia o que se presente un movimiento fuerte de la falla frontal, que ya ha ocurrido en el pasado.

Como todos nosotros, Mauricio ha presenciado varios movimientos telúricos, pero el que más recuerda es el ocurrido en 1967 en el Huila, que fue tan bravo que él estaba jugando futbol que no podía sostenerse de pie y finaliza diciendo: “cada 100 años hay un sismo muy fuerte en Colombia, por eso las normas NRS se han creado como medida de prevención para este flagelo.”

Fotos: JJerez, City TV, OpyMorales, Javier sánchez

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