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@NataliaGnecco

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“Soy el satanás del diseño de sonrisa” con estas palabras el doctor Enrique Jadad, resume su campaña de prevención para no perder la dentadura por la búsqueda de una dentadura reluciente. Enrique, quien es especialista en rehabilitación oral sobre dientes e implantes, tiene una maestría en implantes dentales en Barcelona, España y no se cansa de repetir que la obsesión por tener los dientes “blancox” puede ocasionar grandes perjuicios.

Jadad es actualmente profesor visitante de la carrera de odontología de la Escuela de Salud de la Universidad de Viña del Mar en Chile, Profesor Internacional Invitado de varias Universidades de Mexico, Brasil, Perú, Guatemala, España y en la Universidad Santiago de Cali de Colombia. Con su experiencia afirma que la única manera de lograr dientes muy blancos, es mediante el abuso en los tiempos de aplicación de los peróxidos, que son compuestos químicos con base en oxígeno, lo cual constituye una violación a la biología de los dientes y de la ética profesional.

Pero lo que todos nos preguntamos ante el auge de estos procedimientos es si la gente está consciente del daño que pueden ocasionar a su dentadura. Enrique toma aire con tranquilidad para explicar: “ Estamos frente a un fenómeno que se conoce como “Blancorexia Dental”, es decir, pacientes deslumbrados por la publicidad engañosa que cada día piden más y más aplicaciones de peróxidos, y que incluso los compran irresponsablemente en las grandes tiendas o por Internet”.

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Asimismo, el doctor comenta que existen agentes químicos y técnicas no recomendables para un blanqueamiento dental que sin embargo, se están empleando frecuentemente en los últimos años, por eso: “lo peor que ha sucedido es el boom del láser y de lámparas para aclarar los dientes. Esto ha sido un ingenioso plan de marketing que no tiene asidero científico y se ha llegado a llamar ‘otra mentira blanca”.

Pero entonces ¿cuál es la técnica más recomendada para blanquear los dientes? Sin titubear Jadad aclara: “Lo mejor es aclarar los dientes con técnica casera, es decir, con férulas o guardas oclusales blandas, y aplicándole a los pacientes peróxidos de carbamida en concentraciones entre el 10 y el 15 por ciento. Para lograr mayor efectividad o rapidez en el resultado, se puede iniciar aplicando peróxidos de hidrógeno en altas concentraciones (hasta 40% de concentración) en el consultorio, bajo la supervisión del odontólogo y protegiendo las encías con materiales acordes para este tipo de procesos; estos peróxidos de hidrógeno se deben aplicar por no más de diez minutos y hasta dos veces en la misma cita”

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Adicionalmente este odontólogo egresado de la Universidad Javeriana agrega que existen unos peróxidos de carbamida en altas concentraciones, entre el 25 y 45% de concentración, que se deben aplicar por 30 minutos en el consultorio y bajo la supervisión del odontólogo. Esto se puede repetir por tres a cinco días, para luego continuar con los peróxidos de carbamida a bajas concentraciones y para uso en casa”.

A dignificar  la odontología

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Uno de los mayores retos de la campaña de prevención que lidera Enrique Jadad es combatir todas esas clínicas odontológicas creadas por mercaderes que no son odontólogos sino explotadores de los dentistas, pues ante tantos pacientes que le llegan sin dientes a su consultorio no le ha quedado más remedio que leerles la cartilla y los  invita a todos a seguirlo  en su grupo Dignificar la Odontologìa.

Enrique recomienda siempre a las personas que desean mejorar su estética que busquen un manejo multidisciplinario con especialistas que tengan conocimientos en las articulaciones temporomandibulares , en fisiología humana, en oclusión, en fin deben acudir a profesionales preparados y formados en estas áreas para que los procedimientos estéticos no causen daños posterior al manejo brindado. Con preocupación dice: “Mira los daños incluyen pigmentaciones de las carillas en resinas, inflamaciones y sangrado persistente en las encías, dolores fracturas de las carillas retracciones en las encías y lo peor no pueden ni cortar los alimentos con los dientes por el riesgo elevado de fracturas de las carillas, mejor dicho les toca comer pizza con cubiertos”.

Ahora bien, en cuanto al empleo del término diseño de sonrisa, Jadad declara que éste no existe en el glosario científico, es ambiguo, que lo que hacen los prostodoncistas, rehabilitadores orales conlleva a procesos odontológicos a saber, cirugía, periodoncia, endodoncia, ortodoncia,  por eso agrega: » Yo nunca entiendo cuando me preguntan los pacientes quiero un diseño de sonrisa, ¿qué es eso?  ¿Son acaso rehabilitaciones mínimamente invasivas o, medianamente? ¿Coronas completas o, cirugía, ortodoncia, entre otros procedimientos? Este término lo deberíamos sacar de nuestro léxico,  ni siquiera existe en el Journal Prosthetic Dentistry,  es una lucha que debemos seguir dando para que las personas entiendan que esto es un engaño conceptual, no es científico. Es más, la prostodoncia no le diseña la sonrisa a nadie, re establece lo que se ha perdido.”

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Para finalizar,  Enrique afirma que se debe definir desde las primeras consultas y durante el diagnóstico, pronóstico y plan de tratamiento, hasta dónde se puede llegar en la ejecución de resultados, esto incluye clarificar con el paciente criterios de selección de color.  Y así el paciente exija una tonalidad que tache en  “blancox” no se pueden dejar de lado los conceptos de estratificación y saturación de la dentina en transición al esmalte,  que hace ver los dientes como chicles, cuando no se realiza.

Fotos. Alo- Archivos Enrique Jadad.

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