El transporte público siempre ha dado de que hablar, y es que es obvio que todos estamos cansados de los robos, abusos, tarifas, inseguridad e infinidad de factores que ya todos conocemos, los cuales debemos enfrentar día a día, siendo la muestra del pésimo servicio de transporte que nos brinda la Bogotá Humana. Usar transporte público es la peor parte del día, pero lastimosamente es la única alternativa para los que no tenemos otro medio. Luchar por ingresar a un articulado, lograr entrar, aguantar un montón de personas al lado, donde ya no se puede ni respirar, aguantar olores y además generar la ocasión perfecta para que los ladrones hagan de las suyas es la odisea que vivimos gran parte de los bogotanos.
¿Soluciones, alternativas, medidas? Prometen generar cambios, pero siempre termina en lo mismo el sistema integrado de transporte público ¿de qué nos sirve denunciar los abusos que se cometen allí? Al fin y al cabo si el ladrón no tiene antecedentes queda en libertad a la hora. TransMilenio se puede partir en dos, generar accidentes y cantidad de problemas y no pasa nada, seguirá siendo el peor servicio de transporte que no brinda soluciones y medidas inteligentes a sus usuarios
Es claro que se exponen medidas y propuestas pero que son inútiles, machistas y/o feministas. (Menos el video llamado ¿Por qué no funciona TransMilenio?) Sus medidas son tan bobas y poco creativas que ahora un hombre tendría que ceder el puesto obligatoriamente a una mujer. Nosotras las mujeres no somos el sexo débil, ¡por favor quítense esa idea de la cabeza! Un hombre también trabaja durante todo el día, se cansa y quisiera sentarse después de una larga jornada laboral. ¿Y si el que debe cederle el puesto a una mujer es su abuelito? Ceder el puesto debería ser un acto de total amabilidad y caballerosidad (algo que muy pocos hombres poseen), es más, ni siquiera debería existir la silla azul, pues por simple lógica se sabe quién necesita un puesto urgentemente, un anciano, una mujer embarazada o con niño en brazos, es algo tan obvio.
Todos pagamos por un “buen servicio” tenemos los mismos derechos, y lo ideal sería ser beneficiarios, que no excluya y que al contrario brinde lo mismo para cada uno de sus usuario sin importar que sea hombre o mujer.
Quiero recordar que el Transmilenio fue la brillante idea de el alcalde Peñaloza que según el los Bogotanos merecíamos un trasporte digno que se acabaran los racimos humanos y la guerra del centavo,entonces nació este negocio que solamente fue un paliativo al verdadero problema,los primeros días como sucede ahora con los buses azules (Sitp» nadie sabe para donde van ni a donde llegan por esta razón era muy cómodo transportarse en la nueva empresa de transporte.Respecto a la policía creo que al igual que el transporte en Bogota nunca a servido para nada.Ceder el puesto no es cuestión de machismo ni feminismo es simplemente un acto de buena urbanidad otra cosa que jamas a existido.
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Respetable que la columnista no este de acuerdo con la Bogota Humana pero el problema del transporte no es por culpa del Alcalde es algo que es de toda la vida en esta fría Bogota.Tengo la suficiente edad para decirle que antes de que sus padres se conocieran o pensaran en casarse yo ya montaba en bus,y fui parte de los mal llamados racimos humanos porque en esa época llenaban estos vejestorios hasta» la manija» igual había «cosquilleros» abusadores gente maloliente chóferes mal educados que trataban a los usuarios como mercancía de segunda total si alguien me va a decir que el problema es de la Bogota Humana con el respeto que esa persona se merezca tendré que decirle que nunca conoció Sidauto .buses Blancos, Buses amarillos y los Municipales.Ademas había un servicio de microbuses que tampoco era la Panacea.
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